Hoy se cumple el primer mes de la asunción de Javier Milei en la Presidencia Argentina y ya han sucedido los primeros movimientos políticos que configurarán la incipiente industria cannábica del país sudamericano durante los próximos meses. Se trata de la designación de Carlos Dunan como nuevo titular del Instituto Nacional de Semillas (INASE), la primera institución estatal del mundo en crear un registro de variedades de cannabis sin importar su contenido de cannabinoides.
Los primeros treinta días de mandato libertario estuvieron cargados de tensión en el país del sur, donde Milei pretende derogar y modificar más de 300 leyes mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia. Mientras en el Congreso y la Justicia discuten la constitucionalidad de la medida, comenzaron a asumir los ministros de las carteras del Estado. El Secretario de Agricultura será Fernando Vilella, quien hace dos semanas designó a Dunan como Presidente del INASE en un guiño a la industria semillera del país.
Cáñamo se comunicó con el INASE para consultar cuáles serán las líneas de trabajo que pretende Dunan con respecto al cannabis. Sin embargo, desde la institución responden sencillamente que “no saben. Carlos está de vacaciones y cuando vuelva, en la tercera semana de enero, empezará a trabajar. No hay una idea pensada para el cannabis, pero tampoco se pretende cambiar el registro de variedades”, cuentan desde el círculo de confianza de Dunan. Según pudo averiguar Cáñamo, el nuevo Presidente del INASE está armando su equipo de trabajo con personas allegadas a la empresa que fundó: Bioceres, una de las compañías de semillas más importantes de Argentina.
¿Quién es Carlos Dunan, nuevo Presidente de INASE?
Dunan es ingeniero agrónomo y uno de los socios fundadores de Bioceres, donde fue su Director de Estrategia desde 2012. También es uno de los empresarios más importantes en el negocio de las semillas transgénicas con el liderazgo en otras compañías como Zeneca, que actualmente es propiedad de la multinacional Syngenta, con sede en Suiza.
Bioceres es una de las empresas que más apuesta a las semillas transgénicas. Un ejemplo de ello es la incorporación del gen HB4 en los cultivos de trigo y soja para que soporten largas temporadas de sequía sin perder la productividad. Por este motivo, Dunan es una de las voces que más ha reclamado una Ley de Semillas en Argentina para proteger los intereses económicos y estratégicos en un país que tiene como principal fuente de ingresos la exportación de granos.
Si bien el uso de variedades transgénicas se cuestiona hace varios años por la utilización de diferentes fertilizantes y pesticidas dañinos al medio ambiente, una Ley de Semillas es igual de resistida por sectores vinculados a los pequeños campesinos.
“Las semillas son el primer eslabón de la cadena alimentaria y la base de la biodiversidad del planeta. La diversidad genética de los cultivos conocidos proviene de un trabajo milenario de los pueblos, y el avance de los derechos de propiedad intelectual sobre las plantas no contribuyó al aumento de la biodiversidad, sino todo lo contrario”, asegura Tamara Perelmuter, docente de Sociología Rural en la Universidad de Buenos Aires.
Mientras Dunan pasa sus últimos días de vacaciones, dentro del INASE la preocupación se encuentra entre los trabajadores que no saben si seguirán teniendo empleo. Algunos de ellos fueron responsables en crear la normativa que permitió el registro de más de veinte variedades de cannabis. “Estamos en un momento complicado porque quieren despedir a mucha gente del INASE”, dice una fuente del organismo que prefiere no revelar su identidad.
A día de hoy la única certeza con respecto a la regulación del cannabis en Argentina sería el despido de los trabajadores afines a la actividad. De hecho, el “Plan Motosierra” de Milei se aplica en todas las carteras del Estado. Tan solo con el Decreto anteriormente mencionado se echaron a unos 5 mil empleados públicos.