La empresa Arteloya está promocionando con éxito su propuesta Cuadros vivos.
Se trata de una visita estimulante a los museos madrileños, concretamente bajo los efectos del THC, administrado en exquisitos bombones de chocolate negro y café. Martín Cuadrado, director ejecutivo de Arteloya, destaca las salas de El Bosco (en la imagen un fragmento de El jardín de las delicias) como el espacio preferido por los visitantes embriagados. Pero no solo: “También las pinturas negras proporcionan experiencias estéticas muy intensas, sobre todo entre los amantes del género de terror. Y siempre hay algún viejito que llora delante de Las Meninas”.