Influencias tempranas y pasión incipiente

La conexión de Ben Dronkers con la naturaleza floreció en el jardín de su madre, cuyos “dedos verdes” le inculcaron un profundo aprecio por la vida vegetal. Fue observando el intrincado crecimiento y el delicado equilibrio de la naturaleza desde una edad temprana, como arraigó en Ben su fascinación por la botánica y su potencial humano. La humildad de su padre cimentó aún más los futuros proyectos de Ben, haciendo hincapié en la conexión con la tierra y las personas a las que pretendía servir.
Su encuentro con el cannabis despertó en él un propósito al que consagraría su vida. Al observar los efectos del cannabis, tergiversados durante sus años de formación, Dronkers descubrió que la narrativa predominante, tan negativa, carecía de fundamento. Esta constatación, unida a su naturaleza rebelde, desencadenó una búsqueda para entender y defender esta planta incomprendida, cuestionando la prohibición y desarrollando su verdadero potencial.
Conciencia global: un despertar a la riqueza y variedad del mundo
Los años de adolescencia de Dronkers trabajando para la compañía de cruceros Holland America Line le expusieron a paisajes diversos y culturas globales, ampliando su perspectiva y alimentando su espíritu explorador. Ser testigo directo de la belleza de la naturaleza y la riqueza de la sociedad consolidó su creencia en el entendimiento global, el intercambio cultural y la armonía medioambiental.
Sus viajes también profundizaron su aprecio por el cannabis y la versatilidad del cáñamo. Sus encuentros en Turquía, Afganistán y Pakistán le revelaron antiguas tradiciones en las que estas plantas formaban parte de la vida cotidiana y se utilizaban para la medicina, el ocio, los tejidos y la construcción. Ser testigo de prácticas de cultivo sostenibles alimentó su deseo de desafiar la prohibición europea con estos nuevos conocimientos. Recordaba vívidamente haber compartido hachís con agricultores locales en Pakistán, lo que subraya la importancia cultural de la planta.
Ámsterdam contracultural

Con Lee Bridges, conocido como “El poeta del cannabis”, en la tienda del banco de semillas de Sensi Seeds en Ámsterdam.
Los 70 en Ámsterdam fueron una época de cambio social, expresión artística y exploración contracultural. Dronkers se vio inmerso en este vibrante ambiente, en el que el cannabis era un catalizador de la apertura mental, la creatividad y la libertad de expresión. La ciudad era un crisol de ideas que atraía a gente variopinta, de todas las profesiones y condiciones, que buscaban alternativas a las convenciones y al pensamiento dominante. Dronkers abrió una tienda de ropa en esos años, y en sus viajes para adquirir tejidos no despreció la oportunidad de recoger semillas de cannabis y aprender sobre las diversas genéticas de la planta. Vio la tienda no sólo como un negocio, sino como un lugar donde la gente podía reunirse, intercambiar ideas y desafiar las normas sociales.
Le impresionó especialmente la generosidad y la apertura de las personas que conoció en estas regiones productoras de cannabis. Compartían sus conocimientos sobre la planta, sus prácticas tradicionales de cultivo y su hachís, revelando una cultura profundamente entrelazada con el cannabis. Estas experiencias contrastaron fuertemente con las leyes restrictivas y los estereotipos negativos que prevalecían en Europa y afianzaron su decisión de luchar por la legalización del cannabis y promover una comprensión más fundamentada de la planta.
De rebelde a activista: la lucha por la libertad

El Hash Info Museum a finales de los ochenta.
La pasión de Dronkers evolucionó naturalmente hacia el activismo contra la prohibición del cannabis, desafiando las injusticias legales y sociales, como intentos ineficaces y vulneraciones del derecho al conocimiento científico. A pesar de los arrestos –con un saldo no despreciable de dieciséis encarcelamientos tras ser detenido en ochenta ocasiones–, su compromiso no hizo más que fortalecerse.
La inauguración del Hash Marihuana & Hemp Museum en Ámsterdam marcó un momento crucial. Se concibió como un centro educativo, un testimonio de la rica historia de la planta y una celebración de su importancia cultural. Él y su amigo Ed Rosenthal querían crear un espacio donde la gente pudiera aprender sobre el cannabis y el cáñamo de una forma objetiva e informada, libre de los prejuicios de la propaganda y la desinformación. A pesar de los intentos inmediatos de las autoridades por cerrarlo, Dronkers perseveró. La victoria legal sentó un precedente para la libertad de expresión y el derecho a compartir conocimientos, no sólo sobre el cannabis, sino sobre cualquier tema de interés público. Dronkers acudió a los tribunales y defendió con éxito que el museo debía permanecer abierto, con el argumento de que el único museo cerrado en los Países Bajos había sido el Museo Histórico Judío durante la Segunda Guerra Mundial. Este poderoso argumento puso de relieve lo absurdo de querer silenciar el conocimiento en torno a una planta y la importancia de preservar su patrimonio cultural.
Sensi Seeds: cultivar una visión

Un vestigio de los comienzos, la variedad hawaiana de de Sensi Seeds anunciada en un coffeeshops holandés.
La visión de Dronkers iba más allá del activismo. Reconocía la importancia de preservar y mejorar la genética del cannabis. Comprendió que la clave para liberar todo el potencial de la planta residía en salvaguardar su diverso patrimonio genético y desarrollar nuevas variedades con características mejoradas. En 1985, fundó el Sensi Seed Club, que más tarde se convertiría en Sensi Seeds. Esto marcó el comienzo de un viaje pionero en el cultivo de cannabis.
Dronkers y su equipo se embarcaron en la misión de recopilar y clasificar variedades de cannabis de todo el mundo. Documentaron meticulosamente sus programas de cría, estandarizando el proceso de creación de híbridos y garantizando la calidad y consistencia de sus semillas. Esta dedicación a la calidad, la investigación y la innovación condujo al desarrollo de algunas de las variedades de cannabis más emblemáticas de la historia, variedades que se han convertido en la base de la industria moderna del cannabis.
La adquisición de The Seed Bank de Nevil Schoenmaker en 1991 fue un momento decisivo. Reunió dos de las bibliotecas genéticas de cannabis más extensas del mundo, consolidando la posición de Sensi Seeds como líder del sector. Esta fusión combinó los conocimientos y la experiencia de dos pioneros en el cultivo de cannabis, creando una sinergia que impulsó decisivamente a la empresa.
Una filosofía de conexión: el cannabis como derecho sagrado

Ben con el activista Jack Herer, autor de El emperador está desnudo y en cuyo honor se bautizó la famosa variedad.
Dronkers considera el cannabis como una entidad sensible profundamente conectada con la humanidad y la naturaleza, un regalo sagrado de la Tierra al que se debería poder acceder libremente, fuera del control de gobiernos o empresas.
La visión espiritual del cannabis de Dronkers viene de sus propias experiencias, descritas por él como profundas conexiones con la planta. Considera así, que su criminalización es una injusticia espiritual, que corta nuestro vínculo con una fuente vital de curación y armonía natural. Cuidar y difundir las semillas de cannabis, la promesa que se hizo tras estar en la cárcel, acabó convirtiéndose en el motor de su vida.
Impulsado por esta creencia en el valor inherente de la planta, el activismo y las iniciativas empresariales de Dronkers pretenden preservar el patrimonio genético del cannabis y promover su uso responsable, considerándose a sí mismo como su guardián.
Vislumbrando el futuro amanecer de una era verde

Ben en compañía de su amigo Howard Marks, alias Mr. Nice, a las puertas del Hash Marihuana & Hemp Museum de Ámsterdam.
Dronkers aboga por un “Amanecer de una Era Verde”, caracterizado por un respeto renovado por la naturaleza, una comprensión holística y una relación armoniosa entre el ser humano y la Tierra, guiados por la sostenibilidad, el equilibrio ecológico y la justicia social.
Considera que el cannabis y otras plantas sagradas son fundamentales para esta transformación, catalizando un cambio de conciencia, fomentando una comprensión más profunda de nuestro lugar en la naturaleza y promoviendo la responsabilidad medioambiental. Cree que estas plantas pueden sanar tanto nuestros cuerpos como nuestra relación con la Tierra.
Su visión incluye la plena integración social del cannabis, reconociendo sus beneficios medicinales, industriales y espirituales, tratando dolencias, creando productos sostenibles y mejorando nuestra conexión con nosotros mismos y con el mundo.
HempFlax, un compromiso con la sostenibilidad

Alan Dronkers en un campo de cáñamo de la empresa HempFlax.
El compromiso de Dronkers con la sostenibilidad le llevó a fundar HempFlax en 1993, una empresa dedicada al cultivo y procesamiento de cáñamo industrial. Reconoció el potencial del cáñamo como alternativa sostenible a materiales perjudiciales para el medio ambiente como el plástico, la madera y los combustibles fósiles.
HempFlax ha desempeñado un papel decisivo en la reactivación de la industria del cáñamo en Europa, desarrollando métodos de transformación innovadores y creando una amplia gama de productos a base de cáñamo, desde textiles y materiales de construcción hasta bioplásticos o lechos para animales. Dronkers considera que el cáñamo es un componente clave de un futuro sostenible, que ofrece soluciones a retos medioambientales como la deforestación, la contaminación y el cambio climático, y que contribuye a una economía más circular y responsable con el medio ambiente.
El Museo del Hachís, la Marihuana y el Cáñamo: un legado educativo

Ben Dronkers posa en una de las salas del Hash Marihuana & Hemp Museum de Barcelona.
El Hash Marihuana & Hemp Museum es un testimonio de la dedicación de Dronkers a la educación, la conservación cultural y su pasión por preservar la historia del cannabis y el cáñamo. El museo alberga una vasta y diversa colección de artefactos, que muestran los diversos usos de la planta a lo largo de la historia de la humanidad y su larga relación con diversas culturas de todo el mundo.
El objetivo de Dronkers era contrarrestar la desinformación y el estigma que rodean al cannabis ofreciendo un relato exhaustivo y objetivo de su historia, su importancia cultural y sus posibles beneficios. Quería crear un espacio donde la gente pudiera aprender sobre el papel de la planta en la medicina, la espiritualidad, el arte y la industria, libre de los prejuicios y la propaganda. Dronkers pretendía contrarrestar la desinformación sobre el cannabis, porque, como solía decir “Hay muchos conceptos erróneos, información inexacta e incluso mentiras descaradas”.
El museo se ha convertido en una institución global, que atrae a visitantes de todo el mundo y desempeña un papel vital en la promoción de la comprensión, la aceptación y el diálogo informado sobre el cannabis. Constituye un valioso recurso para investigadores, educadores y cualquiera que desee aprender más sobre esta planta compleja y fascinante.
Los semilleros de Sensi Seeds: cultivando el futuro de la genética del cannabis

Alan con peluca en mayo de 1998, con las muestras que Sensi Seeds presentó a la décima edición de la copa de High Times.
La visión de Ben Dronkers sobre el futuro del cannabis –legal, entendido, genéticamente diverso y cultivado con rigor científico– se materializa en el proyecto Breeding Grounds de Sensi Seeds.
Esta iniciativa aúna la experiencia de Sensi Seeds con la de sus socios cultivadores principales, como Champelli, Humboldt Seed Company, Fat Beans, Serge Cannabis, Sherbinskis, Death Row Records y otros, fusionando conocimientos y pasión para superar los límites del cultivo de cannabis.
En recuerdo de sus primeros viajes y aventuras con la planta, el proyecto se centra en preservar y ampliar la diversidad genética mediante cruces, buscando híbridos resistentes con características mejoradas más allá de la mera novedad, empleando técnicas avanzadas como la cartografía genética.
El Breeding Grounds también hace hincapié en la calidad, desarrollando cepas con perfiles superiores de cannabinoides y terpenos para diversas aplicaciones, así como una mayor adaptabilidad para un cultivo global sostenible, en línea con la visión de armonía ecológica de Dronkers.
El proyecto integra el cultivo tradicional con la ciencia moderna, garantizando altos estándares a través de la hibridación, la estabilización y las pruebas de campo, al tiempo que acoge la participación de la comunidad para alinear las nuevas cepas con las necesidades del mundo real, lo que refleja la creencia de Dronkers en la sabiduría colectiva.
Un movimiento mundial: el largo camino hacia la legalización
Dronkers ha sido una figura clave en el movimiento mundial hacia la legalización del cannabis. Ha sido testigo directo de los lentos y a menudo frustrantes avances, pero sigue siendo optimista sobre el futuro. Dronkers ha financiado esfuerzos en todo el mundo para apoyar la legalización, reconociendo que la lucha por el cannabis es una lucha global por la justicia social y los derechos individuales.
Cree que la plena legalización del cannabis en Estados Unidos, un país que en su día lideró la prohibición, será un punto de inflexión que allanará el camino hacia la aceptación mundial. Lo considera un paso crucial para acabar con el estigma y los prejuicios que han rodeado al cannabis durante tanto tiempo.
Desafíos y triunfos: la dedicación de una vida
La vida de Ben Dronkers ha estado marcada por inmensos retos y triunfos extraordinarios. Se ha enfrentado a batallas legales, al estigma social y a la resistencia de poderosos intereses que pretendían suprimir la verdad sobre el cannabis. Y todo ello sin abandonar el compromiso con su visión, sin vacilar nunca en sus creencias acerca del potencial de la planta.
Sus contribuciones a la industria del cannabis, a la agricultura sostenible y al movimiento global para la legalización del cannabis le han hecho merecedor de un lugar entre los pioneros con amplitud de miras que han sabido entender nuestra época. Ha inspirado a innumerables personas a unirse a la causa, y su legado seguirá dando forma al futuro del cannabis para las generaciones venideras.
Una llamada a la acción: abrazar un futuro próspero
La historia de Ben Dronkers es una llamada a la acción. Es un recordatorio de que la lucha por la legalización del cannabis no sólo tiene que ver con la libertad individual o las oportunidades económicas; se trata de fomentar un mundo más justo, sostenible y armonioso en el que la humanidad prospere en colaboración con la naturaleza.
El legado de Dronkers nos invita a abrazar el “Amanecer de una Era Verde", a reconectar con la Tierra, a reconocer el valor inherente de plantas como el cannabis y a cultivar una comprensión más profunda de nuestra interconexión con todos los seres vivos. Nos insta a convertirnos en guardianes responsables de la Tierra, abogando por políticas responsables y trabajando por un futuro en el que toda la humanidad pueda florecer en armonía con el mundo natural, garantizando su salud y vitalidad para las generaciones venideras.
La vida de Ben Dronkers es un reflejo del poder de la pasión, la perseverancia y un amor profundo por nuestro planeta. Es un auténtico visionario, y su historia es una inspiración para todos nosotros.