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Mamíferos insectívoros en el huerto

Seguimos en nuestro empeño de presentar en público a los múltiples aliados, con los que podemos contar a la hora de mantener un equilibrio saludable y un buen estado sanitario de nuestro huerto de maría.

Seguimos en nuestro empeño de presentar en público a los múltiples aliados, con los que podemos contar a la hora de mantener un equilibrio saludable y un buen estado sanitario de nuestro huerto de maría.

En esta ocasión los guardianes elegidos puede que sean los más graciosos y son los pequeños mamíferos que incluyen en su dieta insectos que son nocivos para los cultivos de cannabis.

En realidad se trata de un amplio conjunto de mamíferos que está integrado por diversos grupos que tienen como característica común su dieta alimentaria así como ciertos aspectos físicos como son su gran movilidad y la forma de sus hocicos que suelen ser estrechos y alargados.

Son animales que se localizan prácticamente en todo el mundo, salvo Australia, Antártida y Sudamérica meridional. Los grupos más conocidos dentro de estos devoradores de insectos hallamos a los erizos, musarañas, desmanes, topos, tenrecs y almiquíes. Generalmente presentan muy desarrollados los bulbos olfativos del cerebro, lo que indica la gran capacidad olfativa de estos pequeños animales.

Se trata del grupo placentario más longevo de todos, datan del cretácico existiendo especies de más de 80 millones de años de antigüedad. Su dieta no sólo está basada en insectos, algunas especies también se nutren de otros pequeños vertebrados, de plantas e incluso de lombrices.

Dentro de los mamíferos insectívoros más conocidos encontramos al erizo común (Erinaceus europaeus). Estos pequeños y pinchosos animales llegan a tener una vida de 5 años, con lo que durante todo ese tiempo pueden estar ayudándonos a mantener a ralla a diversas especies fitófagas, entre sus platos preferidos están los artrópodos, babosas o gusanos. El inconveniente es que también se alimenta de otros guardianes como ranas, saurios o culebras, o de otros ayudantes a la hora de mejorar la fertilización del suelo, como es el caso de las lombrices, que le resultan exquisitas.

La musaraña ibérica (Sorex granarius) es un endemismos de nuestra geografía, donde se distribuye principalmente a lo largo de todo el Sistema Central. Es una habitante del bosque que contribuye a mantener un equilibrio biológico entre las poblaciones de insectos. Aquellos cannabicultores de la meseta que tengan sus plantas de maría cerca de zonas boscosas ser verán beneficiados por su presencia. Se trata de una especie polífaga que se alimenta de prácticamente todo lo que se mueva a su alrededor. Entre sus presas hallamos invertebrados, insectos y larvas de los mismos ó caracoles, pero también otros ayudantes como ranas, lagartijas y arañas.

Otro mamífero colaborador del huerto que es conocido por sus múltiples apariciones en fábulas y cuentos infantiles es el topo ibérico (Talpa occidentalis). El topo se caracteriza por ser un animal del subsuelo, donde vive en las continuas galerías que va excavando. Es un animal muy voraz que necesita sobre unos 50 gramos de insectos diarios para saciar sus necesidades. Como vive en el suelo el control lo realiza ahí, donde se alimenta de nematodos o otros insectos del suelo. El gran inconveniente es que su plato preferido son las lombrices que tanto nos ayudan con el aporte de materia orgánica procesada. 

Para finalizar este apartado de mamíferos auxiliares lo hacemos hablando del desmán de los pirineos (Galemys pyrenaicus). Su localización está relacionada con la presencia de masas de agua limpias y no contaminadasen Pirineo, Cordillera cantábrica, Galicia, zonas del centro peninsular y norte de Portugal. Se alimenta sobre todo de invertebrados actuáticos, pero también de caracoles y babosas. La contaminación de las aguas es su principal enemigo que ha llevado a este pequeño mamífero que pertenece a la familia de los topos, a estar desde el año 96 en la Lista roja de los vertebrados de España, por lo que es una especie a cuidar y mimar.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #209

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