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"El exceso de abono es muy perjudicial para el desarrollo, pues las raíces no pueden absorberlo todo y el resto se va acumulando en la tierra"
El cannabis es una planta muy fuerte y resistente que crece con facilidad. No es difícil cultivar cannabis, pero es importante tener claros los conceptos y un poco de experiencia para no cometer errores tontos. Por lo general, cuando un cultivador siembra su primera planta suele estar tan preocupado por hacerlo todo bien que lo más probable es que acabe pasándose de cuidados.
Una planta pequeña consume poca agua y puede pasar varios días sin necesitar un nuevo riego, sobre todo si el clima no es demasiado caluroso. Es muy habitual que el cultivador, ansioso por agradar a su planta, no pueda resistirse a regar un poco cada día, para que a la planta no le vaya a faltar de nada, sin saber que está haciendo más mal que bien, que está manteniendo la tierra tan saturada de agua que las raíces no pueden respirar y crecer correctamente.
Lo más importante a tener en cuenta cuando las plantas son pequeñas es que todavía no pueden soportar la misma intensidad que una planta adulta; hay que dejar que se vayan fortaleciendo a su ritmo, sin presionarlas. No van a crecer más rápido por regar o abonar más si sus raíces no están capacitadas para absorber el agua o el abono extra.
Durante las primeras semanas de vida, las raíces crecen más que la parte aérea de la planta. Por eso no vemos mucho desarrollo por encima de la superficie, porque la mayoría de la energía se dedica a crecer raíces bajo tierra. Una vez que el sistema de raíces está bien establecido, la producción de tallos y hojas se acelera.
EC y pH
Pensaremos en el sustrato como un soporte para el agua, los nutrientes y el oxígeno. Las raíces precisan de estos tres elementos y la tierra contiene la mezcla perfecta cuando está húmeda pero no empapada. La concentración de nutrientes que las plantas pueden asimilar va aumentando conforme crecen. En las primeras dos o tres semanas no conviene superar una EC de 0,5-0,7, luego puede ir subiendo hasta EC 1,0 más o menos, aunque el valor exacto depende de la variedad y las condiciones climáticas.
El exceso de abono es muy perjudicial para el desarrollo, pues las raíces no pueden absorberlo todo y el resto se va acumulando en la tierra. Pasadas varias semanas, el nivel de sales en la tierra puede alcanzar valores tan altos que resulten tóxicos, produciéndose deficiencias nutritivas en la planta y daños en las raíces.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las carencias de nutrientes no aparecen por falta de abono, sino por un desequilibrio de pH y EC en el sustrato. En todo caso, con el abono más vale quedarse corto que excederse. Siempre aconsejamos seguir las indicaciones de la etiqueta del fertilizante y nunca añadir una dosis mayor de la indicada, aunque sí se puede trabajar con dosis más bajas, sobre todo si se añade abono en todos o casi todos los riegos.
Trasplantes
"Hay que mantener las plantas libres de plagas y prevenir su aparición mediante fumigaciones periódicas de insecticidas de baja toxicidad"
Una regla muy básica es usar macetas grandes, pues las plantas viven mejor y con menos estrés cuanta mayor cantidad de tierra tienen disponible. Al fin y al cabo, en la naturaleza viven en el suelo, donde la tierra es ilimitada y las raíces pueden extenderse en cualquier dirección. En contenedores, la situación es muy distinta y las raíces deben conformarse con mucho menos sustrato. En exterior recomendamos usar macetas de al menos 20 l, aunque si son de 40 o 50 l, mucho mejor. Un buen sistema es sembrar en macetas pequeñas de alrededor de un litro, dos o tres semanas después trasplantar a macetas medianas de 5-10 l y, cuando las plantas alcancen los 50 cm de altura, hacer el trasplante final a las macetas definitivas de 20 a 50 l de capacidad.
El suelo de baldosas o cemento de un balcón, terraza o patio puede superar los 50 ºC de temperatura en un mediodía de verano. Una maceta situada sobre este suelo se recalentará hasta niveles peligrosos para la salud de las raíces, y la planta se verá forzada a emplear buena parte de su energía en combatir el calor y refrigerar las hojas por medio de la transpiración. La planta vivirá estresada y no podrá concentrarse en la producción de flores. Basta con colocar la maceta sobre un material aislante como una placa de corcho o un palé de madera para reducir notablemente la temperatura de la tierra y facilitar la vida de la planta. El uso de macetas blancas en verano también favorece que se mantengan más frescas que si son de color negro.
El espacio del que dispone cada planta, así como la cantidad de sol directo que recibe, influye en la forma en que crece. Mucho sol y espacio libre alrededor facilitan que crezca sin limitaciones y alcance su máximo potencial. Por el contrario, si las plantas se encuentran muy apiñadas se hacen sombra unas a otras y tenderán a crecer demasiado en altura, buscando luz y espacio, y crearán ramas largas y débiles poco capaces de soportar cogollos pesados. Además, la alta densidad de plantación favorece la aparición de plagas como los hongos y el contagio de unas plantas a otras.
Prevención
El cannabis no es una especie delicada y, por lo general, crece sin muchos problemas. Es bastante resistente al ataque de las plagas siempre que sus condiciones de vida sean adecuadas y no haya algún elemento que la debilite y favorezca que los bichos se asienten. En cualquier caso, lo más recomendable para mantener las plantas libres de plagas es prevenir su aparición mediante fumigaciones periódicas de insecticidas de baja toxicidad.
Entre los más habituales y efectivos podemos destacar el aceite de nim, el jabón potásico, el extracto de piretrinas y el Bacillus thuringiensis (BT). Si durante toda la fase de crecimiento fumigamos una vez por semana las plantas con uno o varios de estos productos, será difícil que las plagas lleguen a instalarse. Es recomendable ir variando los productos para evitar la aparición de resistencias. Por ejemplo, podemos fumigar con una mezcla de aceite de nim y jabón potásico, a la semana siguiente con BT y a la otra con extracto de piretrinas. La cuarta semana volveremos a empezar.