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Aurora Cannabis compra la empresa que suministra marihuana en Uruguay

La compañía canadiense Aurora Cannabis Inc., productora de distintos derivados de la marihuana, compró por 220 millones de dólares las acciones de la también canadiense International Cannabis Corporation Labs (ICC Labs), una de las dos empresas (la otra es la uruguaya Simbiosys) que cultivan marihuana para vender en las farmacias del país sudamericano.

La compañía canadiense Aurora Cannabis Inc., productora de distintos derivados de la marihuana, compró por 220 millones de dólares las acciones de la también canadiense International Cannabis Corporation Labs (ICC Labs), una de las dos empresas (la otra es la uruguaya Simbiosys) que cultivan marihuana para vender en las farmacias del país sudamericano.

La compañía marihuanera mantiene una posición de privilegio, con más del 70% de la participación en el mercado de la marihuana legal en Uruguay, y además es poseedora de licencias en Colombia para la producción, igualmente, de cannabis medicinal. Liderado por el CEO de ICC, Alejandro Antalich, la adquisición establecerá a Aurora como líder de la industria en América del Sur, un continente con más de 420 millones de personas. ICC pretende elevar la capacidad de producción de cannabis a más de 450.000 kg por año. Entre sus planes está el montaje de 300.000 metros cuadrados de invernadero. ICC Labs “fue la primera compañía en el mundo en recibir una licencia de producción de cannabis para el consumo adulto, convirtiendo a Uruguay en el primer país del mundo en la era moderna en legalizar el cannabis”, dijo Antalich. Terry Booth, CEO de Aurora, se pronunció en los siguientes términos: “ICC y su equipo de administración han demostrado una visión y ejecución excepcionales en la producción, expansión, distribución y desarrollo de productos. La compañía cuenta con un equipo de gestión muy sólido con conexiones profundas en todo el continente, lo que creemos que facilitará una expansión exitosa en todos los mercados de América del Sur”.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #250

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