En 2014 se hallaron 127 kilos de cocaína en un habitáculo del Juan Sebastián Elcano, buque-escuela de la Armada, mientras estaba atracado en Cádiz, a su vuelta de un crucero de instrucción. La cocaína había sido cargada en Cartagena de Indias, en Colombia. Hace pocos días, una jueza del Juzgado Militar decretó el sobreseimiento del procedimiento, es decir, que todos los milikos saldrán de rositas.
No nos debería extrañar, porque si hay un colectivo que a lo largo de la Guerra Contra las Drogas se ha ocupado de traficar con impunidad todo tipo de drogas este ha sido el cuerpo policial y militar.
Una joven sudanesa de 24 años pasará 10 años en la cárcel de Dubái debido a que la policía le encontró 0,1 gramos de marihuana. Historias como la suya son mucho más frecuentes de los que nos gustaría pensar y no solamente en dicho país. Hace poco, hemos conocido que China detuvo a más de 660.000 sospechosos relacionados con drogas en los últimos cinco años. En 2016, China ejecutó a más personas que todos los demás países del mundo en conjunto. Amnistía Internacional denuncia que las afirmaciones de transparencia de China son “engañosas”.
Se acaban de publicar los resultados de un estudio en Canadá donde se muestra que los hombres que han consumido alucinógenos cuentan con una mejor capacidad para manejar las emociones negativas, y que esto podría ayudar a explicar por qué son menos violentos. Invitamos desde aquí a que el Gobierno de Pedrito reparta LSD entre las mujeres para que lo puedan echar en el vaso de cualquier energúmeno o manada que lo precise. Ya lo decían los hippies: “Drop acid, not bombs”.
Por último, un momento de recuerdo dedicado a los prohibicionistas de Naciones Unidas y sus hordas de lamebotas, el primer ministro de Canadá les manda saludos, un país del G7 desafía los dogmas de las listas de sustancias prohibidas. ¡Ajo y agua!