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Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Los tres factores que marcan el clima inciden directamente en la producción y la calidad de los cogollos. 

El éxito de un cultivo de cannabis de interior depende de muchos elementos que deben combinarse para lograr unas condiciones óptimas para el desarrollo de las plantas. Los cultivadores suelen preocuparse mucho por la genética de las plantas, la concentración de los distintos minerales que contiene el abono o la frecuencia de riego, pero a menudo descuidan los más importantes: aquellos que crean el medioambiente en el que viven las plantas. En este artículo vamos a repasar los tres factores clave que, en mi opinión, más impacto tienen sobre el crecimiento. La interacción entre iluminación, temperatura y humedad ambiental determina las condiciones climáticas de las plantas, su capacidad de absorber y procesar nutrientes y, en último término, su productividad y la calidad de la cosecha. 

Iluminación

La iluminación es el primer elemento que cualquier cultivador de interior tiene en cuenta. Hacen falta lámparas de alta potencia que ofrezcan cantidades ingentes de luz y sean capaces de sustituir al sol. Hasta hace unos años, las lámparas de alta presión de sodio (APS) eran la elección habitual para los cuartos de cultivo, pero desde la aparición y generalización de los sistemas led, estos se han convertido rápidamente en la mejor opción, ya que son más eficientes. Las lámparas led producen más luz por vatio de electricidad consumido y generan mucho menos calor, por lo que el gasto en refrigeración del cuarto de cultivo también se reduce. 

Las lámparas led tienen otras ventajas importantes. Se pueden acercar mucho más a las plantas, pues al producir menos calor no generan puntos calientes ni queman los cogollos. Están compuestas de multitud de pequeños puntos de luz (cada uno de los led), por lo que la iluminación es mucho más uniforme en todo el espacio de cultivo y hay muchas menos zonas de sombra. Prácticamente, toda la electricidad que consumen se transforma en luz asimilable por las plantas, la llamada luz fotosintéticamente activa (PAR, sus siglas por su nombre en inglés: photosynthetically active radiation), por lo que se aprovecha mucho más. Uno de los espectros que los led no producen y las APS sí es el infrarrojo. La radiación infrarroja de las APS transporta calor hacia las hojas y favorece su transpiración. En cambio, con los led esto no sucede y, si se mantiene un cuarto de cultivo con leds a la temperatura óptima para cultivar con APS, que es de 22-24 ºC, nos encontramos con que las plantas no crecerán bien, pues su transpiración será demasiado baja y no podrán absorber suficientes nutrientes. 

Temperatura: la mejor manera de combatir esta falta de transpiración de las plantas es subir la temperatura del cuarto de cultivo cuando utilizamos lámparas led. En mi experiencia, la temperatura ideal con leds es 28-30 ºC. Sin embargo, con este calor nos encontramos que el rango de humedad relativa óptimo para cultivar con lámparas APS no es adecuado para cultivar con leds, ya que las plantas se estresan demasiado y necesitan mayor humedad para no deshidratarse. 

Humedad: la humedad relativa del cuarto de cultivo siempre se ha intentado mantener lo más baja posible, especialmente en floración, para evitar que aparecieran hongos en los cogollos. Por lo general, con las luces clásicas de alta presión se mantenía la humedad entre el 60 y el 70% en crecimiento y entre el 50 y el 60% en floración, intentando bajar por debajo del 50% en las últimas semanas antes de la cosecha. Con los led esto no sirve y es necesario mantener una humedad algo más elevada. Para comprender bien el porqué, deberemos entender primero la relación que se establece entre las plantas, la temperatura y la humedad.

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Para conocer el VPD de un cultivo, miraremos dónde se cruzan humedad relativa y temperatura de las hojas.

La íntima relación entre la humedad y la temperatura

"A medida que la temperatura aumenta, es recomendable elevar también la humedad relativa para asegurar el bienestar de las plantas"

Las plantas de cannabis tienen la capacidad de prosperar en un amplio espectro de temperaturas, siempre y cuando la humedad sea adecuadamente regulada. En líneas generales, a medida que la temperatura aumenta es recomendable elevar también la humedad relativa para asegurar el bienestar de las plantas y prevenir el estrés. Por otro lado, en condiciones de temperaturas más bajas, es recomendable reducir la humedad relativa para mantener una absorción constante de agua y nutrientes por parte de las plantas. 

La transpiración se convierte en un mecanismo esencial mediante el cual la planta mantiene sus tejidos a la temperatura correcta. El agua que la planta transpira sale al exterior por los estomas de las hojas, que son pequeños poros o aberturas que hay en los tejidos de las plantas, principalmente en la cara inferior de las hojas. La transpiración, al evaporarse, extrae energía del ambiente, lo que contribuye a la reducción de la temperatura. Incluso en condiciones de temperaturas moderadas, la transpiración sigue siendo un proceso vital, ya que crea una presión negativa en las hojas que desempeña un papel fundamental en la absorción de agua y nutrientes, al impulsar la savia a lo largo del tallo de la planta. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Las plantas pequeñas con pocas raíces se benefician de una humedad relativa bastante alta. 

Es crucial que la planta mantenga un equilibrio en su tasa de transpiración. Si la transpiración es insuficiente, las raíces no lograrán absorber agua y nutrientes adecuadamente, lo que podría comprometer el crecimiento. Por el contrario, si la planta transpira en exceso, las raíces podrían no ser capaces de absorber la cantidad necesaria de agua, lo que resultaría en estrés y marchitamiento de la planta. 

Por lo tanto, lograr el equilibrio adecuado entre temperatura, humedad relativa y transpiración es esencial para el cultivo exitoso de plantas de cannabis. Ajustar estas variables según las diferentes etapas de crecimiento y las condiciones ambientales específicas es fundamental para fomentar un crecimiento óptimo y la salud general de las plantas. El concepto que mejor explica la relación entre humedad, temperatura y transpiración es el déficit de presión de vapor o VPD. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Mantendremos los esquejes con una humedad de al menos el 75 u 80%. 

¿Qué es el VPD? 

  1. El déficit de presión de vapor (VPD, sus siglas por su nombre en inglés: vapour-pressure deficit) es un concepto esencial en el cultivo de interior que, hasta hace muy pocos años, era casi completamente desconocido por la mayoría de los cultivadores. Para entender bien su importancia, es necesario comprender algunos conceptos relacionados, como la presión de vapor, la humedad relativa y la temperatura. 

La presión de vapor se refiere a la cantidad de vapor de agua presente en el aire en relación con su capacidad máxima para contener vapor a una temperatura dada. A medida que aumenta la temperatura del aire, su capacidad para retener vapor de agua también aumenta. La humedad relativa (HR) es una medida de cuánta humedad hay en el aire en comparación con la cantidad máxima que podría contener a una determinada temperatura. Se expresa en porcentaje y se calcula dividiendo la presión de vapor real entre la presión de vapor saturado a esa temperatura y multiplicando por cien. Es decir, si hay un 70% de humedad relativa en un momento dado, esto significa que el aire contiene el 70% de la cantidad máxima de humedad que podría contener a la temperatura actual. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

La gutación es un fenómeno que ocurre cuando el VPD es muy bajo y las plantas no pueden transpirar y el agua sale directamente por los estomas. 

El VPD, por otro lado, se define como la diferencia entre la presión de vapor saturado y la presión de vapor real del aire. En otras palabras, es la medida de cuánta capacidad de absorber agua le queda al aire en un momento dado. Cuando el VPD es alto, el aire tiene la capacidad de absorber más agua, pero cuando el VPD es bajo, el aire ya contiene mucha humedad y no puede retener mucha más. 

En el cultivo en interior, el VPD es una poderosa herramienta para optimizar las condiciones ambientales para el crecimiento y desarrollo de las plantas. Aquí hay algunos puntos clave para comprender cómo afecta el VPD al cultivo de cannabis: 

1. Transpiración de las plantas: las plantas transpiran agua a través de sus hojas y lo hacen con un doble propósito: refrigerarse cuando hace calor y ayudar a la absorción de nutrientes por las raíces. Si el VPD es adecuado, la planta puede captar los nutrientes necesarios para el crecimiento. Si el VPD es muy bajo, las plantas no transpiran y la absorción de nutrientes se reduce o, incluso, se detiene. 

2. Control del ambiente: jugando con la temperatura y la humedad relativa en el cuarto de cultivo, el cultivador puede subir o bajar el VPD hasta crear las condiciones óptimas para el crecimiento y evitar problemas como el estrés hídrico o el exceso de humedad, que podrían dar lugar a enfermedades y problemas de crecimiento. 

3. Crecimiento y desarrollo: un VPD equilibrado puede mejorar la fotosíntesis, la absorción de nutrientes y el desarrollo de las plantas. Demasiada humedad en el aire puede llevar a problemas como la aparición de hongos o carencias nutritivas, mientras que un VPD muy alto puede causar estrés hídrico. 

4. Diferentes etapas de cultivo: es importante destacar que el VPD óptimo varía según la etapa en que se encuentran las plantas de cannabis. Por lo general, las plantas jóvenes y en crecimiento necesitan un VPD más bajo para no sufrir estrés, mientras que las plantas adultas y en floración pueden soportar y se benefician de un VPD más alto que les permita absorber mayor cantidad de nutrientes y reduzca la probabilidad de que aparezcan hongos en los cogollos. En resumen, el VPD es un factor clave en el cultivo interior de cannabis, por lo que los cultivadores deberían tenerlo en cuenta en todo momento.

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Cuando las hojas toman forma acanalada, nos están indicando que el VPD es demasiado elevado para ellas. 

VPD óptimo en cada fase del cultivo 

De manera general, las plantas prosperan en un rango de VPD que varía entre 0,8 y 1,2 kPa. Sin embargo, esta medida puede ser afinada según la etapa específica de su ciclo de vida. Para plantas recién germinadas y esquejes enraizados que aún son pequeños, es esencial mantener un VPD notablemente bajo, oscilando entre 0,4 y 0,8 kPa. Esto garantiza su desarrollo sin causarles estrés prematuro, y les permite fortalecerse. 

A medida que las plantas adquieren tamaño y entran en la fase de crecimiento o de inicio de floración, su capacidad para resistir condiciones más secas aumenta. En esta etapa, un VPD entre 0,8 y 1,2 kPa es óptimo, con lo que se acelera su desarrollo. No obstante, es crucial evitar aumentar excesivamente el VPD, ya que un aumento desmesurado de la transpiración puede llevar al cierre de estomas y, como consecuencia, se reducirá la absorción de dióxido de carbono, fundamental para el crecimiento. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

El acanalamiento también se puede observar en plantas de exterior cuando hace mucho calor y hay poca humedad. 

Desde la tercera o cuarta semana de floración hasta la cosecha, se recomienda aumentar el VPD a fin de contrarrestar el exceso de humedad, que podría desencadenar el crecimiento de hongos en los cogollos. Durante esta fase, un rango de VPD entre 1,2 y 1,6 kPa es apropiado, ya que promueve una transpiración elevada y una mayor absorción de agua y nutrientes. 

Un VPD inferior a 0,4 prácticamente detiene la transpiración y limita el crecimiento de las plantas. Este escenario suele presentarse en condiciones de bajas temperaturas y alta humedad, lo que fomenta la proliferación de hongos y la falta de nutrientes como el calcio. Contrariamente, un VPD superior a 1,6 obliga a las plantas a transpirar en exceso, y las puede llevar a la deshidratación. Esta situación es más probable cuando la humedad es baja y las temperaturas son altas. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

En interior, si las plantas se acercan demasiado a las luces de alta presión, las hojas se cuecen y se resecan, incapaces de mantenerse hidratadas. 

En el rango de VPD recomendado para cada fase del cultivo, la ubicación dentro de los extremos tiene diferentes impactos. En la zona más baja del rango, las plantas experimentan menos estrés pero también crecen de manera más lenta. Por otro lado, en la zona más alta, el metabolismo se acelera y la absorción de nutrientes aumenta, pero a expensas de un mayor estrés en las plantas. 

Un cultivador experto es capaz de ajustar las condiciones a los límites que las plantas pueden manejar cómodamente. Las plantas saludables pueden tolerar un VPD más alto, lo que se traduce en un mayor crecimiento y producción. Mantenerse dentro del rango de VPD apropiado para cada etapa del cultivo es de suma importancia. Una plántula joven no se sentirá cómoda con un VPD de 1,6 kPa, mientras que una planta en plena floración no se desarrollará adecuadamente si el VPD es de 0,6 kPa.

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Al final de la floración, las plantas aguantan un VPD más alto, que además reduce el riesgo de aparición de hongos. 

Temperatura foliar 

La temperatura de las hojas generalmente suele ser un poco inferior a la del aire circundante, debido a que la evaporación del agua originada por la transpiración enfría la superficie de las hojas. Al calcular el VPD en un cultivo, es esencial conocer con exactitud la temperatura de las hojas. Para realizar esta medición de manera precisa, se puede emplear un termómetro de infrarrojos (podemos encontrarlos por internet a bajo precio). Normalmente, las hojas tienden a mantenerse entre 1 y 5 ºC por debajo de la temperatura del aire ambiente. En caso de no disponer de un termómetro de infrarrojos, podemos aplicar un ajuste estándar de -2 ºC con respecto a la temperatura del aire. 

Los tres factores clave del cultivo: iluminación, humedad y temperatura

Las hojas grandes y bien abiertas hacia la luz indican que la planta está cómoda con las condiciones medioambientales. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #310

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