El Gobierno de Hong Kong ha prohibido el uso, la posesión y venta del cannabinoide CBD y de los productos que lo contengan, clasificándolo dentro de la lista de “drogas peligrosas” junto a otras sustancia como la heroína, la cocaína o la metanfetamina. El presidente ejecutivo de Hong Kong, John Lee, anunció la prohibición el pasado septiembre aludiendo a que la sustancia puede provocar efectos dañinos.
Según la revista Time, las autoridades de Hong Kong han argumentado que las cualidades terapéuticas del CBD no han sido probadas adecuadamente y que su uso puede resultar peligroso. También defienden que no es fácil extraer el CBD de las plantas de cannabis en su forma pura, y que un tercio de los productos de CBD incautados por la policía en el pasado contenía THC.
Un par de años atrás los productos de CBD proliferaron en el territorio de Hong Kong como en otras partes del mundo. Se podía encontrar en cafés, restaurantes y tiendas, y numerosas empresas estaban trabajando con el cannabinoide para la elaboración de cosméticos y alimentos. Ahora, la posesión de CBD puede conllevar una pena de hasta siete años de cárcel y una multa de 1 millón de dólares de Hong Kong (128.000 dólares estadounidenses). La importación, exportación o producción del cannabinoide pueden llevar a una pena de cadena perpetua y una multa equivalente a 638.000 dólares.