Según un reciente informe el número de jóvenes que han pasado del porro al vapeo de cannabis ha sido exponencial.
Es cierto que las cifras no son aún para volverse locos pero también es cierto que el incremento es sustancial si lo comparamos con otros estudios previos. Según este estudio 1 de cada 11 estudiantes de instituto han usado un vaporizador con cannabis al menos una vez.
La autora de informe, Katrina Trivers, epidemióloga en el Centro de Control de Enfermedades y Prevención, considera este resultado como un problema: “Estos niveles tan altos de uso del cannabis en cigarrillos electrónicos es un problema de salud pública”. Tampoco la queremos contradecir pero a lo mejor apostó muy fuerte en esa declaración.
La estimación aproximada de cuántos jóvenes pueden haber usado un vapeador con cannabis al menos 1 vez es de 2 millones. Para el CDC como para el gobierno federal consideran peligroso que esto suceda porque se cree demostrado que el uso de cannabis altera el cerebro en desarrollo de los jóvenes (para mal, claro).
Otra de las preocupaciones que trae de cabeza a padres e instituciones que es prácticamente imposible saber si alguien está vapeando nicotina o cannabis porque el aspecto del líquido es indistinguible. Algunas instituciones ya han escrito a las empresas que se dedican a fabricar cigarrillos electrónicos para que lancen campañas de prevención entre los menores.
Por último el informe aclara que estos datos no demuestran que se consuma más cannabis entre los jóvenes (de hecho otras estadísticas informan de que está pasando lo justo contrario), por lo que, en ese sentido, no es motivo de preocupación.