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Autocultivo en interior: organización del espacio (Parte 2)

Segunda parte de Autocultivo en interior: organización del espacio de Jesús T. Gallego.

Segunda parte de Autocultivo en interior: organización del espacio de Jesús T. Gallego. Podéis encontrar la primera parte en este enlace.

Sistema de ventilación

El sistema de ventilación es la parte del cultivo de interior que más problemas da a muchos cultivadores. Para sacar el aire al exterior hay que perforar una pared o, como mínimo, el cristal de una ventana, para pasar el tubo de extracción. Además, los extractores son ruidosos y pueden llamar la atención de los vecinos. Pese a todos estos inconvenientes, las lámparas de alta presión continúan siendo las escogidas por la gran mayoría de los cultivadores, debido al buen resultado que dan gracias a su gran potencia lumínica, pero requieren sistema de ventilación o aire acondicionado.

Un error que con frecuencia cometen los cultivadores novatos es descuidar la ventilación por las dificultades que entraña. Ante la complicación de agujerear pared o ventana, muchos cultivadores intentan ahorrarse este paso y pretenden cultivar sin extracción o dejando abierta una ventana para que salga el aire caliente o alguna otra solución chapuza. Estos inventos nunca funcionan bien y las plantas viven en ambientes demasiado calientes, cargados de humedad y sin suficiente dióxido de carbono. El resultado es previsible: plagas, crecimiento pobre y cosechas pequeñas y de baja calidad.

Extractor conectado a un filtro de carbón activo para eliminar el olor.
Extractor conectado a un filtro de carbón activo para eliminar el olor.

El sistema de ventilación de un cuarto de cultivo de interior suele organizarse por medio de dos extractores. El primero, situado en la parte superior del espacio de cultivo, saca al exterior el aire caliente, y el segundo, colocado cerca del suelo, lo renueva con aire fresco. Los extractores deben tener suficiente potencia como para renovar todo el aire del cuarto de cultivo cada tres minutos. Para calcular la potencia de extracción necesaria para un cuarto de cultivo determinado basta con calcular el volumen en metros cúbicos (multiplicando las medidas del espacio de cultivo: anchura x profundidad x altura en metros) y multiplicarlo por 20. Por ejemplo, un armario de 1 x 1 x 2 metros tiene un volumen de 2 m3 y requiere un extractor de 40 m3 por hora como mínimo. Es recomendable comprar un extractor más potente de la cuenta, de los que tienen dos velocidades, para ponerlo normalmente a la velocidad baja y tener la otra de reserva para los días de mucho calor.

Para evitar que el fuerte olor del cannabis se extienda por la casa o el barrio se debe conectar un filtro de carbón activo al extractor de salida, de manera que el aire atraviese el filtro (dejando el olor en él) antes de ser expulsado al exterior. El tamaño del filtro de carbón debe estar relacionado con la potencia del extractor; debe tenerse en cuenta que el filtro le hace perder algo de fuerza de extracción, una razón más por la que conviene comprar un extractor potente.

La única forma válida de evitar los extractores es enfriar el cuarto de cultivo por medio de un acondicionador de aire. El aire acondicionado contrarresta el calor de las bombillas y hace innecesaria la renovación del aire por medio de los extractores. El único inconveniente del aire acondicionado es que al no introducir aire fresco del exterior tampoco renueva el dióxido de carbono (CO2 ) que consumen las plantas y que es absolutamente imprescindible para que las plantas crezcan bien. Hay varios sistemas de generar CO2 dentro del cultivo; lo más práctico es liberarlo desde una botella a presión como las que se usan en los bares para el grifo de cerveza, o bien fabricarlo directamente con un generador de CO2 a partir de butano o propano. Estos generadores queman gas para producir dióxido de carbono y deben conectarse a un cerebro electrónico que mide la concentración de gas en el aire y lo va liberando cuando la concentración baja del valor marcado. La principal ventaja de fabricar el CO2 es que se puede mantener una concentración en torno a 1.000 ppm (partes por millón), mucho más alta de la concentración normal en la atmósfera, que es de unas 400 ppm, lo que acelera y potencia el desarrollo de las plantas hasta el punto de que la cosecha puede llegar a aumentar hasta un 30%.

La combinación de aire acondicionado y generador de CO2 encarece notablemente el montaje de un cultivo de interior, comparado con el coste de los dos extractores que se requieren para una ventilación tradicional, pero el control de la humedad y la temperatura que se logra es mucho más efectivo y homogéneo a lo largo del año, además de aumentar claramente la producción de las plantas.

Las plantas se benefician si viven bajo una suave brisa que mueva el aire a su alrededor. El sistema más efectivo para lograrlo es mediante un ventilador oscilante funcionando de manera constante dentro del cuarto de cultivo.

Ventiladores
Los ventiladores oscilantes mantienen el aire en movimiento alrededor de las plantas.

Armario de cultivo

Los armarios no son imprescindibles para cultivar, quien disponga de una habitación completa para instalar el cultivo no necesita uno. Sin embargo, dado su relativo bajo precio y su enorme comodidad, resulta muy recomendable utilizar un armario de cultivo. Son muy fáciles de montar, y cuando están cerrados resultan bastante discretos y tienen múltiples detalles que facilitan el trabajo del cultivador. Por ejemplo, los tubos y soportes internos permiten colgar las lámparas y los extractores sin tener que agujerear el techo de la habitación para colocar ganchos, las ventanas dejan ver las plantas sin necesidad de abrir el armario y la gran variedad de medidas hace que sea muy fácil encontrar uno que se adapte al espacio disponible. La gama de tamaños va desde los muy pequeños de 60 x 60 centímetros, adecuados para iluminar con un fluorescente compacto de 125 vatios, hasta monstruos de 6 x 3 metros, capaces de albergar más de 10.000 vatios en lámparas de alta presión. Las medidas más comunes y adecuadas para un pequeño autocultivo doméstico son 80 x 80, 100 x 100 y 120 x 120, iluminados con una lámpara de alta presión de sodio de 250 w, 400 w y 600 w, respectivamente.

Exposición de armarios de cultivo en una feria cannábica.
Exposición de armarios de cultivo en una feria cannábica.

Hay muchos fabricantes de armarios de cultivo, algunos son más baratos, otros están mejor acabados o usan tejidos y materiales de mejor calidad. En realidad, se puede cultivar bien en todos ellos, pero las mejores marcas son más duraderas y resistentes, además de contar con más detalles, como más salidas para ventilación o cables, tejidos más fuertes o cremalleras de mejor calidad. A largo plazo, merece la pena buscar un buen armario, pero quien no quiera gastar mucho puede apañarse con un modelo barato.

Armario de Cultivo
Las ventanas de los armarios de cultivo sirven para vigilar las plantas sin tener que abrir las puertas.

Cómo empezar

La forma más barata y sencilla de iniciarse en el cultivo de interior es comprar un kit básico en un buen grow shop. Estos kits incluyen todo lo necesario para montar un pequeño cultivo indoor: un armario (las medidas más habituales van de 60 x 60 hasta 120 x 120 cm), lámpara APS de entre 250 y 600 w con bombilla, reflector y poleas para colgarla, programador para controlar el fotoperiodo, extractor de entrada y de salida de aire, filtro antiolor de carbón activo y tubos de conducción de aire. El precio de los kits depende del tamaño del armario y del número y la calidad de los componentes. Los más baratos salen por unos 200 euros, mientras que los más caros pueden llegar al triple o más. Además de estos elementos se necesitan también macetas, sustrato y abonos para crecimiento y floración. Los medidores de pH y EC no son absolutamente necesarios pero ayudan bastante a empezar bien, ya que permiten evaluar la calidad del agua y la concentración de nutrientes que reciben las plantas. Por supuesto, para empezar a cultivar también hacen falta semillas o esquejes de cannabis. En total, se puede empezar a cultivar en interior por poco más de 200 euros si se opta por un modelo de los más pequeños, probablemente iluminado con una lámpara de sodio de 250 w. Aunque en un cultivo de interior se puede llegar a producir en cada cosecha hasta un gramo de cogollo seco por cada vatio de luz empleado (es decir, 250 gramos por cosecha con una lámpara de 250 w), la verdad es que no es lo más frecuente. Los resultados óptimos se obtienen cuando el cultivador tiene bastante experiencia, la variedad escogida es muy productiva y todo funciona a la perfección; lo normal es cosechar bastante menos, entre 0,4 y 0,8 gramos por vatio (que equivale a 100-200 gramos con 250 w, 160-320 gramos con 400 w y 240-480 gramos con 600 w). Lo bueno del cultivo de interior es que no depende de la temperatura exterior ni del fotoperiodo natural, por lo que se pueden hacer tres al año muy fácilmente, y eso sin tener que cultivar en pleno verano, cuando las altas temperaturas dificultan mucho el proceso.

Una vez se tienen todos los elementos en casa hay que montar el armario de cultivo, los extractores, las lámparas, etc. y ponerlo en funcionamiento sin plantas durante dos o tres días para ver que todo funciona bien y ajustar la velocidad de los extractores para que la temperatura del espacio de cultivo se mantenga dentro del rango óptimo para el desarrollo de las plantas, entre 22 y 25 ºC.

Imágenes José T. Gallego

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