El pasado verano, la Guardia Civil adquirió diez drones submarinos para tratar de detectar el tráfico de drogas ilegales que se realiza mediante su ocultación en los cascos sumergidos de los buques de mercancías. Esta técnica de transporte de drogas, conocida como “técnica de parásito”, es cada vez más común y su detección resulta difícil y costosa si no se cuentan con tecnologías como los drones sumergibles.
Según la información del diario El País, los dispositivos estarían en marcha el otoño pasado en los puertos de Valencia, Barcelona, Bilbao, Málaga, Vigo, Algeciras, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Alicante y Santander. Con ellos el instituto armado ha dado con una buena herramienta para detectar con mayor facilidad las cargas de drogas que se adhieren a las quillas de los buques mediante imanes u otros sistemas de fijación, varios metros bajo el nivel del mar.
El verano pasado, la Guardia Civil incautó casi 200 kilos de cocaína en el Puerto de la Luz de Las Palmas descubiertos en los sistemas de refrigeración del barco, en la parte sumergida del casco. En esa ocasión la operación la realizaron efectivos de los Grupos Especiales de Operaciones Subacuáticas (GEAS), quienes estuvieron inspeccionando varios buques llegados al puerto desde Brasil.