En un contexto de creciente interés por los potenciales usos terapéuticos de los psicodélicos, un nuevo estudio transversal encuestó a 581 adultos que habían consumido psicodélicos al menos una vez, para comprender cómo estas experiencias habían modificado su forma de relacionarse consigo mismos y con los demás.
El 70% de las personas encuestadas afirmó que el uso de psicodélicos influyó de alguna manera en su sexualidad o en sus relaciones afectivas. La mayoría de los cambios fueron descritos como positivos presentando un aumento en la atracción hacia sus parejas, intensificación de las experiencias sexuales y una mayor conexión emocional. Los efectos no solo se limitaron al momento del viaje psicodélico, sino que también persistieron en el tiempo para una proporción significativa de participantes.
Los hallazgos también sugieren que los psicodélicos podrían flexibilizar las estructuras normativas en torno a la orientación sexual y la identidad de género. Un 10% reportó cambios en su expresión o identidad de género y experimentó un incremento en la atracción hacia personas del mismo sexo. Entre las personas no binarias, uno de cada tres reportó este tipo de transformaciones respecto a los mandatos de género tradicionales.
Otra área de impacto fue la concepción de las estructuras vinculares. Algunas personas reportaron una mayor apertura al poliamor o a las relaciones abiertas, mientras que otras reforzaron su compromiso con la monogamia. Esta direccionalidad divergente sugiere que los psicodélicos no imponen modelos relacionales, sino que amplifican las tendencias afectivas y valóricas preexistentes.
Las sustancias estudiadas incluyeron principalmente psilocibina, LSD y MDMA. Estas se asocian con una reducción de patrones de pensamiento rígidos, aumento de la empatía y una mayor flexibilidad cognitiva. En estos estados alterados de conciencia, las personas pueden explorar aspectos de sí mismas con menor juicio interno y mayor apertura, lo que podría explicar el impacto duradero sobre su sexualidad, identidad o vínculos afectivos.
El estudio, sin embargo, presenta limitaciones metodológicas importantes: se basó en datos autorreportados y con una muestra autoseleccionada. No se trata de un ensayo clínico ni de un estudio longitudinal, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela. Aun así, se abre una línea de investigación que desafía los marcos clásicos de la ciencia psicodélica.