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La cosecha de una plantación de cannabis es un trabajo lento y laborioso que requiere de mucho más tiempo del que la mayoría de la gente piensa. En función de la variedad de cannabis cultivada y del nivel de calidad de cogollos que queramos obtener, serán necesarias de cinco a diez horas de meticuloso trabajo por cada kilo de cogollos. En exterior, donde las plantas se hacen muy grandes y no es raro obtener unos cuantos kilos, esto se traduce en varios días de trabajo intenso. Si, como suele ser habitual, el cultivador tiene un trabajo al que atender y otras obligaciones de las que ocuparse, puede acabar dedicando todas sus horas libres durante una semana seguida. Para muchos, son demasiadas horas concentradas en pocos días. Sin embargo, hay varios trucos que nos permitirán desarrollar parte del trabajo en las semanas previas y posteriores a la cosecha.

A: Diez días antes de cosechar, detendremos el abonado y regaremos exclusivamente con agua. B: Hay que tener paciencia en las últimas semanas para lograr mayor cantidad de resina y THC. Si cosechamos antes de tiempo, los cogollos serán menos potentes.
Adelantar parte de la manicura antes del día de cosecha
Las hojas más grandes de las plantas se pueden ir cortando durante las dos últimas semanas antes de cosechar. Conviene hacerlo progresivamente, no todas el mismo día. Se empieza por las más bajas y se va subiendo en varios días. Se trata de acabar cortando todas las hojas que no tienen resina y que se pueden eliminar sin tener que manosear los cogollos. Una de las ventajas de este sistema es que favorece la penetración de la luz solar a las zonas más bajas y sombreadas de las plantas, lo que estimula la maduración de los cogollos bajos y ayuda a mejorar la ventilación, y así se reduce el riesgo de que aparezcan hongos. Si se lleva a cabo correctamente esta técnica, el día de la cosecha las ramas estarán libres de hojas grandes y la manicura se limitará a recortar las puntas de las hojas que sobresalen de los cogollos.

No cosecharemos las plantas cuando están mojadas, ya que aumenta el riesgo de que cojan hongos: hay que esperar a que el sol las seque.
Cosechar primero los cogollos superiores
No todos los cogollos de una planta maduran exactamente a la vez. Por lo general, los cogollos más altos y los más soleados suelen llevar unos días de ventaja frente a los de las partes bajas o los que reciben menos sol. Esta diferencia es más notable cuanto más grande es la planta. Por ejemplo, un enorme ejemplar de exterior de tres metros de altura tiene una gran cantidad de cogollos que pasan muchas más horas a la sombra porque las ramas superiores impiden que les llegue el sol. En estos casos es muy recomendable empezar cortando los cogollos más altos y maduros en una primera fase y dejar madurar el resto, que ahora recibirán más sol, durante una o dos semanas más. No solo repartiremos el trabajo de cosecha y manicura a lo largo de varios días, también lograremos cortar todos los cogollos en el punto óptimo de maduración.

El momento óptimo para cosechar suele ser cuando alrededor del 70% de los estigmas ya no son blancos y las glándulas de resina empiezan a tener un tono ámbar.
Secar primero y manicurar después
Si estamos cultivando un número más o menos grande de plantas, este es probablemente el truco más útil para no tener que pasar días manicurando sin parar: cuando llegue el día de cosecha simplemente cortamos las plantas rama por rama y las colgamos de una cuerda en el secadero sin manicurar. Si las plantas son pequeñas, se pueden cortar completas, ya que ocuparán menos en el secadero; si son un poco grandes, resulta más práctico cortar y colgar rama por rama. Como se tendrán que secar con todas las hojas, hay que colgarlas un poco separadas entre sí, para que las ramas no se toquen mucho y el aire pueda circular bien entre ellas. Las hojas hacen que el secado sea algo más lento, lo que es bueno para el sabor final, y protegen las preciadas glándulas de resina de los golpes, evitando que se rompan y se caigan. Una vez secos, los cogollos se pueden manicurar tranquilamente y sin prisa a lo largo de varias semanas. Tengo un amigo que cuelga sus plantas en la buhardilla de su casa y hace la manicura a lo largo de dos o tres meses, tranquilamente, mientras ve la televisión por la noche.

Colgaremos las ramas en el secadero sin que se toquen mucho para que el aire circule bien a su alrededor.
Evitaremos cosechar las plantas mojadas
Las plantas no se deben cosechar ni manicurar mojadas, pues se incrementa notablemente el riesgo de que aparezcan hongos durante el secado. Lo ideal es esperar hasta media mañana para que el rocío de la noche se haya secado. Si no hay más remedio que cosechar cuando están mojadas porque ha llovido y va a seguir lloviendo, hay que tomar precauciones y colgar las ramas manicuradas bien separadas entre sí y con un buen ventilador soplando para que se sequen rápidamente.

En los cultivos en el suelo con plantas muy grandes resulta especialmente útil empezar a manicurar las hojas grandes antes del día de la cosecha.
Cómo manicurar cómodamente
La herramienta más importante es un buen par de tijeras de calidad. Deben ser ligeras para que no se nos canse mucho la mano y estar muy afiladas. Personalmente, prefiero que sean en punta para poder llegar bien a la base del peciolo, que es el palito que une la hoja al tallo; si no cortamos completamente los peciolos, los cogollos manicurados quedan muy feos. Hay muchos tipos de tijeras y cada cultivador tiene las suyas preferidas. Antes de empezar la manicura conviene limpiarlas bien y engrasarlas un poco para que corten sin esfuerzo.

Usaremos tijeras afiladas y las limpiaremos bien de restos de resina al final del día para evitar que pierdan eficiencia.
Yo suelo usar una bandeja grande, que coloco sobre mis rodillas, y manicuro sobre ella, de forma que las hojas que voy cortando caen a la bandeja, y así evito llenar el suelo de hojas. El problema de que caigan las hojas al suelo es que las acabamos pisando, se nos manchan de resina las suelas de los zapatos y vamos esparciendo el olor a cannabis por toda la casa. La resina mancha, huele mucho y cuesta limpiarla. Otros cultivadores optan por cubrir el suelo con un plástico de los que se venden para no manchar cuando pintas una habitación (se suelen encontrar en cualquier bazar por muy poco dinero), y así protegen el suelo aunque caigan hojas.
Hay quien prefiere manicurar todas las hojas posibles de las plantas antes de cortarlas, aprovechando que se mantienen erguidas sin ayuda y no hay que andar sosteniendo la rama. Por lo general, no es posible hacer toda la manicura así, pero sí se puede hacer una buena parte.
Los tendederos portátiles que se usan para la ropa resultan muy cómodos para secar el cannabis, pues se pueden guardar plegados cuando no se usan y evitan tener que poner cuerdas de pared a pared. Para las cosechas domésticas de tamaño pequeño o mediano, son perfectos.
Guardar y secar las hojas

A: Cuanto mejor pelemos de hojas los cogollos mejor será el aspecto final. B: Algunos cultivadores no se molestan en manicurar las hojas pequeñas llenas de resina.
Si queremos guardar las hojas con resina para hacer hachís o mantequilla cannábica, podemos realizar la manicura de las ramas en dos pasos. El primer paso será ir cortando las hojas sin resina, que tiraremos a la basura, y en un segundo paso manicuraremos las hojas con resina, que pondremos a secar y conservaremos para utilizarlas más adelante. Para secar bien las hojas sin que se pudran, hay que extenderlas en capas finas, ya que si se amontonan solo se secarán las que estén en la parte superior, pero las del interior del montón fermentarán y se pudrirán. Los secaderos de estantes de malla son muy adecuados para secar las hojas, ya que permiten aprovechar muy bien el espacio y colocar las hojas en capas finas en cada estante.
Secado rápido
A veces es necesario secar los cogollos con rapidez por distintas razones. En esos casos lo más práctico es trocear los cogollos separándolos de los tallos y extenderlos en tendederos de malla sin amontonarlos. Con humedad ambiental baja y un ventilador moviendo el aire, los cogollos troceados pueden estar completamente secos en una semana o menos; no es lo ideal para obtener el sabor más suave y delicado, pero puede ser la mejor opción si sabemos que hay algunos toques de hongo y queremos evitar que se extiendan. Otra ventaja es que, una vez secos, se pueden envasar directamente sin perder el tiempo en trocearlos.

Cortaremos cada rama con un trozo de tallo para que sirva de gancho de donde colgarla.