Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid mantiene una ofensiva contra el cannabis queriendo convertirlo en una batalla cultural. Guiño a su electorado más conservador y arma arrojadiza contra un gobierno nacional en vías de aprobar el acceso al cannabis medicinal, Ayuso trata de sacar rédito político a su oposición al cannabis. Con este objetivo, entre otros, la presidenta de la Comunidad de Madrid inició el trámite del anteproyecto legislativo para modificar la Ley sobre Drogopendencias y Otros Trastornos Adictivos, vigente desde 2022. De esta forma, meses atrás, se publicó en el Portal de Transparencia para someter a consulta pública la iniciativa en la que se pretende restringir el acceso a los productos que se comercializan en las tiendas de CBD, sin distinguir los usos recreativos de los terapéuticos, sin respetar las regulaciones europeas que permiten la venta de estos productos y contraviniendo un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que, en 2020, decretó que ningún estado miembro puede prohibir la comercialización de un producto legalmente producido en otro estado miembro.
En caso de que la Asamblea de Madrid apruebe el proyecto, “se va a limitar el patrocinio” de los productos derivados de la planta y estará prohibido comercializar merchandising, como ceniceros, tazas o cuadros artísticos para que el cannabis no parezca “más simpático y familiar”, según las palabras de la presidente de la Comunidad. La iniciativa también especifica que las tiendas de CBD tendrían que ubicarse a un mínimo de 300 metros de distancia de los centros educativos. Además, se trabajaría junto al Colegio de Farmacéuticos para evitar que se vendan en las farmacias cremas o aceites medicinales elaborados a partir del CBD.