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MMMM 2024: ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María!

El sábado 11 de mayo diez mil personas celebraron por el centro de Madrid la Marcha Mundial de la Marihuana, reivindicando con alegría y buenos humos la regulación integral del cannabis.

Cada año pasa algo. Este 2024 será recordado por las alfombras rojas y los bailes que recibieron a los manifestantes en la Puerta del Sol, lugar donde tradicionalmente arranca la MMMM (Marcha Mundial de la Marihuana de Madrid). El año pasado la marcha se quedó en concentración y hubo multas y la policía se puso un poco nerviosa con tanto porro reconcentrado en el ambiente.

Pero este año, al llegar a la Puerta del Sol, unas alfombras rojas y unas chicas bailando te recibían. ¡Qué cambio! ¿Sería esta una muestra de la famosa libertad ondeada por Isabel Díaz Ayuso? Pero ¿Ayuso no era la que estaba preparando talleres para jóvenes contra el cannabis? ¿No era acaso la presidenta de la Comunidad de Madrid la política española que con más fiereza estaba dando la batalla cultural contra la marihuana?

En el escenario central, porque había hasta un escenario, una flamenca con bata de cola se contorsionaba con aires futuristas. A la derecha, junto a la salida del metro, una pantalla y una monitora impartían una clase gratuita de danza del vientre seguida por una veintena de entusiastas mujeres moviendo michelines sin pudor. Un poco más allá otra clase de baile urbano, con pantalla y monitora, tenía a otra veintena de voluntarios y voluntarias sudando la gota gorda. Estamos a principios de mayo, pero el sol ilumina la plaza como si fuera verano, casi llegando a los treinta grados. Las músicas se confunden en el aire y los manifestantes, perdidos entre tanto ruido, tanta danza y tanto calor, se reconocen siguiendo la pista del humo.

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

Hay un cámara de TVE y una periodista preguntando para el telediario a unos jóvenes que responden prendiendo un porro del tamaño y grosor de una barra de pan. Un chico con pulmones de campeón aspira una primera calada y, tras exhalar una vaharada de humo blanco directa a la cámara, juega a ponerse el porro en el ojo. Como nadie entiende, se pone pedagógico: “Este porro es un catalejo para ver el futuro de legalización que nos espera”.

A la confusión sinfónica se suma el arranque de un bandoneón. Sobre una de las alfombras rojas una docena de parejas recién escapadas de una residencia de ancianos se aprietan bailando tango. “El tango –decía Discépolo, el autor de ‘Cambalache’– es un pensamiento triste que se baila”, pero aquí la tristeza brilla por su ausencia y las viejitas y viejitos sonríen, quizás porque sus pasos avanzan envueltos en una niebla cannábica alegre e inspiradora.

Festival de Danza de Madrid, leo en una banderola, lo que explica la música, el baile y las alfombras rojas, pero ¿dónde están los míos? Más allá de los porreros con los que me cruzo, ¿dónde están las pancartas y los organizadores de la MMMM 2024?

El carrito de la AMEC

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

El mareo es grande, hasta que por fin suena un estribillo conocido, “¡Lega-legalización! ¡Cannabis de calidad y barato!”, que nos lleva, como ratas de Hamelín, a seguir al carrito del sonido y agruparnos para hacernos fuertes. Este año no hay autobús ni estrellas invitadas como otros años, pero el carrito es el mismo carrito, pequeño y pesado, el carrito histórico de la Asociación Madrileña de Estudios del Cannabis (AMEC), veintisiete años convocando la marcha sin desfallecer, casi tres décadas tirando del carrito, con lo que pesa.

De pronto, todo se recompone, aparecen los de la Confederación de Asociaciones Cannábicas (ConFAC) y despliegan la pancarta: “Para el mundo referentes, para el Estado español delincuentes”. Tardo un rato en entender que el mensaje se refiere a los Cannabis Social Club (CSC) cuyo modelo asociativo ha sido copiado en las regulaciones del Uruguay, de Malta o de Alemania, entre otros países, mientras que, en el nuestro, su lugar de nacimiento, son perseguidos desde hace unos años y cada vez con más saña. A las seis y cuarto arranca la cabecera de la manifestación por la calle Montera, cuesta arriba hacia la Gran Vía. “¡Dejen paso a la batucada!”, oigo a mi espalda y una treintena de mujeres armadas con tambores se conforma como un pelotón militar y comienza con los redobles. Por mi lado pasa en ese momento una pareja con su bebé en el carrito, “Salgamos con las chicas de la legalización de la marihuana”, escucho que le dice la madre al padre con un tono entre burlón y nostálgico, antes de perderse entre el gentío de la Puerta del Sol.

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente
MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

Me dejo llevar por la corriente ahumada junto a una chica que porta una pancarta artesana donde puede leerse “Legalizar promueve el consumo su seguridad”. Sobre el ritmo de la batucada comenzamos a corear “Para María libertad”, hasta que, a mitad de la calle Montera, justo al pasar por la comisaría de Policía, cambiamos el estribillo por “¡No más multas!” y “¡El porrito no es delito!”. Si podía parecer que éramos pocos, ahora ya podemos decir que somos miles, lo menos dos mil personas ocupando el grueso de la calle, ante el pasmo de los comensales en las terrazas y los viandantes despistados. De pronto empieza a llover. Pero, no, no es la lluvia, es el vecino de enfrente de la comisaría que desde la terraza de su ático nos riega con la manguera. Hace calor sí, pero el gesto no es amistoso. “¿Dónde está la policía para que multen al bombero del ático?”, grita un manifestante hacia la comisaría, donde cinco agentes contemplan impertérritos la escena.

La Gran Vía ahumada

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

Seguimos cuesta arriba con alegría: “Ía, ía, ía: libertad para María”. A mi lado hay dos chicas, cada una con un perrito en brazos, les pregunto por sus nombres, “Daniela y Laura Marcela”, y por el de los perros que resultan ser perras: “Kuana y María Juana”. Llegamos por fin a la Gran Vía y el sol nos pega en la cara sin compasión. Somos muchos más que dos mil y ocupamos todo el ancho de la carretera. Por las aceras, la muchedumbre habitual del sábado por la tarde, muchos mostrando su simpatía y otros tantos sacando fotos con sus móviles. Miles de personas fumando porros por la Gran Vía no es un espectáculo muy común, por más que Madrid sea una ciudad que en muchas de sus calles huele a cannabis. “Libertad para María, conquistamos la Gran Vía!”. Nieves y Georgina, ambas de 21 años, han venido desde Ibiza a pasar el fin de semana a Madrid y, al encontrarse en Callao con la marcha han decidido unirse. Una no es fumadora, la otra me dice que esporádica, pero están de acuerdo con la legalización. Adrián de 30 y Alejandro de 26, con el pelo teñido de amarillo pollito, tienen claro por qué están marchando: “Para poder fumar cannabis en la calle como el que se fuma un cigarro”.

Para porro el que comparte un grupo de chavales. Grande, gordo y sudoroso, un porro que mide, a decir de uno de los que lo catan con fruición, “lo que mide el trabuco de Jordi, el niño polla”.

Los tambores corren a cargo de Marakanai, según se describen ellas mismas en su web, “una batucada no mixta de mujeres feministas de Madrid, un lugar seguro donde desarrollar la creatividad y una sororidad de luchadoras contra todo tipo de opresiones patriarcales”. En uno de los pocos momentos en los que paran de animar con sus ritmos tribales, me acerco a Blanca, la directora, y le pregunto por qué han venido. “Por la causa”, me dice, y, como ve que espero que se alargue, continúa: “Por el tema medicinal y todo eso…No te sé decir ahora más cosas porque estoy aturdida”, concluye, y, dirigiéndose a sus compañeras, pregunta “¿tiene alguien un cigarro que no sea un porro?”.

Para porro el que comparten un grupo de chavales. Grande, gordo y sudoroso, un porro que mide, a decir de uno de los que lo catan con fruición, “lo que mide el trabuco de Jordi, el niño polla”. Me intereso por los ingredientes del trabuco: “Es un porro de diez gramos de dry sift, cincuenta euros de porro”. Insisten en que lo pruebe, pero me abstengo, “demasiado gordo para mí” les digo y me marcho haciendo cálculos de lo barato que les sale el concentrado de cannabis tamizado en seco, a solo cinco euros el gramo.

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

“Si la naturaleza es ilegal la libertad no existe” puede leerse en la pancarta de Yersey, una chica que viene de Zaragoza, fundadora de Malashierbas, una comunidad de mujeres que “crea sinergias para ayudar a las mujeres cannábicas a salir adelante y empoderarse”. Yersey viene a la MMMM con otras amigas de Barcelona y Andalucía también comprometidas con el empoderamiento cannábico femenino. Entre las catalanas está Gemma de Las chicas también cultivamos: “Ayudamos a las mujeres –me dice– que quieren empezar cualquier camino en el sector. Nuestra lucha es dar visibilidad a la mujer cannábica española, porque en España el cultivo y la tenencia de marihuana no es libre, y te pueden quitar a los niños si fumas, un problema bastante serio. El esfuerzo que están haciendo las mujeres cannábicas en España vale por cuatro. Pese a que el cannabis es ilegal en nuestro país, ellas dan la cara, teniendo familias. Por eso es importante visibilizar su lucha, que se nos aprecie y se valore el trabajo que estamos haciendo”.

A estas alturas, ya no somos ni tres mil ni cinco mil personas, somos por lo menos ocho mil. Eso sin contar a los viandantes que curiosos se paran y, en no pocos casos, acompañan por un rato la marcha. “¿Chicas vienen a manifestarse o qué?” les grita una joven con acento porteño a un grupo de mujeres que se ríen subidas en uno de los bancos de la acera. Abigail se llama y al ver la falta de euforia de los manifestantes echa de menos las marchas en la Argentina: “Allá cantan y se manifiestan de verdad por el asunto, acá veo que a la gente le cuesta un poco”. Quizás allá el sol no pega tan fuerte como acá, pienso mientras bebo agua y le pregunto que le ha traído hasta la MMMM.  “A mí me gusta fumar de manera recreativa y me parece muy mal que te multen mientras son legales cosas que son peores”. ¿Cómo resumirías tu compromiso con el cannabis? “Creo en la causa justa de una planta natural”, concluye Abigail. 

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

En el último tramo de la Gran Vía ya corre la brisa y los edificios aplacan la furia solar. Nos dejamos caer cuesta abajo hacia Plaza de España. Pregunto a Jorge y a Willy, socios históricos de la AMEC, cómo ven el ambiente. “Mejor que el año pasado que era la final de la Copa del Rey y nos obligaron a quedarnos en la Puerta del Sol”, contesta Jorge. Willy lo corrige: “No fue por la Copa del Rey. La Delegación del Gobierno no recibía los correos con punto org y no recibieron nuestra petición para la marcha. Entonces nos tuvimos que acercar hasta allí y a última hora solo nos autorizaron una concentración en Sol”. Discuten Jorge y Willy, y así me entero que la Copa del Rey era en Sevilla, pero que, como la ganó el Madrid, los efectivos policiales tuvieron que estar al quite de la celebración, de forma que, a última hora, la Delegación del Gobierno no autorizó la marcha y la MMMM se quedó en concentración. Los dejo discutiendo sobre fútbol y sobre el derecho a manifestarse, y sigo preguntando.

Entre el gentío, me encuentro con Anuska, presidenta de la asociación Green Farm del País Vasco. Viene con Elena, una amiga de Sevilla a la que conoció en las Malvinas. Anuska ha venido muchos años a la MMMM y tiene muy claro por qué está aquí: “Para reivindicar los derechos de los consumidores, por una regulación clara, para saber cuántas plantas podemos tener y cuánta hierba podemos llevar en el bolso”. Elena, su amiga, dice que está aquí por amistad y porque le gusta escuchar: “Hay que escuchar a todo el mundo y aquí hay gente muy maja”.

A ver qué pasa

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

Pasadas las siete y media, a un paso de la Plaza de España, nos sentamos en la Gran Vía. Ni cinco mil ni ocho mil personas, por lo menos somos diez mil. Impresiona ver tanta gente sentada ocupando el último tramo de la Gran Vía. La masa tirada felizmente por el suelo y coronada por una densa nube de humo cannábico. Si la libertad de Ayuso fuera libertad de verdad, la AMEC recibiría el encargo de organizar la próxima Noche en Blanco con esta nube de buenos humos sobrevolando la Gran Vía. 

“Estoy aquí para reivindicar los derechos de los consumidores, por una regulación clara, para saber cuántas plantas podemos tener y cuánta hierba podemos llevar en el bolso”, dice Anuska.

“Autocultivo personal y colectivo” corean algunos con fuerza. Patty Amiguet de ConFAC agarra el megáfono y da instrucciones para el desembarco en la Plaza de España. El manifiesto se leerá en un lateral de la estatua de Don Quijote, enfrente del edificio donde tiene su sede el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD): “Al que le vamos a pedir que haga un plan de regulación de una vez. Que toda España está ya pidiendo la nacionalidad alemana”. 

Todos en pie, avanzamos circulando con ejemplar rapidez por donde nos señala la policía. Me adelanto y me subo a un alcorque elevado para ver la procesión ahumada. ¿A ver si vamos a ser más de quince mil? En la Plaza de España Amiguet y Marta de Luxán, abogada del equipo técnico del OECCC (Observatorio Europeo de Consumo y cultivo de Cannabis), leen el manifiesto. Y Lucky de la AMEC recuerda que la autorización del Gobierno es hasta las diez de la noche, que hasta ese momento se puede fumar pero que luego hay que tener cuidado, que nos pueden multar. 

MMMM 2024 Basta ya de hipocresía, libertad para María Fotos de Tamara de la Fuente

José Afuera de ConFAC, resume la impresión general: “Hemos triunfado otra vez y sin artistas ni nada”. Desde los altavoces del carrito de la AMEC suenan Los Doors atacando en directo “Gloria”.

Antes de irme me encuentro de nuevo con Willy, durante muchos años ganador del título de Mejor Catador en las copas madrileñas. “Willy, te repito la pregunta que te hice hace ocho años, cuando me tocó hacer la crónica de la MMMM: si la manifestación de este 2024 fuera una variedad cannábica, ¿cómo la describirías?”. A lo que el bueno de Willy me responde con profesionalidad: “La marcha de este año no ha sido la que más gente ha reunido, supongo que por lo que pasó el año pasado, pero ha habido muy buenos humos. Una gran calidad sin duda, le hemos echado poca cantidad porque la calidad era excelente. Y han tenido cabida todos los gustos: ha tenido su momento índico y su momento sativo, hasta su momento rudelaris, me atrevería a decir”. ¿Y de efecto qué tal? “Esperemos que el efecto de esta manifestación sea el más positivo posible. Pero en eso estamos a la espera, seguimos, después de 27 años de marchas, a la espera de ver qué pasa”. 

MMMM 2024 ¡Basta ya de hipocresía, libertad para María! Fotos de Tamara de la Fuente

Manifiesto Marcha Mundial de la Marihuana Madrid 2024

Compañeras y compañeros:

Este 2024 nos unimos una vez más en Madrid para la Marcha Mundial de la Marihuana (y este año sí marchamos), en defensa de la despenalización y por una regulación justa, eficaz y social del cannabis en España.

Desde aquí reivindicamos el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de consumir, poseer y autocultivar cannabis.

Demandamos la despenalización total y real del cannabis: no más multas por posesión y consumo en la vía pública. Que se reconozca el derecho de cada individuo a decidir sobre su propia salud y bienestar.

Exigimos un acceso seguro y legal al cannabis para adultos, a través del autocultivo y de asociaciones de personas usuarias.

Reclamamos que se materialice la participación activa de la sociedad civil en el diseño e implementación de las políticas relacionadas con el cannabis, asegurando la inclusión de todas las voces y perspectivas en el proceso de toma de decisiones.

Destacamos la importancia de generar evidencia científica basada en el ensayo social y en la reducción de riesgos y no en la política de prohibición, garantizando así la seguridad y la eficacia de las políticas relacionadas con el cannabis.

En esta Marcha Mundial de la Marihuana en Madrid 2024 levantemos todas juntas nuestras voces para promover un cambio hacia una regulación justa y social del cannabis, que respete los derechos individuales y libertades, que garantice la seguridad pública y promueva la salud y el bienestar de toda la sociedad.

¡Por un país sin mordazas!

¡Por una regulación íntegra del cannabis en el Estado español!

¡Por un futuro donde la libertad y la justicia sean iguales para todas!

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #318

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