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¡Viva la pepa!: un libro que recorre cómo el psicoanálisis argentino descubrió el LSD

En la década del ’50, un grupo de psicólogos argentinos fueron pioneros en experimentar en su cuerpo los efectos del ácido lisérgico para publicar investigaciones científicas y en el que España tuvo un rol fundamental. 

Una maleta repleta con ampollas de LSD cruzó el Océano Atlántico y fue encontrado de casualidad por cuatro médicos en un basural junto a las vías del ferrocarril en la Estación Retiro, la más importante de Argentina. Este hecho sucedió en el año 1955 y fue la inauguración del uso del ácido lisérgico en el psicoanálisis del país que tiene la mayor cantidad de psicólogos en el mundo. La historia está narrada en el libro ¡Viva la pepa! y que fue publicado a comienzos de enero.

El libro fue realizado por los argentinos Damián Huergo y Fernando Krapp. En sus páginas recorre las biografías de los cuatro psicoanalistas jóvenes e inquietos que se toparon de casualidad con la maleta con LSD. Alberto Tallaferro, Luisa Gambier Álvarez de Toledo –quien llegó a ser Presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina-, Alberto Fontana y Francisco Pérez Moralez le pusieron el cuerpo a los efectos del ácido lisérgico para realizar sus investigaciones científicas, lo que causó el repudio de su entorno en un contexto que estaba marcado por una de las tantas dictaduras militares que sucedieron en el país.

Según cuenta el libro ¡Viva la pepa! (pepa es la forma en la que en Argentina se llama de forma coloquial al cartón con LSD), la maleta con las ampollas la encontró la encargada del laboratorio que poseía Tallaferro. Él descubre que la sustancia provenía del Laboratorio Sandoz, ubicado en Basilea, en Suiza. Entonces les pide más muestras para encarar una investigación del uso de psicodélicos en el psicoanálisis. Sandoz promovía el estudio de la nueva droga con dos condiciones: autoensayos por parte de los investigadores antes de administrarla a pacientes y publicar los resultados en revistas especializadas. Esta política se mantendría hasta 1966, cuando la Guerra contra las Drogas sepultó todo estudio médico con respecto a los psidocélicos.

Pero Tallaferro publicó su primera investigación en 1956 en el libro Mescalina y LSD25: Experiencias. Valor terapéutico en la psiquiatría, donde recoge la experiencia de 63 pacientes. Luego, se suman al estudio el resto de los psicoanalistas. Pero los médicos se encontraron con el rechazo de APA para continuar sus ensayos. Ante la negativa de la institución a que Fernández Morales se convierta en miembro titular con su tesis “Psicoanálisis y LSD-25”, tanto él como Fontana renuncian. Cinco años después el trabajo fue presentado en Madrid, en el IV Congreso Internacional de Psiquiatría. 

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, Argentina es el país con más psicólogos en el planeta. Se tratan de unos 222,5 terapeutas cada 100 mil habitantes. El segundo puesto lo tiene Dinamarca, con una tasa de 85 profesionales. Ahora, con ¡Viva la pepa! se difunde la importancia que tuvo el psiconálisis argentino en el estudio de los psicodélicos para la salud mental, una investigación que la ciencia está retomando desde los últimos años.

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