En Francia el consumo, la posesión y la venta de cáñamo rico en CBD es ilegal desde hace tres días. El Gobierno ha prohibido por decreto la venta de cogollos y hojas de cannabis no psicoactivo, con menos del 0,3% de THC, así como su posesión y su consumo. Hasta ahora el uso y la comercialización de partes de la planta del cáñamo estaba permitida gracias a una legislación poco clara y a partir de ahora solo se permitirán los productos derivados que no contengan partes de la planta en crudo.
El nuevo decreto fue publicado en el Boletín Oficial el 31 de diciembre. La ley adapta la anterior legislación a la sentencia que el Tribunal Europeo emitió en 2020, en la que determinó que no se podía prohibir la importación y comercialización de CBD extraído de la planta de un país a otro de la UE, pero va un paso más allá y también limita la comercialización directa y el uso de partes de la planta sin procesar.
El nuevo decreto prohíbe “la venta a los consumidores de flores u hojas crudas en todas sus formas, solas o mezcladas con otros ingredientes, su posesión por los consumidores y su consumo”. Es decir, solo podrán cosechar, importar o utilizar el cáñamo los agricultores, empresarios y profesionales dedicados a la producción industrial de extractos de cáñamo, y ya no será posible comprar o consumir legalmente cannabis que no haya sido procesado.
La prohibición incluye la venta de plántulas y esquejes, de modo que “sólo los agricultores activos en el sentido de la normativa europea y nacional vigente pueden cultivar flores y hojas de cáñamo”, indica el texto, que también prohíbe la importación y exportación de plantas y sus derivados a países fuera de la Unión Europea “a menos que vayan acompañados de documentos que certifiquen su conformidad”.
“La viabilidad de muchas empresas depende de esto. En Francia, hay alrededor de 2000 tiendas dedicadas al CBD, con un poco menos de 3 empleados por tienda, por lo que si les quitas casi todos sus ingresos, ¡el riesgo de quiebra y despido se vuelve enorme!”, ha dicho Aurélien Delecroix, director de The Green Leaf Company, y presidente del Sindicato Profesional del Cáñamo a Le Parisien.
“El Estado se dispara en el pie y se priva de un medio no represivo para combatir la trata y el consumo”, continúa Aurélien Delecroix, quien afirma que los consumidores de flores de cáñamo son principalmente consumidores de cannabis que encuentran en los cogollos de CBD una forma de abandonar el hábito de consumo de cannabis.