La Dirección General de la Guardia Civil ha invertido 108.000 euros en un encargo para fabricar dos drones de última tecnología camuflados bajo la apariencia de dos grandes pájaros. Los futuros pájaros espía, dotados de cámaras de grabación de alta calidad, servirán para el seguimiento y la observación de supuestas organizaciones criminales y bandas en grandes operaciones de la Benemérita.
El encargo para la fabricación ha sido realizado a Aeromedia UAV, una compañía de A Coruña especializada en el diseño y producción de pequeñas aeronaves para servicios de emergencias, policiales, medioambientales o de producción audiovisual. El encargo de la Guardia Civil es singular porque el diseño y el funcionamiento del drone tienen que asegurar que pasará totalmente desapercibido cuando ejecute el vuelo y sobrevuele a los sospechosos para tomar imágenes sin llamar su atención.
“Las aeronaves deben tener apariencia de ave, lo que permita realizar una vigilancia aérea de forma encubierta, dificultando la detección de las aeronaves por parte de los sujetos sobre los que recae la vigilancia”, explican las condiciones técnicas exigidas por la Guardia Civil. Los documentos del concurso público para la fabricación de los drones también especificaban que estos debían estar alimentados por un “motor eléctrico silencioso que permita reducir al máximo la huella sonora” para que no pudiese ser identificado como un drone.
Otras de las condiciones de su fabricación es que no midan más de un metro de largo y dos de envergadura entre cada extremo de las alas, que puedan alcanzar los 80 kilómetros por hora con una autonomía mínima de 50 minutos y que no pesen más de 3,5 kilos. También que puedan identificar una matrícula a 180 metros de distancia y una persona a 280 metros. Según la información publicada por el Diario Sur, la Guardia Civil no especifica a qué especie de ave deben parecerse los drones.