Barney's Farm ha logrado combinar una pareja muy popular de la genéticas de la Costa Oeste: Blue Gelato 41; es otra espectacular primicia que el famoso criador holandés convirtió en una verdadera buena noticia para todos los cultivadores de Europa, que ahora pueden conseguir fácilmente éste cruce de las mejores genéticas de “el otro lado del charco”: la cepa imperecedera Blueberry y la variedad de tendencia más buscada: Gelato 41 (Thin Mint Girl Scout Cookies x Indica Sunset Sherbet), con éstos antecedentes familiares el recuento de THC puede llegar a ser superior al 27%. Barney´s Farm estaba seguro de que casar éstos dos ases entre sí iba a conducir a algo grande. . . . ¡y así fue!. El poderoso híbrido resultante rápidamente te sumergirá en un tranquilo charco de potente placer psicodélico que además puede actuar para aliviar dolores y otros beneficios médicos. Perfecta para seguir adelante con el mentón bien alto tras un día duro.
Las glándulas de resina en grandes cantidades resulta algo obvio para este híbrido, y también en términos de rendimiento, Blue Gelato 41 es un rotundo éxito después de 63-70 días de floración en cultivos de interior.
En exterior es factible un rendimiento excepcional dada su resistencia a las condiciones climatológicas más adversas. Las plantas madurarán entre la 2ª y 3ª semana de octubre, con posibilidades reales de disfrutar de una cosecha intacta, ya que Blue Gelato 41 posee una resistencia al moho muy alta. Cabe destacar en el trascurso de su cultivo la uniformidad de los ejemplares y el rendimiento a la hora de emplear la báscula en la cosecha. Ésta variedad puede sorprenderte con una probabilidad de que las hojas y los cálices se vuelvan de color púrpura - azulado. La regla básica aquí es, por supuesto, que cuanto más frías son las temperaturas de cultivo, más intensas se vuelven estas coloraciones.
En cuanto a los aromas, hay un magnífico bouquet cítrico y dulce de base con un sútil toque terroso y una pizca picante en cada calada. Es una maravillosa fragancia que puedes estar oliendo durante horas sin cansarte. El efecto en la cata fué instantáneo; las neuronas rápidamente flotaban entre algodones, acto seguido continuó el resto del cuerpo sumergiendo el espíritu en un dichoso alivio con profunda relajación pero sin paralizar pesadamente, lo que fomentó soñar despierto estimulando la imaginación y la creatividad. Al poco de la cata resultaba complicado quitarse la sonrisa de la cara con el grupo de amig@s, lo que resultó fantástico en la feria Cannabica en la que nos encontrábamos. ¡Simplemente perfecto!