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"La planta se empieza a preparar antes de que broten las primeras flores, los tallos engordan y producen grandes cantidades de hojas"
La floración del cannabis tiene varias fases que es conveniente conocer. La planta se empieza a preparar antes de que broten las primeras flores. Los tallos engordan para resistir mejor el peso de los cogollos y producen grandes cantidades de hojas para aumentar su capacidad de fotosíntesis, es decir, de convertir la energía solar en energía química que usar en el desarrollo de las flores.
Justo antes de empezar a florecer cambian la forma en que las hojas brotan. En lugar de hacerlo de dos en dos, enfrentadas a cada lado del tallo, pasan a nacer alternativamente a uno y otro lado. El número de folíolos de cada hoja, que había ido aumentando desde la germinación (siguiendo el patrón 1, 3, 5, 7, 9…), empieza a disminuir según el mismo patrón (9, 7, 5, 3, 1).
La primera fase de la floración se llama fase prematura y en ella brotan las primeras flores (llamadas preflores) en el tallo central y en las ramas más gruesas. Es un signo de que la planta es adulta, una especie de pubertad, y puede suceder varias semanas antes que la floración propiamente dicha, pues no viene determinada por el fotoperiodo. En algunas variedades pasa entre mayo y junio, pero en otras no es visible.
Una vez el fotoperiodo alcanza el nivel crítico de duración de las noches para esa planta, empieza la verdadera floración. El cultivador debe distinguir tres fases sucesivas que requieren cuidados diferentes. La duración de cada fase cambia según la variedad y suele ser más corta en las índicas e híbridos de floración rápida y más lenta en las sativas y los híbridos de floración lenta.
Las primeras tres a cinco semanas las plantas crecen mucho en altura, pudiendo llegar a doblarse o incluso más: las ramas se alargan y las flores empiezan a nacer en todos los nudos pero todavía no forman cogollos, como mucho hacen pequeños grupitos de flores. La resina prácticamente no se ve, pero el aroma se intensifica notablemente. El gran consumo de nutrientes suele provocar que el color verde se aclare un poco. Si se aclara demasiado y empiezan a aparecer hojas amarillentas, es un síntoma de que hay que aumentar la dosis de fertilizante, y si el color permanece verde muy oscuro y las puntas de las hojas más altas se retuercen hacia abajo, formando una especie de garra, el problema es la sobrefertilización; si ocurre esto, deberemos lavar bien las raíces con abundante agua sin abono y en las semanas sucesivas bajar la dosis de abono. Los fertilizantes de floración de la mayoría de fabricantes están específicamente diseñados para esta fase de la floración, y por ello contienen cantidades considerables de nitrógeno, fósforo y potasio, además de magnesio, calcio y microelementos.
“Una vez el fotoperiodo alcanza el nivel crítico de duración de las noches para esa planta, empieza la verdadera floración”
A continuación, la planta entra en una nueva fase que dura de tres a seis semanas según variedad y en la que ya no crece en altura sino que se dedica principalmente a la producción de grandes cantidades de flores que brotan por toda la planta y van engordando los cogollos. Suelen nacer en oleadas y no todas a la vez, por lo que siempre hay flores que ya están bastante maduras rodeadas de otras que acaban de brotar. En las primeras flores que nacieron, la cantidad de glándulas de resina ya es notable, los cogollos empiezan a estar pegajosos y el aroma es muy intenso. El consumo de nutrientes es máximo, las plantas empiezan a gastar los que tienen acumulados en los tejidos, pues con toda la energía dedicada a la producción de flores la actividad de las raíces es algo menor y ya no son capaces de captar toda la comida que necesitan. Además, las proporciones idóneas de cada nutriente cambian. Como la planta ya no crece, la necesidad de nitrógeno disminuye, mientras que el fósforo y el potasio, absolutamente necesarios para fabricar flores y resina, se requieren en mayor cantidad. Es el momento de añadir al abono de floración un suplemento tipo PK13/14 o booster para engordar cogollos. Eso sí, no hay que pasarse en las dosis o los efectos serán contraproducentes. Se pueden usar también productos ricos en hidratos de carbono, que añadidos al agua de riego, proporcionan energía de fácil asimilación a las plantas y a los microorganismos del suelo. Los suplementos de aminoácidos también son útiles, pues ahorran a las plantas parte del trabajo de fabricación de las proteínas y los cannabinoides.
En las últimas dos o tres semanas antes de la cosecha llega la última fase que vemos los cultivadores. Las plantas reducen un poco su actividad, la producción de flores es más lenta pero la fabricación de resina sigue a buen ritmo. Los cogollos ganan mucho peso por el engorde de los tricomas o glándulas de resina. En estas semanas se produce una parte considerable del THC total, por lo que si se adelanta la cosecha los cogollos pierden mucha potencia. Son semanas en que el consumo de nutrientes es bajo y conviene que acaben de aprovechar los que tienen almacenados. Personalmente, reduzco bastante la dosis de abono y en la última o dos últimas semanas riego solo con agua. Si todo va bien, las hojas amarillas se multiplican conforme los nutrientes van siendo utilizados, lo que favorece mucho que los cogollos acaben teniendo un buen sabor y el humo no irrite la garganta.
La cosecha se realiza cuando alrededor del setenta por ciento de los estigmas de las flores se han marchitado, pasando del blanco al naranja o marrón. También se puede mirar el estado de las glándulas de resina para decidir el momento justo de la cosecha, pero eso ya lo trataremos en un artículo específico sobre la madurez del cogollo. Si no se cosechasen las plantas, veríamos como entran en la última fase de la floración; es la fase de senescencia o de floración tardía, en que ya no nacen flores y se marchitan todos los estigmas; las plantas pierden vitalidad, las hojas se van cayendo y la resina se vuelve opaca y amarillenta. Es la muerte natural del cannabis. Algo que, por fortuna, los cultivadores nos ahorramos ver, pues las cosechamos mientras están todavía con pleno vigor.
