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Cómo mezclar cannabis y conversaciones sexis durante tus relaciones sexuales y que no se te trabe la lengua

¿Quieres que el cannabis te ayude a soltarte la lengua pero temes que se te trabe? Aquí algunos consejos.

Hay gente que le gusta decir cosas subidas de tono durante las relaciones sexuales y otras a las que no. Pero de entre la gente que le gusta hay un grupo (amplio, parece ser) que sea por la vergüenza o porque la creatividad se reduce en el contexto de enrollarse la cosa es que el asunto falla. ¿Quieres que el cannabis te ayude a soltarte la lengua pero temes que se te trabe? Aquí algunos consejos de Ashley Manta desde Leafly.

La regla de oro 

Como todo lo relacionado con el sexo, lo que se haga debe estar consensuado por las personas que participan. Si algo no le gusta a la pareja (o al grupo) es un “no” rotundo. No se hace. Punto. 

Pero incluso aunque haya un acuerdo también puede darse que algo en concreto no sea del agrado de la pareja. En el caso que estamos hablando, por ejemplo, a lo mejor hay escenas o palabras que incomodan o cortan todo el rollo. Normalmente esto se va conociendo con el tiempo, pero, a veces no existe ese tiempo para conocerse. Por tanto, si algo no funciona o no gusta déjalo. No lo hagas o cambia de pareja. Es cosa tuya. Nunca obligar siempre es la regla de oro. 

Elegir la cepa adecuada 

Este es el asunto fundamental: si eliges mal y te vas a poner a decir cosas “sucias”, estar colocado no ayuda. Va a salir todo torpe, comienzas a divagar y a salirte por la tangente, y no queremos eso. Por ejemplo: “Me encanta como me chupas. Hablando de chupar, el otro día estaba comiendo y vi por la ventana a un perro lamiendo un helado del suelo y me pareció muy desagradable. ¿No te parece raro que los perros se laman las pelotas?” 

Lo ideal es elegir una cepa de las que llaman “cerebrales” (como la Strawerry Satori o la Loud Dream) que despierte la mente como si fueses el maldito Sócrates on fire (sin pasarse, claro, que estás en la cama y no filosofando). 

Si eres la persona a la que le toca escuchar, tampoco dejes que la cosa se vaya de madre si no te está gustando. Corta si quieres pasar a otra cosa. El sexo es comunicación, así que comunícate e irá mejor para todos (aunque solo sea a largo plazo). 

Se creativo 

El reino de la fantasía es glorioso porque todo puede ocurrir. Puedes ser una estrella del rock, un pirata, un alien, un dios del Olimpo… En fin, los límites los ponéis vosotros. Y a quién le importa la coherencia cuando se trata de fantasías sexuales. De hecho, como consejo, si tu pareja está más pendiente de que la historia que estás contando sea verosímil en lugar de disfrutar, es que la cosa no funciona. Tu relación, no la historia, claro. 

Si encuentras alguna clave que haga que tu pareja se encienda, recuérdala para otras veces. No abuses, sé un buen narrador y reserva tus cartas para cuando sean necesarias. Recuerda que son fantasías. En principio todo lo que queda en el terreno de la fantasía está bien y es “normal”. Si tienes algún problema concreto lo mejor es discutirlo. 

En caso de que tus músculos creativos anden atrofiados, lo mejor es que recurras a los profesionales del erotismo para buscar inspiración. Esto incluye lo audiovisual. El porno suele dar buenas ideas, pero ahora la literatura generalista está llena de literatura erótica que se puede compartir. No creemos que sea muy recomendable 50 Sombras de Grey, pero, oyes, si a tu pareja le enciende… ¿quiénes somos nosotros para decir lo contrario? Que el cannabis no sea un impedimento para tu creatividad, sino más bien lo contrario: 

Potencia el acto desatando lo mejor de vosotros. ¡Disfrutad! 

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