En los últimos cinco años, Uruguay tuvo un crecimiento en sus exportaciones de cannabis. Mientras que en 2019 se había vendido unas 1.7 toneladas de derivados de la planta, el año pasado cerró con unas 25 toneladas enviadas al exterior. Sin embargo, el monto de las operaciones no se modificó en lo absoluto. Fueron unos tres millones de dólares (2.8 millones de euros). Así lo asegura un reciente informe realizado por el Instituto Uruguay XXI, un organismo estatal creado para promover el comercio internacional del país sudamericano.
Según el informe, el 2023 tuvo una caída del 44% de ingresos por las exportaciones de cannabis, con respecto al año anterior. Los analistas del mercado sostienen que esto se debió, fundamentalmente, por una caída global del precio de los derivados de la planta. Este descenso se produjo incluso con un aumento de las empresas en el país dedicadas a la venta internacional de cannabis. Mientras en 2019 solo había tres compañías involucradas en la actividad, para 2023 ya eran 27.
El año pasado, el 83% de las exportaciones correspondieron a flores con alto contenido de CBD y que no superaban el 0,3% de THC, las cuales totalizaron un monto de 1.5 millón de dólares (1.4 millón de euros) y que tuvieron una baja del 66% de recaudación con respecto a 2022. Si bien la balanza ha resultado negativa, el informe destaca que se abrieron nuevos mercados como Australia, Nueva Zelanda, España, Brasil y República Checa.
El informe detalla que en Uruguay hay cerca de 100 proyectos que desarrollan distintas actividades relacionadas al cannabis. Hay 36 empresas que están habilitadas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para el cultivo de cáñamo y otras siete que tienen licencias para elaborar extracciones. Además, hay tres compañías habilitadas para la comercialización y trabajar como brokers.