La mayoría de la gente piensa en la atmósfera y el famoso agujero en cuanto oyen la palabra ozono. Saben que es un gas que nos protege de las radiaciones solares y que los desodorantes y otros sprays casi acaban con él. Pero el ozono también sirve como una gran herramienta para el cultivador, pues es una molécula de una potencia limpiadora tremenda que combate olores, bacterias, esporas, hongos, etc.
¿Qué es el ozono?
La molécula del ozono, O3, está formada por tres átomos de oxígeno, uno más que la molécula normal de oxígeno (O2). Este átomo extra es muy inestable y reacciona enseguida con su entorno, oxidando cualquier materia orgánica que haya cerca. El ozono no tiene color y tiene un olor picante, acre, que en concentraciones altas resulta desagradable y puede llegar a ser irritante para los ojos o las vías respiratorias. La formación del ozono sucede cuando una molécula de oxígeno (O2) se rompe y cada uno de los átomos de oxígeno se une a otras moléculas formando O3.
En la naturaleza hay muy poco ozono al nivel del suelo, pues debido a su inestabilidad reacciona casi instantáneamente con cualquier molécula de materia orgánica. Solo se encuentra en dosis algo mayores en caso de tormentas, pues la electricidad de los rayos potencia su formación. Por eso, el aire de tormenta tiene a veces un característico olor entre metálico y picante, que se puede atribuir al ozono.
¿Para qué sirve?
La principal virtud del ozono es su capacidad de filtrar las radiaciones ultravioletas procedentes del sol y purificar el aire. La presencia del ozono a veinticinco kilómetros de altura, en la estratosfera terrestre, resulta vital para la vida en el planeta, así que, sin duda, esta es su mayor utilidad.
En segundo lugar, el ozono es una de las sustancias oxidantes más fuertes de la naturaleza, mucho más que el oxígeno (O2). Como agente antimicrobiano, se ha calculado que es unas tres mil veces más fuerte que la lejía. El ozono se usa en la purificación de aguas residuales y en el tratamiento de agua potable para eliminar bacterias, pues presenta la ventaja respecto al cloro de no dejar olor ni sabor en el agua.
En la industria se emplea ozono para combatir malos olores, por ejemplo, en la limpieza de ropa y tejidos o para eliminar el olor a tabaco en una habitación de hotel. El empleo de ozonizadores está muy extendido en la purificación del aire, pues elimina las bacterias y esporas del aire, así como otros alergenos como el polen.
En piscinas se usa como alternativa al cloro, con la ventaja de no dejar olor ni afectar al pH, por lo que no irrita los ojos ni estropea la tela de los bañadores o el cabello de los bañistas.
Por sus propiedades bactericidas, el agua ozonizada es perfecta para el lavado de frutas y verduras, ya que aumenta su tiempo de conservación. También se usa para lavar los tapones de corcho y eliminar bacterias y esporas que pudiesen afectar al sabor del vino.
Precauciones
El ozono es un gas irritante, y la exposición a altas dosis durante periodos prolongados es perjudicial para la salud. La Organización Mundial de la Salud recomienda un máximo ambiental para el público general de 0,05 ppm (0,1 mg/m3).
Si empleamos un ozonizador en el cuarto de cultivo, debemos apagarlo un rato antes de entrar a cuidar las plantas para dar tiempo a que se descomponga el que haya en el ambiente. El ozono es muy inestable y se descompone con rapidez, basta con esperar media hora y ya no habrá ozono en el aire. Como regla general, si se huele el ozono es que hay demasiado y conviene salir de la habitación o ventilarla.
En el caso del agua ozonizada los riesgos son menores, pues el ozono no está en el aire y no se respira.
Fabricación de ozono gaseoso
Debido a su naturaleza inestable, el ozono no se puede transportar ni almacenar, debe ser producido allá donde vaya a ser utilizado. Hay ozonizadores con potencias muy distintas, desde pequeños aparatos para desodorizar el coche o un armario, hasta grandes generadores capaces de eliminar el olor de un gran cultivo de cannabis. La potencia de los ozonizadores se mide por la cantidad de ozono que produce cada hora. Para un cuarto pequeño de cultivo bastará con una producción de ozono de 100 mg/h, mientras que para un cuarto de tamaño medio harán falta entre 200 y 400 mg/h. Los ozonizadores más potentes, aquellos que pueden desodorizar el aire de una gran plantación, llegan a generar varios gramos de ozono por hora.
Según el sistema que usan para generar el ozono, hay dos tipos principales de ozonizadores. El sistema tradicional utiliza lo que se llama “efecto corona”, que consiste en usar la corriente eléctrica para generar un chorro de electrones que rompe las moléculas de O2, liberando átomos de oxígeno, que se unen a otras moléculas de O2 y forman O3. La humedad ambiental y la temperatura influyen de manera considerable en la producción de ozono de estos aparatos, ya que producen mucho más con un clima seco. Los ozonizadores de pared suelen ser de este tipo, y los modelos más sencillos se encuentran desde treinta euros.
La segunda forma de producir ozono es por medio de la radiación ultravioleta (UV), utilizando una lámpara UV para disociar las moléculas de O2 y crear ozono. Los ozonizadores de luz UV son mucho mejores para ambientes húmedos que los ozonizadores de corona. La mayoría de ozonizadores de conductos suelen ser de luz ultravioleta. Son bastante más caros que los de efecto corona, empiezan a partir de doscientos euros. La radiación ultravioleta es peligrosa para las personas y los animales. Nunca hay que mirar directamente las lámparas cuando están encendidas.
Ozono gaseoso en el cultivo
Liberado al aire en forma gaseosa, el ozono tiene numerosas aplicaciones en el cuarto de cultivo: mata las esporas y las bacterias y destruye los olores, por lo que se usa para esterilizar espacios, purificar el aire y eliminar el olor a cannabis del aire antes de expulsarlo al exterior. Todos los aparatos y equipos que no se pueden meter en agua para lavarlos, como lámparas, balastros, ventiladores o extractores, pueden ser esterilizados por medio del ozono gaseoso. Para ello hay que situarlos en un recinto cerrado como un armario o una habitación pequeña y encender un ozonizador ambiental durante un rato largo, a ser posible varias horas. Después de cada cosecha, tras limpiar a fondo el cuarto de cultivo, apago la extracción, enciendo el ozonizador, cierro las puertas y lo dejo en marcha toda la noche para que el ozono desinfecte el cuarto de cultivo antes de introducir las plantas de la siguiente cosecha.
Un ozonizador que purifique el aire que entra en el cuarto de cultivo reducirá las probabilidades de que aparezcan hongos en las plantas, pues matará las esporas antes de que puedan germinar. Si hay nivel de ozono muy alto en el ambiente, se pueden llegar a producir quemaduras en las plantas, sobre todo en las puntas de las hojas más cercanas al ozonizador.
Ozonizadores de conductos
Son aparatos que se instalan dentro de los conductos de ventilación y actúan sobre el aire que pasa por ellos. Deben consultarse las especificaciones del fabricante para saber qué ozonizador es el adecuado según la potencia del extractor y el tamaño del cultivo, ya que si colocamos uno poco potente no eliminará todo el olor y si es demasiado potente el aire saldrá al exterior oliendo a ozono, lo que tampoco es recomendable, pues puede llamar la atención de los vecinos o viandantes. Aunque el ozono actúa con rapidez eliminando los olores, requiere estar unos instantes en contacto con el aire, por lo que siempre se debe colocar al principio del circuito de extracción y este tener una longitud de tubo de al menos cinco metros.
Para mayor seguridad en la eliminación de olores, se puede combinar un filtro de carbón activo con un ozonizador de conductos. Muchos cultivadores cuelgan un ozonizador de pared fuera del cuarto de cultivo para asegurarse de que ningún resto de olor a marihuana se extienda por la vivienda.
Agua ozonizada
El ozono se puede disolver en agua y ejercer su efecto a través de ella. El agua ozonizada limpia más que el cloro o la lejía, pero con la ventaja de que no deja restos que haya que enjuagar ni malos olores. El agua ozonizada tiene múltiples aplicaciones en el cultivo como limpiador, oxigenador y fungicida.
Cómo preparar agua ozonizada
Hay ozonizadores especialmente diseñados para ozonizar agua. En realidad son similares a un ozonizador ambiental, con la particularidad de que tienen una pequeña bomba que impulsa el aire cargado de ozono a través de un tubo de silicona con una piedra porosa en el extremo, como las que se usan para oxigenar los acuarios. La piedra se coloca en el interior de un recipiente lleno con agua y se deja que burbujee un rato para que el ozono se vaya disolviendo. Hay modelos de ozonizadores doble función, es decir, ambientales y para ozonizar agua, desde setenta euros.
El agua ozonizada debe emplearse inmediatamente después de hacerse, pues el ozono se degrada con gran rapidez. Lo mejor es ozonizar el agua durante cinco minutos por cada litro y usarla enseguida pulverizándola con una botella de presión.
Aplicaciones del agua ozonizada
- Desinfección y esterilización de macetas, tutores, bandejas y cualquier material de cultivo que se pueda mojar. Solo hay que sumergirlos en el agua ozonizada durante un rato y no hace falta frotar. En los sistemas de riego, lo mejor es usar una bomba para hacer circular el agua ozonizada por los tubos y mangueras.
- La ozonización del agua de riego elimina cualquier bacteria o microbio que pueda contener y aporta mayor cantidad de oxígeno a las raíces.
- El agua ozonizada mata el oídio y la botritis cuando los toca, sin dañar las plantas ni los cogollos ni las glándulas de resina. La pulverización semanal de agua ozonizada sobre la plantación previene la aparición de oídio y botritis, pues también acaba con todas las esporas que toca. Además, cuando finalmente aparece, ayuda a mantenerlo bajo control, aunque entonces hay que pulverizar con mayor frecuencia, dos o tres veces por semana. El ozono solo mata por contacto, así que debe mojarse toda la planta para que sea realmente efectivo. No deja ningún resto ni tiene plazo de seguridad, por lo que se puede pulverizar hasta el último día.
- Sumergiendo los esquejes en agua ozonizada antes de ponerlos a enraizar se eliminan los virus y bacterias que podrían producir podredumbres y otras enfermedades.
- Aplicada sobre las plantas, el agua ozonizada no solo elimina hongos y esporas, también limpia las hojas de restos de polvo, melazas de insectos, residuos de insecticidas o fungicidas.