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Cannabinoides revierten la inflamación cerebral por falta de sueño

Un nuevo estudio publicado en la revista Neuroscience Letters revela que la combinación de cannabidiol (CBD) y cannabicromeno (CBC) puede revertir de forma significativa los efectos nocivos de la privación crónica de sueño.

La privación crónica de sueño es un problema creciente en sociedades modernas, donde el ritmo acelerado de vida y la exposición continua a pantallas afectan los ciclos de descanso. Este déficit prolongado de sueño está estrechamente ligado a alteraciones cognitivas, emocionales y a una respuesta inflamatoria exacerbada en el sistema nervioso central. En este escenario, el sistema endocannabinoide se presenta como un actor clave para modular tanto la respuesta inmune como los estados de ánimo, generando interés en la comunidad científica.

El estudio fue desarrollado por investigadores de la Universidad Oceánica de Guangdong (China) en colaboración con el Instituto Materno Infantil de la Universidad Médica de Guangdong. Se analizaron los efectos de tres cannabinoides no psicoactivos —CBD, CBG y CBC— tanto de forma aislada como en combinación. 

Los resultados fueron contundentes y reveladores: los ratones tratados con la combinación de CBD y CBC lograron una recuperación prácticamente total en las pruebas de memoria y comportamiento, superando incluso a los grupos que recibieron cannabinoides por separado. 

Además, los análisis de laboratorio mostraron una notable reducción de los marcadores de inflamación cerebral y estudios complementarios de acoplamiento molecular (molecular docking) indicaron que esta combinación posee una afinidad sinérgica con los receptores cannabinoides CB1 y CB2, un fenómeno conocido como el “efecto séquito”, que podría explicar su eficacia.

A pesar de que tanto el CBD como el CBC son considerados generalmente seguros, los autores del estudio subrayaron la necesidad de realizar investigaciones más amplias para establecer las dosis óptimas, evaluar su seguridad a largo plazo y comprender a fondo los mecanismos biológicos implicados. El equipo enfatizó que la exploración de estos cannabinoides abre nuevas vías terapéuticas para abordar las consecuencias neuroinmunológicas y conductuales de la falta de sueño crónica.

La terapia con cannabinoides a largo plazo puede mejorar los cambios neuroinflamatorios y conductuales inducidos por la privación crónica del sueño en ratones.

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