Según ha denunciado públicamente el Movimiento Marika de Madrid, la Policía de la Comunidad se encuentra realizando una cacería contra la comunidad LGBTIQ+ con la excusa de poner un fin al tráfico ilegal de estupefacientes y el chemsex, una práctica que consiste en practicar relaciones sexuales en un contexto de consumo de drogas. La mencionada organización sostiene que desde 2020 registran un aumento en las detenciones arbitrarias, cacheos humillantes e infiltraciones en espacios que homosexuales y otras disidencias creían como espacios seguros.
A partir de una investigación periodística realizada por Público, que se suma a la denuncia por redes sociales que hizo el Movimiento Marika de Madrid, al menos tres personas contaron que la Policía puso en marcha un disciplinamiento en la capital. Uno de ellos es Luis, quien, mientras participaba de una sesión de chemsex, recibió un mensaje de texto con el domicilio de otra locación. "Nos habían enviado la dirección de esta otra sesión a través de una aplicación de citas y nos habían dicho que pilláramos dos gramos de tina (metanfetamina)", explica. Al llegar al portal del domicilio indicado, "dos personas aparecieron por detrás" y les preguntaron: "¿Venís a la fiesta?". "Cuando me di la vuelta, sacaron una placa y eran dos secretas", asegura. De inmediato fue detenido y trasladado a los calabozos de la calle Leganitos. Finalmente, fue liberado. Pero tuvo que enfrentarse a una acusación por un delito contra la salud pública, que implica más de tres años de prisión. Luis logró hacer un arreglo con la Fiscalía y su pena fue reducida porque se declaró culpable de una infracción que no había cometido.
El Movimiento Marica de Madrid denuncia que la Policía mantiene un “patrón de actuación” dirigido especialmente contra la comunidad LGBTIQ+. “Cada fin de semana nos enteramos de alguno de estos episodios”, dicen. Algunos de ellos son más graves, como el que le sucedió a Alberto. A él lo pillaron dentro de una conocida discoteca gay de la ciudad, en donde había dos policías vestidos de civil. “Me pararon de repente y me comenzaron a preguntar cosas. La manera en cómo me hablaron me pareció agresiva”, recuerda. Él intentó alejarse, descartó la droga que llevaba encima y los agentes lo persiguieron. Fue detenido y trasladado a Leganitos. “Me hicieron desnudarme completamente y abrirme las nalgas. Había ocho policías rodeándome, pidiendo que les mostrara mis genitales", recuerda Alberto.
Desde la Jefatura Superior de Policía de Madrid sostienen que no se trata de ningún tipo de registro discriminatorio ni hacia un colectivo concreto, sino que actúan sobre "zonas y espacios donde creen que puede existir algún hecho delictivo".
Desde 2020 hemos visto un aumento de casos de actuaciones policiales abusivas dirigidas hacia personas del colectivo LGTBIAQ+, en especial hacia maricones (cis y trans), putas y personas transfemeninas. pic.twitter.com/DUKTxk9FC0
— Movimiento Marika Madrid (@marikasMMM) February 10, 2025
La policía está haciendo controles basados en una apariencia supuestamente relacionada con el consumo de drogas, y es aquí donde entramos los maricones. pic.twitter.com/xxG3Vnrd8u
— Movimiento Marika Madrid (@marikasMMM) February 12, 2025
Concretamente, esto es a lo que nos someten los maderos en esta ciudad:
- Registros físicos, a veces con tocamientos inapropiados, y comentarios despectivos, llegando a veces a la desnudez parcial en plena calle. pic.twitter.com/pVcaVx25iG— Movimiento Marika Madrid (@marikasMMM) February 12, 2025