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Zonas de tolerancia cannábica en Ciudad de México

No se pueden tomar fotos ni vídeos y hay un límite de cuarenta minutos para fumar; lo querían de veinte minutos, pero ya saben cómo son los marihuanos con el tiempo. Queda prohibido tomar alcohol o ingerir otras sustancias. Aforo máximo, cien personas. Prohibido ingresar con vehículos. No se permite ningún tipo de violencia o acoso.

Son las diez y media de la mañana en la ciudad más grande de Norteamérica. Es domingo, así que Ciudad de México está vacía: hay ciclistas en la calle  Reforma y muy pocos autos. Veo un letrero que reza “Derechos Humanos para los Marihuanos”, y al acercarme me percato de que la gente está fumando maría; es uno de los nuevos espacios liberados para fumar avalados por el gobierno de la ciudad. Saco mi bacha gigante que asemeja un dedo de gorila, me prendo mientras leo una pancarta con instrucciones en la zona de tolerancia cannábica. El horario es de ocho a ocho; no vendo, no pido, no compro, solo es traer tu consumo personal (28 g) y fumarlo ahí libremente. No se pueden tomar fotos ni vídeos y hay un límite de cuarenta minutos para fumar; lo querían de veinte minutos, pero ya saben cómo son los marihuanos con el tiempo. Queda prohibido tomar alcohol o ingerir otras sustancias. Aforo máximo, cien personas. Prohibido ingresar con vehículos. No se permite ningún tipo de violencia o acoso.

Después de una serie de negociaciones entre las autoridades de la capital mexicana y los grupos activistas por la liberación del cannabis, se ha llegado a un acuerdo para otorgar espacios seguros para su consumo. Como habíamos reportado anteriormente, existían algunos puntos donde se podía fumar sin que las autoridades estuvieran molestando. Esto fue un logro importante en forma de protesta y desafío al sistema prohibicionista del país, y ahora el gobierno de Ciudad de México ha reconocido su lucha dando un paso adelante.

Algunos usuarios dicen que no todo es positivo, ya que dejan de ser espacios de protesta para convertirse en espacios supervisados por el gobierno, y además no fueron elegidos por los fumetas. La activista Golden Tips nos dice: “No se trata de permitir o no el consumo, sino de dignidad, educación y derechos. No necesitamos un corral, necesitamos respeto”. Algunos vecinos están en contra de los lugares, como en el caso de la plaza de la Concepción, en donde bloquearon una importante avenida como protesta porque según los 420 afectan el sano esparcimiento y las escuelas.

La jefa de gobierno, Clara Brugada, declaró: “El objetivo es que no se generen en estos espacios otro tipo de delitos; es decir, garantizar lugares que cumplan con reglas y que no se conviertan en un problema”. El secretario de Gobierno, César Cravioto, señaló que se firmó un convenio con tres grupos para garantizar que no haya venta ni intercambio de cannabis, que no se permita el consumo de otras sustancias ni se moleste a los transeúntes de dichas zonas: “Los tres puntos donde estaban había mucho flujo de gente saliendo del metro Hidalgo, en la Estela de Luz, en la entrada de Chapultepec y en avenida Juárez; eran puntos muy transitados, y en estos nuevos espacios creemos que la convivencia entre ciudadanos y los propios consumidores se puede dar de otra manera”, señaló. En parte tiene razón, porque las zonas de antes se desbordaban y se entiende que molestaban a los no consumidores; también había comercio y algunas denuncias de delincuencia.

Sé de muy buena fuente que el secretario de gobierno, Cravioto, gusta de fumar cannabis, por lo que se entiende que haya habido un acuerdo. Pero, al mismo tiempo, su parte autoritaria le dicta que tiene que tener el control, por lo que cada punto contará con un supervisor de la Secretaría de Gobierno. Me gustaría ver al secretario saliendo del clóset y fumarse un buen canuto en alguno de los puntos.

Los nuevos sitios están en la plaza de la Concepción, en el monumento Simón Bolívar, sobre el paseo de la Reforma y en la plaza de lectura José Saramago, al otro lado de la Estela de Luz. De acuerdo con la institución: “Estos puntos fueron seleccionados cuidadosamente para evitar afectaciones a la ciudadanía, ya que se localizan en zonas de menor tránsito peatonal y vehicular, lo que permite un equilibrio entre el derecho a la libre expresión y el libre tránsito en espacios públicos”.

Sin embargo, cerca de la estación del metro Pino Suárez existe todavía un plantón de protesta. Al ir pasando por el lugar me sorprende el olor y saco mi porro y pregunto acerca de este lugar; hay como veinticino personas fumando y dicen que ellos no han llegado a ningún acuerdo, pero que respetarán los acuerdos en la medida de lo posible.

Al final es un paso adelante, pero ya se debería legalizar por completo para que también se abran coffee shops y lugares donde los fumetas puedan disfrutar sin molestar a nadie. Y que de una vez por todas se cree un comercio con productos de calidad y seguros para el consumo, porque hay que recordar que muchos utilizan el cannabis como medicina.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #333

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