Llegué a este pueblo, donde se divisan luces inexplicables, por azares del amor. Tepoztlán está rodeado de montañas mágicas donde se dice que conviven chaneques (duendecillos traviesos) con brujas (generalmente, buenas) y los extraterrestres que lo visitan de vez en cuando, interrumpiendo las señales telefónicas y mi wifi.
Enclavado en el estado de Morelos y a menos de una hora de la ciudad de México, Tepoztlán es un pueblo mágico bastante visitado por españoles, italianos y miles de mexicanos cada año. Su atractivo principal es el cerro del Tepozteco, que alberga una pirámide en su cima, de donde se divisa un paisaje alucinante.
Huelga decir que con todo este misticismo, y si le agregamos que en el pueblo de al lado, Amatlán, nació el dios Quetzalcóatl o Serpiente Emplumada, es un lugar donde pululan las ceremonias de todo tipo: desde temazcales hasta viajes con ayahuasca. Yo, como soy más recatado, pues le entro al hongo cargado de psilocibes y, por supuesto, a los productos cannábicos.
Hablando de mota, este es un producto fácil de conseguir aquí. En lo personal, cuento con un distribuidor que me la trae hasta mi domicilio; maneja la de batalla, a la que llamo Panteonera Kush, que se puede comparar con un vino de mesa que igual pone, aunque su sabor y textura no son tan agradables y trae cocos y ramas. También maneja un par de buenas variedades cultivadas en casa, a las que llamo Piña Kush y Lemon Kush, que fumo en pipa ya que su potencia es somnífera, por lo que deduzco que son índicas dominantes.
También maneja hongos psilocibes a quince euros los dos gramos. La Panteonera es superbarata, unos diez euros la onza, y las otras depende como esté el mercado, pero tampoco llegan a los precios europeos. Mis vecinos, los de la pizzería y los de la cervecería, también manejan excelente material, aunque ellos no lo venden. Está el español loco que tiene Finger Hash a siete euros el gramo, pero con calidad insuperable. Un dispensario es lo que haría falta...
Los senadores pasaron un proyecto para legalizar el uso de la marihuana para “entretenimiento” en su producción, almacenamiento, transporte, comercialización y consumo. El pasado mes de noviembre votaron, con un total de 34 votos a favor, 11 en contra y 10 abstenciones, aprobando el proyecto que expide la Ley Federal para la Regulación del Cannabis. La propuesta fue ratificada por la Cámara de Diputados con modificaciones breves, con 316 votos a favor, 129 en contra y 23 abstenciones.
Se permite que cualquier persona mayor de dieciocho años en México pueda tener en su domicilio un máximo de seis plantas de cannabis para su consumo personal. Si hay más de dos personas consumidoras en el domicilio, podrán tener hasta ocho plantas. Aún hay decenas de cuestiones que tienen que discutir para que la ley sea puesta en vigor, por lo que los detalles de esta pueden cambiar. Al legalizar el uso lúdico, México se convertirá en el mercado marihuanero más grande del mundo.
Este proyecto está basado en la Ley General para la Regulación y Control de Cannabis, que fue presentada en noviembre del 2018 por los senadores Olga Sánchez Cordero, quien es la actual secretaria de Gobernación y número dos en el escalafón del organigrama de poder del país, y Ricardo Monreal, actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, ambos pertenecientes al partido Morena del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Se aprobó también la creación de sociedades mercantiles de producción, distribución y comercialización de marihuana a pequeña escala desde dos hasta veinte socios. Se les permitirá cultivar y comercializar cuatro plantas por socio, con un máximo de cincuenta plantas por sociedad. El gobierno emitirá seis tipos de licencia, que regularán la cadena productiva de la marihuana desde la semilla hasta el cogollo, por el momento, enfocándose a una sola de las seis licencias. Será la Comisión Nacional contra las Adicciones, que depende de la Secretaría de Salud, la responsable de otorgar las licencias y de vigilar el cumplimiento de la ley. Será responsable de verificar el cumplimiento del número de plantas para consumo personal o para venta al público. También recibirá las solicitudes de licencias y renovaciones cada año para tener plantas de maría en casa y sancionar a quienes incumplan con esta norma con veintisiete mil pesos y la cancelación del permiso. Se revisarán condenas penitenciarias para liberar presos no violentos encarcelados por leyes caducas, y se impedirá la venta de cannabis a través de máquinas de autoservicio, correo, teléfono, internet o cualquier otro medio no personalizado.
Mientras las bolas de fuego surcan los cielos sobre los cerros de Tepoztlán, esperamos a que llegue el proyecto de ley a nuestro jefe supremo, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, para que firme la libertad del cannabis de una buena vez.