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Octubre: cosecha y secado

Llevamos muchos meses de cuidados viendo las plantas crecer y por fin llegó el deseado momento de cosechar. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. 

Tras cortar las plantas hay que manicurar y poner a secar los cogollos, un paso imprescindible para que el THC se vuelva psicoactivo. Es muy importante cuidar los detalles del proceso para no estropear la calidad final de los cogollos.

El acto de cosechar una planta de cannabis es muy sencillo: basta con cortar el tallo central. A continuación, se manicuran los cogollos, que no es otra cosa que eliminar todas las hojas sin resina de la planta. Primero se cortar las grandes que están fuera de los cogollos y luego se eliminan todas las hojas sin resina de los cogollos. Una vez manicurados, se ponen a secar.

 

Icono Maceta

Cultivo en macetas

La terraza tiene grandes ventajas a la hora de la cosecha. Las plantas que crecen en macetas no suelen ser tan grandes como las cultivadas en el suelo y se pueden mover. Si amenaza lluvia y hay espacio a cubierto disponible, se pueden meter dentro de casa un día o dos antes de la cosecha para que se sequen bien antes de cortarlas, algo que lógicamente es imposible hacer con una planta que crezca en el suelo.

Aunque las macetas contienen pocos nutrientes y las plantas no necesitan un largo periodo sin abono, sí conviene dejar de fertilizar una semana antes de la cosecha. Si las plantas han sido periódicamente fertilizadas durante el crecimiento y la floración, estos días sin abono no reducen la producción pero mejoran el sabor y el aroma del producto final.

Para aumentar algo la producción y cosechar todos los cogollos en su momento justo, se puede realizar una cosecha progresiva cortando primero los cogollos más altos, que maduran antes, y dejando los cogollos bajos durante una o dos semanas más para que se acaben de hacer.

 

Icono suelo

Cultivo en el suelo

Las plantas que crecen en el suelo pueden hacerse enormes, con frecuencia superan los tres metros de altura. Son plantas muy productivas pero tienen algunos inconvenientes. Debido a su gran tamaño es muy difícil revisarlas bien en busca de plagas, por lo que no es infrecuente que no veamos un cogollo enmohecido o un ataque de orugas, que además tienen predilección por los cogollos más gruesos y altos; son sus preferidos. La mejor forma de combatir las orugas es fumigando BT cada dos semanas desde que las plantas empiezan la floración. Este pesticida biológico no tiene ninguna toxicidad para las personas, pero resulta letal para las orugas, especialmente cuando son jóvenes. Si las plantas son muy grandes no es práctico cosecharlas enteras y resulta más fácil ir cortando rama por rama.

 

Icono Cultivo

Cultivo de guerrilla

Las plantas cultivadas en guerrilla son propensas a sufrir ataques de hongos porque suelen estar en zonas de vegetación densa con bastante humedad. Los cultivadores no las visitan cada día, lo que favorece que puedan aparecer hongos y otras plagas que pasen desapercibidas durante días antes de ser tratadas. Los cultivos guerrilleros suelen estar situados en la montaña, lejos de zonas habitadas y, casi siempre, lejos de la casa del cultivador, que no solo debe llevar agua y abono hasta las plantas sino que, tras la cosecha, debe llevar las plantas hasta casa. El transporte de plantas recién cosechadas y todavía sin secar es bastante complicado. En primer lugar hay que tener en cuenta que los cogollos frescos abultan mucho; aunque se manicuren las plantas en la guerrilla, algo altamente recomendado ya que reduce el volumen de las plantas y permite transportar mayor cantidad de una vez, suele ser complicado llevarse unas cuantas plantas desde el cultivo hasta casa sin levantar sospechas, ya que en esta época el olor que desprenden los cogollos es muy intenso y se huele a distancia. Hay que tratar las plantas con cuidado, de lo contrario se pierden muchas glándulas de resina. Se deben llevar al secadero lo más rápidamente posible, no más de unas pocas horas. Si se dejan cortadas y amontonadas demasiado tiempo, comenzarán a fermentar.

 

Secado

Las plantas de marihuana no se mueren inmediatamente después de cortarlas. Durante el secado, que puede durar desde unos días hasta varias semanas, siguen produciéndose procesos químicos en el interior de las células. Poco a poco, la clorofila y los almidones se descomponen. La descomposición de la clorofila mejora el sabor de la hierba y aclara su color verde. La más importante función del secado del cannabis es lograr que este sea psicoactivo. La marihuana fresca y sin secar no es psicoactiva. Esto es debido a que los cannabinoides presentes en la resina se hallan en una forma que no tiene efectos psicoactivos. Para convertirse en cannabinoides psicoactivos deben sufrir una trasformación química llamada descarboxilación, que se produce cuando las plantas pierden el agua que contienen. La descarboxilación ocurre durante el secado. Hasta que los cogollos no están bien secos, el cannabis no ha alcanzado su máxima potencia.

Durante el proceso de secado, que puede durar de una a cuatro semanas, el cannabis pierde alrededor del 75% de su peso. Este porcentaje es aproximado y depende en parte de qué variedad cultivemos y de su estado de desarrollo. Mientras algunas plantas pierden hasta el 80%, otras no llegan al 70%.

El secadero ideal es una habitación oscura, fresca, seca y aireada. Debe estar más o menos limpia y tener cuerdas o ganchos de los que colgar las plantas boca abajo. Para favorecer un secado uniforme se debe poner un ventilador oscilante que mueva el aire en torno a las plantas. Las plantas se suelen colgar boca abajo por comodidad, pero no es imprescindible hacerlo así.

Es importante que las ramas no se toquen demasiado las unas con las otras; debe poder correr el aire a su alrededor. La luz del sol degrada el THC, por eso nunca se deben secar las plantas al sol.

Algunos cultivadores manicuran completamente la hierba y le quitan todos los tallos, dejando un montón de cogollitos que secan en mesas de malla. Este sistema acelera mucho el secado, pero implica una cantidad de trabajo brutal en la limpieza de la hierba. Es un sistema utilizado principalmente por cultivadores comerciales interesados en un secado muy rápido.

La mayoría de los cultivadores están de acuerdo en que los cogollos secados lentamente son los de mayor calidad, sin embargo, por infinidad de razones a menudo el cultivador necesita secar su marihuana con rapidez. Tal vez se le haya acabado la provisión de la cosecha anterior o necesite probar un pequeño cogollo para evaluar la maduración de toda una planta. Sea por lo que sea, existen buenas y malas formas de hacerlo que pueden dar como resultado una marihuana más que aceptable o un cogollo destrozado, sin apenas psicoactividad y un sabor horrible.

A lo largo de octubre se cosecha el mayor número de variedades; esta sativa será cortada en la última semana
A lo largo de octubre se cosecha el mayor número de variedades; esta sativa será cortada en la última semana
Este cogollo ya tiene un grado de madurez suficiente para ser cosechado, pero una semana más potenciará sus propiedades narcóticas y relajantes.
Este cogollo ya tiene un grado de madurez suficiente para ser cosechado, pero una semana más potenciará sus propiedades narcóticas y relajantes.
En una plantación de esquejes todas las plantas maduran a la vez.
En una plantación de esquejes todas las plantas maduran a la vez.
Al cosechar descubrimos esta colonia de mosca blanca escondida bajo las hojas.
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Un deshumidificador es la mejor ayuda para el secado.
Un deshumidificador es la mejor ayuda para el secado.
Cogollo seco y manicurado.
Cogollo seco y manicurado.

Técnicas para acelerar el secado

Secado con deshumidificador

Los deshumidificadores son cada vez más fáciles de conseguir y resultan extremadamente útiles en el secado. Estos aparatos, que extraen la humedad del aire y arrojan una corriente de aire seco, pueden utilizarse para regular a la perfección la humedad ambiental de la habitación de secado, graduando así la velocidad a la que las plantas pierden la humedad sin interferencias del clima exterior. En la mayoría de los deshumidificadores se puede regular el porcentaje de humedad ambiental deseado. Para un secado lento se mantiene la humedad entre el cincuenta y el sesenta por ciento una o dos semanas, y luego se baja al 40% otras dos semanas. Pasado este tiempo, la hierba suele estar bien seca y comienza el curado. Poniendo el deshumidificador a máxima potencia los cogollos estarán secos entre uno y siete días después, dependiendo de la temperatura ambiental, lo desmenuzados que estén los cogollos y la cantidad de hierba que haya en la habitación. Cuanto más alta es la temperatura más humedad absorbe el deshumidificador y, por tanto, el secado es más rápido. Para secar una planta en solo un par de días hay que desmenuzar la planta en pequeños cogollos, poner un calefactor que eleve la temperatura hasta unos treinta grados y el humidificador al máximo. Esta técnica de secado da mejor resultado cuando se prolonga durante al menos una semana, aunque junto con el gel de sílice este es el mejor secado rápido.

Secado con gel de sílice

El gel de sílice son unos pequeños cristales que tienen la propiedad de absorber la humedad. Si se meten en un bote hermético una capa de gel de sílice y unos cogollos, el gel de sílice absorberá la humedad de la hierba y la secará muy rápidamente. Cuando el sílice ya no absorbe más agua, se puede meter en el horno para que se seque y poderlo reutilizar. Dependiendo de la cantidad de hierba y de gel de sílice que se use, el cannabis podría estar completamente seco entre seis y veinticuatro horas después. A veces se produce un secado excesivo y la hierba se deshace al mínimo contacto. En esos casos se puede dejar la hierba al aire durante unas horas y recuperará algo de humedad. El secado rápido con sílice es el que menos afecta a la potencia, ya que la hierba no se calienta. Los cristales de sílice se pueden encontrar en tiendas de productos químicos. Este sistema respeta toda la potencia de la hierba y el sabor no es perfecto pero tampoco queda mal.

Secado al sol

Este sistema es muy utilizado en Marruecos y da a la hierba un característico color amarillento. No es muy buen sistema porque el sol y el calor oxidan una parte del THC y, por tanto, la hierba pierde potencia. Sin embargo, el sabor suele ser bastante aceptable porque el sol descompone la clorofila.

Secado al horno

Este secado puede ser mejor o peor dependiendo de la impaciencia de quien seca y, sobre todo, de la temperatura a la que ponga el horno. El mejor sistema es encender el horno al mínimo (unos 50 ºC) y meter la hierba sin cerrar la puerta del horno del todo. Normalmente, en unas horas la hierba está seca, aunque, como pasa con el gel de sílice, muchas veces se seca demasiado y se deshace entre los dedos. La hierba suele perder algo de potencia y el sabor es fuerte e irritante.

Secado en microondas

Este es uno de los peores y más peligrosos sistemas, ya que puede dañar completamente el cannabis. El sistema menos malo es envolver la hierba en papel de cocina y encender el microondas, a máxima potencia, durante diez o quince segundos. Después se para y se deja que la hierba se enfríe un poco, y se le dan otros diez o quince segundos. Se repite el proceso hasta que la hierba esté completamente seca. Cuanto menos se enfríe la hierba antes de la siguiente pasada por el horno, más potencia perderá. Es un mal sistema: se pierde potencia y el sabor es malo.

Plagas del secado

La principal plaga peligrosa durante el secado es la Botrytis o moho gris. Los hongos en general son los principales enemigos de las plantas que están en proceso de secado. Cuando el secado se realiza con rapidez, en una o dos semanas, es raro que los hongos crezcan. Sin embargo, cuando las condiciones climáticas son de humedad muy alta, las plantas tardan demasiado en secarse y pueden permanecer húmedas durante muchos días. Es en estos momentos cuando suele atacar el hongo. Hay que tener mucho cuidado porque los mohos tienen una gran capacidad de reproducción y pueden extenderse con una rapidez increíble. En cuestión de cuatro o cinco días podemos encontrar que se ha extendido por todas las plantas del secadero. Para evitar problemas con la botritis durante el secado hay que revisar todos los cogollos al ponerlos a secar y quitarles cualquier pequeño crecimiento de moho. Una vez colgados, deberemos asegurarnos de que están en un lugar ventilado. Un pequeño ventilador oscilante situado en el secadero ayudará a mantener el aire en circulación y reducirá el riesgo de que los hongos se desarrollen.

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