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Historia del cannabis y los primeros bancos de semillas

El cannabis lleva más de diez mil años acompañando al ser humano, pero la mayoría de las personas no saben casi nada de su historia, y hay una parte que resulta muy interesante para los cultivadores actuales de marihuana psicoactiva: la creación y el desarrollo de los primeros bancos de semillas.

El cannabis es una planta originaria de Asia que fue una de las primeras especies cultivadas por el hombre. Tenemos pruebas de que ya se sembraba en el Neolítico, hace entre diez y doce mil años. Hay evidencias de amplio uso y cultivo en China alrededor del 4000 aC. Desde Asia se fue expandiendo hacia Oriente Medio y África a través de las rutas comerciales. Se cree que llegó a Europa hacia el 1000 aC, donde se cultivó principalmente para fibra. A América no llegó hasta el siglo xvi, con la colonización europea.

Durante miles de años, en cada región donde se cultivaba cannabis se fueron desarrollando variedades locales, adaptadas al clima y seleccionadas de forma instintiva por los agricultores, que escogían las semillas de las mejores plantas para sembrar al año siguiente. El cannabis se usaba para distintos fines: alimento, medicinas, usos rituales y, sobre todo, obtención de fibra para realizar cuerdas y tejidos. A lo largo de los siglos, la selección ejercida por los agricultores fue dando lugar a variedades especialmente útiles para cada uso. Por lo general, las variedades de cada región eran bastante estables y se mezclaban o cruzaban poco con otras variedades de otras regiones.

Los europeos conocen el cannabis psicoactivo a partir del siglo xix. Los ingleses en la India y las tropas francesas comandadas por Napoleón en Egipto descubren el hachís y llevan su conocimiento de vuelta a la madre patria. Se empieza a popularizar su consumo y se importan cargamentos desde los países productores. Hacia finales del siglo xix y principios del xx aparecen las primeras leyes prohibicionistas, que intentaban evitar que los trabajadores indios, africanos o asiáticos usaran cannabis.

La prohibición no impide que el consumo se vaya extendiendo y explote a partir de la década de 1950 y 1960. Eso genera la promulgación de más leyes prohibicionistas, que, como suele suceder, no consiguen controlar el consumo, solo condenar a los consumidores a operar en la clandestinidad.

El nacimiento de las variedades modernas en California

Historia del cannabis y los primeros bancos de semillas

Anuncio de venta de semillas publicado por Sacred Seeds en 1981. A la derecha, Marijuana Botany, una obra maestra escrita por Robert Connell Clarke, uno de los miembros de Sacred Seeds

"En 1992, Nevil y Ben Dronkers unieron The Seed Bank y Sensi Seed Club para formar The Sensi Seed Bank, que marca el renacer del negocio"

El desarrollo moderno de las variedades de cannabis psicoactivo empieza a partir de la década de 1960 en California. La mayoría de la marihuana que se fumaba en Estados Unidos en los sesenta se importaba de México y Colombia. Por lo general, era hierba llena de semillas que algunos aficionados probaban a plantar en sus jardines, especialmente en California, donde el clima era más o menos adecuado. Como todavía no se cultivaba hierba sinsemilla en ningún sitio, cada vez que comprabas marihuana tenías semillas en los cogollos. Los viajeros occidentales que visitaban los países tradicionalmente productores de cannabis psicoactivo, como India, Tailandia, Nepal, Filipinas, Laos, Congo, Sudáfrica, Panamá, Paraguay, Colombia y México, empezaron a llevarse semillas de vuelta a casa. Seguramente, si tuviéramos que fijar un punto en el mapa donde se empezaron a crear híbridos modernos de cannabis, deberíamos marcar la zona de la bahía de San Francisco, donde el clima templado era adecuado para cultivar en exterior y la temporada era lo bastante larga para que algunas variedades pudieran madurar correctamente.

Algunos hippies y aficionados a la planta empiezan a sembrar semillas de las distintas variedades y a desarrollar híbridos entre genéticas de orígenes diversos. Es una época emocionante, pero de la que sabemos poco con seguridad. Todo es información oral o recogida de viejos recortes de revistas cannábicas, noticias de prensa o leyendas. En aquella época, el FBI, la DEA y hasta la CIA se infiltraron en la escena cannábica estadounidense y, especialmente, en la californiana. Entre infiltrados, topos, chivatos y cultivadores tirando balones fuera para despistar a la policía y no ser detenidos, es muy complicado averiguar qué fue y qué no fue lo que pasó.

El antes y el después de la aparición de las índicas 

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Catálogo de The Seed Bank de 1987. 

El problema que tenían los cultivadores de aquellos años es que las variedades no estaban adaptadas al clima californiano. Aun siendo el más adecuado del país, la mayoría de las variedades importadas provenían de climas más cálidos y tropicales en los que las plantas necesitan muchos meses para madurar. En California, germinaban y crecían bien, pero, cuando se acababa el verano y llegaba el otoño húmedo y frío, las plantas todavía no estaban maduras. Eran variedades sativas que necesitaban mucho tiempo y no maduraban hasta noviembre o diciembre, cuando las temperaturas en California ya eran demasiado frías.

Para alegría de los cultivadores, todo cambió cuando empezaron a llegar variedades índicas afganas y pakistaníes, que crecían en latitudes más al norte, estaban aclimatadas a temporadas de cultivo más cortas y se podían cosechar en octubre. Estas variedades eran diferentes: en sus países de origen se utilizaban para fabricar hachís y no para consumir las flores. Tenían unos cogollos con muchas hojas junto a las flores y una enorme cantidad de resina, muy distintos a los de las variedades sativas tropicales que habían estado cultivando hasta el momento. Los cogollos de las sativas suelen tener pocas hojas, cogollos finos y alargados y glándulas de resina gordas, pero menos numerosas. El efecto psicoactivo de índicas y sativas también era diferente: las índicas proporcionaban una psicoactividad más narcótica y relajante, mientras que las sativas producían un efecto más creativo y estimulante.

Los cultivadores no tardaron mucho en empezar a cruzar ambos tipos de plantas con la intención de crear nuevas variedades que aunaran las características de crecimiento de las índicas con el efecto psicoactivo de las sativas.

La Skunk, el nacimiento de un mito

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La llegada de las genéticas afganas a California revolucionó la creación de nuevas variedades más rápidas. 

"Al salir de la cárcel, Sam Skunkman se fue a Ámsterdam y se llevó consigo plantas y unas doscientas cincuenta mil semillas de distintas líneas y variedades"

La variedad Skunk (‘mofeta’, en inglés) es, sin duda, la variedad moderna más famosa de todos los tiempos. Hay muchas historias sobre su origen y su creador, ninguna plenamente confirmada. Os voy a explicar la que a mí me han contado que es la auténtica. Al parecer, un cultivador apodado Jingles cruzó en 1969 una hembra de Colombian Gold con un macho afgano y creó una variedad híbrida muy inestable de la que seleccionó una planta especial, la Skunk original, a la que llamaban por este nombre por su apestoso olor, que les recordaba a una mofeta. Durante años, esa planta fue cultivada a partir de esquejes por muchos cultivadores de las colinas que rodean la bahía de San Francisco. Algunos de ellos pertenecían a un grupo que se autodenominaba Sacred Seeds y que se dedicaron a estabilizar la variedad. Usaron la misma Colombian Gold que había usado Jingles e intentaron repetir el cruce con la esperanza de lograr una versión más estable y que pudiera reproducirse por semillas. Sacred Seeds era un grupo de cultivadores que trabajaban cada uno por su cuenta, y entre todos sembraban cada año miles de semillas de distintas líneas de Skunk seleccionadas con distintos criterios, y solo se escogían las mejores plantas para realizar los cruces. La idea era ir estabilizando la variedad sin reducir su riqueza genética.

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Portada de High Times para conmemorar la victoria de Skunk#1 en la Cannabis Cup de 1988. 

Hay mucho misterio sobre quiénes formaban parte de este grupo de cultivadores y de dónde salieron realmente las genéticas: entre ellos parece que estaban David Watson (conocido como Sam The Skunkman), Robert Connell Clarke (autor de Marijuana BotanyHashish!, dos de los libros sobre cannabis más influyentes de la historia), Mendocino Joe y Maple Leaf Wilson.

En 1981 apareció el primer anuncio de venta de semillas de Sacred Seeds: veintiocho variedades entre razas puras e híbridos ordenadas por su fecha de cosecha en exterior. Los precios eran caros, entre 1 y 5 $ por semilla, que, en dólares del 2024, serían entre 3,5 y 17,5 $ por semilla.

Las genéticas de Sacred Seeds fueron las primeras variedades modernas, y Skunk#1 fue el primer híbrido índica/sativa en hacerse famoso, pues juntaba lo mejor de las índicas y de las sativas. Ed Rosenthal, el famoso experto en cultivo de cannabis, lo resumió así: “La planta revolucionó absolutamente el cultivo. Era revolucionaria porque era una planta controlada. La altura estaba controlada, era estable, era potente, maduraba en menos tiempo que otras variedades y me encantaba cultivarla”.

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El trabajo de creación de variedades no para nunca y las genéticas mejoran año tras año. 

Pese a su fama, Sacred Seeds tenían las horas contadas. En 1982, la policía hizo una redada en el almacén del grupo y detuvo a Sam Skunkman y quizás a algunos más. Pagaron la fianza y salieron en libertad. La policía había tirado las plantas a un contenedor junto al almacén, así como bolsas enteras de semillas. El grupo pudo recuperar muchas plantas, semillas y material de cultivo. En el juicio, por escasez de pruebas, recibieron condenas cortas y, al salir de la cárcel, se produjo la desbandada. Sam se fue a Ámsterdam y se llevó consigo plantas y unas doscientas cincuenta mil semillas de distintas líneas y variedades.

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Ámsterdam alrededor de 1970.

Holanda y la explosión de bancos de semillas

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El holandés Ben Dronkers fundó The Sensi Seed Club y The Sensi Seed Bank. 

A partir de 1972, el gobierno holandés había empezado a diferenciar entre drogas duras, como la heroína y la cocaína, y drogas blandas, como el cannabis, mucho menos peligrosas y cuyo consumo era tolerado. Aparecen los primeros coffee shops en Ámsterdam, y desde allí se extienden al resto del país. A principios de la década de 1980, cuando las autoridades estadounidenses se ponen más duras en la lucha contra el cannabis, algunos criadores de semillas californianos se trasladan a Ámsterdam y unen sus esfuerzos a los de los criadores holandeses. Aparecen bancos de semillas como Lowland Seeds (de Wernard Bruining), que luego se trasformó en Positronics; Cultivator’s Choice (de Sam Skunkman); The Seed Bank of Holland (del australiano NevilSchoenmakers, otro de los criadores míticos de cannabis); Super Sativa Seed Club (de Karel Schelfhout); Sensi Seeds Club (de Ben Dronkers), y Dutch Passion (de Henk van Dalen). Es el principio del desarrollo de los bancos de semillas holandeses, que dominarían la escena cannábica durante las dos décadas siguientes. Los bancos de semillas holandeses importaban genéticas de países tradicionalmente productores, así como esquejes desarrollados en la costa oeste de Estados Unidos especialmente seleccionados para cultivos de interior, pero que no existían en formato semilla. Así llegan a Holanda genéticas como Hash Plant o Big Bud, que los criadores holandeses incorporan enseguida a sus híbridos.

Entre 1989 y 1991, la DEA golpea fuertemente al sector cannábico del país, obligando a las tiendas de cultivo a entregar los registros de clientes y descubriendo y encarcelando cultivadores por todo el país. Intentan también perseguir a los dueños de los bancos holandeses, por lo que estos pasan a una situación de semiclandestinidad hasta 1992. Ese año, Nevil y Ben Dronkers unieron The Seed Bank y Sensi Seed Club para formar The Sensi Seed Bank, que marca el renacer del negocio y a partir del cual iban a surgir muchos nuevos bancos de semillas en Holanda: T.H.Seeds y Kulu Trading en 1993; Paradise Seeds, Sagarmatha y KC Brains en 1994; Serious Seeds, Green House Seed y Seeds of Courage/Soma Seeds en 1995.

Y llega el 2000 

Con la llegada del siglo xxi, la cultura cannábica de otros países como Canadá o España vive un gran desarrollo y surgen decenas de nuevos bancos de semillas. Las variedades feminizadas, primero, y las autoflorecientes, después, seguirán revolucionando el mundo del cultivo cannábico en el nuevo siglo. Pero esa es otra historia a la que dedicaremos un artículo completo en otro momento.

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Super Skunk, una variedad clásica de The Seed Bank de Nevil, resultado de cruzar la Skunk#1 con sus ancestros afganos. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #326

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