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Agosto: calor, cogollos y vacaciones

Agosto es el mes veraniego por excelencia. El calor aprieta con ganas y las plantas están en plena floración. Quien se quiera ir de vacaciones y no perder la cosecha va a necesitar instalar un sistema automático de riego o convencer a un amigo de que riegue cada día. 

Agosto es el mes veraniego por excelencia. El calor aprieta con ganas y las plantas están en plena floración. Quien se quiera ir de vacaciones y no perder la cosecha va a necesitar instalar un sistema automático de riego o convencer a un amigo de que riegue cada día. En estos momentos los errores tienen graves consecuencias: si falta agua o abono, si aparecen plagas o si el cultivador se despista, la cosecha sufrirá.

Las plantas de cannabis necesitan mucho riego. Son plantas que pueden hacerse muy grandes y tienen muchas hojas, por lo que transpiran grandes cantidades de agua cuando las temperaturas son altas. Si pasan sed, su desarrollo se ralentiza y la producción de cogollos se reduce. Al estudiar el riego de las plantas para el verano, debemos tener en cuenta dos factores: cómo reducir la necesidad de agua y cómo regar cuando el cultivador está fuera. Interesa que el agua de cada riego dure lo más posible, de modo que no haya que volver a regar hasta unos días después. La tierra desnuda a pleno sol pierde una cantidad muy considerable de agua debido a la evaporación. La forma más sencilla de evitar la evaporación es cubrir la tierra con una capa de mulch o mantillo. Se pueden usar cortezas de pino, paja, grava, arcilla expandida o incluso plástico. La capa de mantillo atrapa y condensa la humedad, a la vez que reduce la evaporación.

Las macetas, por su parte, si están a pleno sol se recalientan hasta alcanzar temperaturas de más de cincuenta grados. Con este calor las raíces se cuecen y el agua de la tierra se evapora muy deprisa. Se evita el sobrecalentamiento de los tiestos elevándolos del suelo para que el aire corra por debajo. Es muy recomendable instalar algún sistema que sombree las macetas para que no se calienten tanto. Algunos cultivadores meten la maceta dentro de otra, con lo que queda una cámara de aire entre las dos que modera la temperatura. Las macetas de color negro se calientan mucho más que las blancas. El riego se debe hacer por la tarde, al caer el sol. Las plantas absorberán agua durante toda la noche, antes de que el sol comience a evaporarla. Hay que regar las plantas en abundancia, especialmente si están en macetas, y asegurarse de que no queda una rendija entre la tierra y la maceta y, si la hay, taparla con tierra para proteger las raíces. Si el aire toca las raíces continuamente, se mueren.

Riego automático

Para salir de vacaciones el cultivador tiene que instalar algún sistema de riego automático que se ocupe de las plantas en su ausencia. En las tiendas de jardinería hay aspersores, riegos por goteo, programadores del riego, etc. Cuando las plantas están en un jardín o una terraza con desagüe, lo más cómodo será instalar un sistema de goteo conectado a un programador que, a su vez, se conecte al grifo. En el programador se marca el horario y la duración del riego. Otros riegos automáticos se basan en la fuerza de la gravedad. Constan de un depósito para el agua, que se sitúa por encima de las plantas (en una mesa o colgado), y de una serie de mangueras que van a cada maceta. No es necesario tener un grifo ni un programador, ya que gotean continuamente. El problema con estos sistemas es que el depósito no es muy grande y cuando se acaba hay que ir a rellenarlo, por lo que hace falta contar con la colaboración de un amigo.

Aplicando estos consejos, las plantas viven más cómodamente en el calor de agosto y necesitan menos riegos. Siempre se debe cubrir la tierra con mulch o mantillo para reducir la evaporación. Cuanto mayor sea el agujero de plantación mejor, porque las plantas tendrán más agua disponible y habrá que regar menos a menudo. Las macetas se deben regar abundantemente para que la tierra se empape bien, hasta que salga agua por los agujeros de drenaje. Si las plantas están en el suelo, como mínimo regar con diez litros por planta, aunque treinta o cuarenta irán mucho mejor. Las macetas grandes de plástico blanco son las que mejor funcionan y menos se calientan. Si no es posible regar una planta durante unos días hay que ponerla a la sombra y protegida del viento, y no confiar demasiado en encontrarla viva a la vuelta. Cuando las macetas se secan demasiado cuesta mucho volver a empapar la tierra; por mucho que se rieguen, el sustrato no se acaba de empapar, es como si escupiera el agua. Esto se soluciona añadiendo unas gotas de jabón líquido concentrado al agua. Este truco reduce la tensión superficial del agua y facilita que el sustrato se empape más fácilmente.

Las peores plagas

Las orugas devoradoras de cogollos se comen los cogollos desde dentro y causan auténticos estragos. Además, los restos comidos del cogollo y los excrementos que van dejando tras ellas se enmohecen con facilidad e infectan el resto del cogollo con botritis. En las últimas semanas de la floración los cogollos han engordado tanto que las orugas se esconden en su interior y resulta muy difícil verlas. Cuando las orugas son pequeñas, se pueden pulverizar las plantas con Bacillus thuringiensis (BT), un microorganismo que hace que enfermen y mueran. Sin embargo, el BT no es tan efectivo con las orugas adultas. Realmente, el mejor sistema es inspeccionar los cogollos uno a uno, abriéndolos bien para mirar en su interior. Una pista para descubrir dónde están las orugas la encontramos en las pequeñas cacas negras que dejan sobre las hojas. La oruga suele estar escondida en el cogollo que hay justo por encima de la hoja con cagada.

En climas secos, donde los hongos no son un problema, las arañas rojas suelen ser el peor peligro. Estos ácaros chupadores prefieren ambientes cálidos y secos donde pueden reproducirse a gran velocidad, infestando las plantas rápidamente. Las arañas rojas chupan la savia de la planta y le quitan mucha energía. En casos graves, las plantas detienen su desarrollo completamente. Como siempre, lo mejor es tratar el problema de forma preventiva o, al menos, cuando aún hay pocas arañas. Deberemos buscar siempre productos que no sean tóxicos y estén permitidos en agricultura ecológica. En los grow shops se pueden encontrar diversos productos basados es aceites esenciales que funcionan bastante bien.

La belleza de un cogollo de exterior en floración
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Los estigmas blancos indican que las flores son fértiles
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La calidad de las variedades automáticas ha mejorado mucho
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Cuando empiezan a florecer todavía es tiempo de sacar esquejes para guardar plantas madre
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Índicas cerca de la cosecha a mediados de septiembre
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Una única rama de flores macho es suficiente para producir un centenar de semillas
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Cómo hacer nuestras propias semillas

Hoy en día es tan sencillo comprar semillas de cannabis que la mayoría de los cultivadores no hacen nunca sus propios cruces. No solo es fácil hacer semillas, además, evita que dependamos de los bancos de semillas. Nunca se sabe qué puede pasar en el futuro y si las leyes acabarán prohibiendo su comercio, por lo que más vale aprender a producirlas uno mismo. Para hacer unas pocas semillas no es recomendable polinizar toda la planta, pues obtendríamos miles de ellas y nos quedaríamos sin buenos cogollos para fumar. La solución consiste en polinizar de forma controlada, lo que permite producir semillas en unos pocos cogollos sin estropear la calidad del resto de la marihuana.

Se selecciona un macho, sano y con buenas características. Conviene aislarlo de las hembras para evitar polinizaciones accidentales. Con una rama llena de flores será suficiente; conviene cortar las flores del resto de las ramas para reducir riesgos. Cuando las flores macho se vayan a abrir, hay que meter la punta de la rama (sin cortarla de la planta) dentro de una bolsa de papel (como las que dan con las barras de pan) y cerrarla atándola al tallo con una cuerda. Esperaremos unos días hasta que las flores se abran y expulsen el polen para retirar la bolsa con cuidado. Con el polen recogido ya puede eliminarse el macho y seleccionar una hembra con características interesantes. Se escoge una rama llena de flores con los estigmas de color blanco, se mete dentro de la bolsa del polen, se cierra atándola con una cuerda y se agita la bolsa para polinizar las flores. También se puede aplicar el polen con un pincel directamente a los estigmas de las flores hembra. Las semillas tardan en madurar de 3 a 6 semanas. Hay que recogerlas cuando los cálices se sequen y se abran, mostrando las semillas de color oscuro. Los cañamones deben reposar y secarse durante dos o tres meses en un lugar fresco y seco antes de plantarlos. Aunque este paso no es absolutamente necesario, mejorará el porcentaje de germinación de las semillas.

 

Icono Maceta

Cultivo en macetas

¿Qué hace una planta cuando la temperatura es elevada? Transpira, como nosotros. De ese modo hace descender la temperatura de su cuerpo y evita abrasarse. La transpiración consume grandes cantidades de agua y energía de la planta, que no pueden dirigirse al crecimiento. En un caso extremo, la planta será incapaz de mantener estable su temperatura corporal y acabará secándose y muriendo. En una terraza al sol, el suelo puede alcanzar temperaturas cercanas a los 60 ºC. Las macetas en contacto directo con el suelo se calientan mucho y las raíces literalmente se cuecen en su interior. La mayoría de las raíces mueren y la planta es incapaz de crecer y desarrollarse adecuadamente.

Con el calor de agosto, las macetas se resecan enseguida. Como mínimo será necesario regar las plantas una vez al día, pero si las macetas son relativamente pequeñas para el tamaño de las plantas, es posible que necesiten dos riegos, uno por la mañana y otro por la noche. Hay que recordar que cuando la tierra se seca, las plantas comienzan a marchitarse casi enseguida y dejan de crecer. El tiempo que permanece la tierra seca es tiempo perdido y significa una menor cosecha.

Para evitar todos estos problemas derivados del calor existen varias técnicas. En primer lugar, no se colocarán los tiestos directamente sobre el suelo sino que se elevarán sobre algún soporte. Evitar el contacto directo con el suelo es fundamental para limitar el calor. Una técnica efectiva en zonas muy calurosas consiste en cubrir toda el área de cultivo con malla de sombreo. De este modo se gana mucho en frescura, aunque se pierde intensidad de luz. Se usa una malla de sombreo con un porcentaje de sombra del diez o el veinte por ciento para que no quite mucha luz. Estas mallas pueden resultar muy efectivas para proteger las plantas de intensas lluvias o tormentas de granizo, tan frecuentes y peligrosas a finales del verano.

 

Icono suelo

Cultivos en el suelo

Las plantas que crecen en huertos o jardines soportan mejor el calor y la sequía, ya que las raíces, que se habrán extendido mucho durante los primeros meses de crecimiento, captan la humedad de las capas profundas del suelo y no necesitan riegos tan frecuentes. Un riego abundante a la semana suele ser suficiente para un correcto desarrollo. Además, por mucho calor que haya, el suelo nunca se calienta tanto como la tierra de las macetas. Para mantener el suelo húmedo y fresco es muy recomendable cubrir la tierra con paja, hojas secas o cualquier otro material que mantenga la tierra sombreada y evite que el sol la recaliente.

Las plantas en plena floración necesitan un aporte continuo de nutrientes. Salvo que crezcan en un huerto de tierra muy fértil, es recomendable abonar el cannabis, como mínimo una vez por semana, con un fertilizante líquido. En esta época usaremos un abono de floración rico en fósforo (P) y potasio (K) y que contenga magnesio (Mg) y microelementos. El fósforo se utiliza en la formación de flores y raíces y en la transferencia de la energía solar a compuestos químicos. Acelera la floración y produce flores grandes. Las deficiencias de fósforo se observan primero en las hojas más viejas, que adquieren un tono verde oscuro. Los tallos y pecíolos se vuelven rojos o púrpuras. Este no es un indicador muy fiable, ya que algunas plantas tienen los tallos y pecíolos rojos como rasgo genético, independiente de la cantidad de fósforo que haya. En ocasiones, las puntas de las hojas se secan y se detiene el crecimiento. La deficiencia de fósforo retrasa la floración.

El potasio es necesario para el sistema respiratorio de la planta, el sistema enzimático y las síntesis de proteínas y clorofila. Ayuda a luchar contra las plagas y las enfermedades y a mantener la presión interna de agua que sostiene la planta. Si la planta pierde esta presión se marchitará y los tallos serán débiles. Cuando a una planta le falta potasio, en las puntas de las hojas y entre los nervios aparecen zonas de tejido muerto y seco (necrosis) además de amarillear. Las raíces se infectan fácilmente y los tallos débiles no sostienen a la planta. Las hojas pueden curvarse hacia abajo, aunque este síntoma también puede ser producido por un exceso de nitrógeno.

 

Icono Cultivo

Cultivos de guerrilla

En agosto, el mayor trabajo del cultivador guerrillero consiste en acarrear agua para regar las plantas. Con las altas temperaturas de este mes y las pocas lluvias, hay que regar como mínimo una vez por semana, pero regando dos veces por semana las plantas se mantendrán mucho mejor y la cosecha aumentará. Hay que extremar las precauciones para no ser vistos al ir a regar; los ladrones abundan en esta época, y no hay nada que siente peor que el robo de las plantas.

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