En los últimos meses, la gestión de Isabel Díaz Ayuso ha comenzado una ofensiva contra la industria del cannabis en la comunidad de Madrid y en oposición al plan de la ministra de Sanidad, Mónica García, de regular el acceso de los derivados de la planta para fines medicinales. Ahora, la última novedad es que en la capital española comenzó a funcionar la “patrulla anticannabis”, la cual ha realizado entre julio y agosto unas 55 intervenciones en locales en donde se incautaron diferentes productos con cannabinoides, como gominolas, galletas, siropes y flores, entre otros.
"Cada vez vemos más otra serie de cannabinoides como el CBG, en piruletas o galletas, o el HHC, visto en vapeadores, que no deberían contener absolutamente nada. No están autorizados. De hecho, ya lo hemos comunicado al Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT)", dijo Elena Andradas, directora general de Salud Pública de Madrid y una de las encargadas de haber ideado el plan de la estrategia y control de los productos que contienen derivados del cannabis y que fue encargado por la Consejería de Sanidad.
Las inspecciones realizadas por Salud Pública, las cuales son acompañadas por agentes de Policía Nacional y fuerzas de seguridad locales, han llegado a clausurar varias tiendas. Además, incautaron los productos sospechosos de contener sustancias prohibidas para la venta. "Se ha extendido el mensaje de que el CBD es bueno o saludable, pero no es así. Recordamos que el cannabis es un estupefaciente ilegal cuyo consumo está prohibido ya que, sobre todo en los menores de edad, puede provocar efectos nocivos", asegura Andradas.
La funcionaria parte de una premisa engañosa para sostener la política prohibicionista y conservadora de la gestión de Ayuso, en Madrid. En primer lugar, existe una inmensa evidencia científica que corrobora los efectos positivos del cannabis para mejorar la calidad de vida en personas que padecen todo tipo de enfermedades. Incluso, con la utilización de los cannabinoides más demonizados como el THC. Muchos de estos estudios científicos pueden consultarse en el sitio web de Cáñamo. Por otro lado, el consumo no está prohibido; sí lo está la tenencia. Esta es una pequeña pero sustancial diferencia, porque en caso que la declaración de la funcionaria madrileña fuera cierta, el Estado estaría persiguiendo a personas que podrían tener un trastorno en su salud mental por la adicción a sustancias. Además, cabe destacar que los productos derivados del cannabis que contengan alto contenido de CBD y no superen el 0,3% de THC están permitidos por la Unión Europea. Por último: no todas las vías de administración del cannabis producen los mismos efectos. Por caso, no es lo mismo la forma combustionada que la vaporización, siendo esta última una opción más saludable para el cuerpo humano porque no se generan residuos al quemar la yerba o el papel de enrolar.