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Rematarán una empresa de cannabis en Uruguay

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en la inauguración de la planta procesadora de cáñamo de la empresa Boreal en 2020.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en la inauguración de la planta procesadora de cáñamo de la empresa Boreal en 2020.

La compañía Boreal estafó a unos inversores canadienses y despidió a 400 trabajadores. Su dueño, Gonzalo Aguiar, fue asesinado en febrero de este año. 

Ante el desinterés de posibles emprendedores, se rematará la planta de producción de cannabis para fines medicinales perteneciente a Boreal, una compañía radicada en Uruguay y con inversionistas canadienses que se encuentra envuelta en una trama de estafas, despidos y un asesinato, desde julio del año pasado. El establecimiento fue inaugurado en 2020 en un evento que participó hasta el actual presidente del país, Luis Lacalle Pou, y tiene una capacidad industrial para cultivar cientos de plantas, como así también las tareas de secado, curado y elaboración de productos farmacéuticos.

A partir de una indicación de la sindicatura a cargo de la compañía declarada en quiebra, el remate del establecimiento se realizará mañana, 27 de agosto, y estará a cargo de la empresa Vanoli Brun Rematadores. La decisión se tomó luego de meses en los cuales los activos de la empresa estuvieron en venta y nadie se mostró interesado en adquirirlos. Se espera que el dinero a obtener en este proceso pueda cubrir las deudas que contrajo Boreal, principalmente las indemnizaciones a los más de 400 trabajadores despedidos en julio del año pasado.

En febrero de este año, el dueño de la empresa Boreal, Gonzalo Aguiar, fue asesinado por su esposa Romina Camejo, en una casa ubicada en la ciudad costera de Punta del Este, en Uruguay. La investigación del crimen la tomaron las fiscalías de Delitos Financieros y la de Delitos Financieros porque, si bien la culpabilidad de la mujer fue resuelta rápidamente, se descubrió que la víctima fatal estaba envuelta en una trama de estafas. Resulta que Aguiar había conseguido una inversión de 27 millones de dólares por parte de un grupo de canadienses para establecer una planta productiva de cannabis con fines medicinales. Si bien se contrataron a los trabajadores y se compró la maquinaria necesaria, el empresario uruguayo nunca envió dividendos y dejó de atender los llamados de los canadienses, quienes lo demandaron por estafa.

El establecimiento de Boreal estuvo a la venta desde abril, pero nadie se ha mostrado interesado. Por eso, se ha decidido avanzar en su remate. Según el abogado de los trabajadores despedidos, Pablo Berna, el activo de la empresa está valuado en 7 millones de dólares y la deuda que tiene la compañía asciende a los 3,5 millones de dólares.

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