En las últimas décadas, California, en EEUU, se ha convertido no solo en la meca cultura del cannabis, a partir de los cultivos clandestinos creados en la década de los 60 en zonas montañosas de difícil acceso. Además, por haber sido el primer lugar del mundo en permitir los usos medicinales de los derivados de la planta se creó una industria en la elaboración de productos. Sin embargo, este estado ahora atraviesa una crisis sin precedentes. Por primera vez en su historia, el número de licencias comerciales inactivas de marihuana ha superado a los permisos activos.

Según los datos oficiales del Departamento de Control de Cannabis de California, en la actualidad existen un total de 10,828 licencias inactivas. Mientras que las activas se sitúan en 8,514. Uno de los motivos de esta situación se explica por un cambio de reglamentación realizado en 2023, en la cual les permite a los cultivadores de cannabis consolidar licencias de menor alcance comercial. De esta manera, unos 1,071 permisos quedaron inactivos de manera automática. Entre estas últimas se incluyen más de 1,100 de distribución, 500 de entrega y 300 de venta minorista.

La disminución de las licencias activas en California también se explica por el fracaso de los cultivos en el Triángulo Esmeralda, ya que, por el excesivo cobro de impuestos de la regulación, las pequeñas granjas no pueden sostener su negocio bajo la legalidad y muchas de ellas han optado por volver al mercado ilícito. Esto también ha beneficiado a las compañías más grandes por la disminución del a competencia y el control de los precios.