La policía brasileña puso en custodia a un papagayo que se dedicaba a avisar a los dealers de una vivienda sobre cuándo venía la policía.
El papagayo fue “arrestado” el mismo día en el que la policía brasileña realizó un asalto a un piso franco en donde se distribuía cocaína durante un acuerdo de venta. El loro gritaba, ante la presencia de los agentes: “¡mamá, policía!” De hecho, la policía informó que la redada se produjo gracias a que el loro no paraba de gritar esto y les llevó hasta la operación de compra-venta.
El papagayo fue encontrado en la vivienda sin ventanas de una sola habitación del distrito de Piauí, donde se hacían los tratos. Parece que el loro había sido amaestrado para que avisara si veía acercasa a la autoridad. Un policía asegura que “se puso a gritar en cuanto vio a los agentes”. La verdad es que no fue demasiado útil durante la redada. En la grabación que se hizo pública del decomiso se puede ver a la policía brasileña contando los ladrillos de cocaína mientras el loro espera pacientemente encima de una encimera.
Después de la redada un policía se llevó al pájaro hasta Departamento de policía de Teresina. Durante el tiempo en el que estuvo con los policías el loro no dijo una sola palabra. Es posible que fuera consciente que todo lo que dijese podría ser usado en su contra en un tribunal. Tal vez, simplemente, es un loro y los loros, aunque parece que hablan, en realidad no lo hacen.
Sin embargo, este último detalle no ha pasado desapercibido para la abogada defensora de los dos detenidos durante la redada, un hombre adulto y un adolescente. ¿Cómo es posible que fuese el loro el que alertó a la policía de que en esa casa se estaba vendiendo droga y luego no decir una sola palabra? Aunque la abogada tiene su punto para intentar tirar el caso por tierra. Pero es también cierto que se estima que los traficantes de droga tienen unos 1.700 papagayos entrenados para esta tarea, con lo que va a tener difícil que el caso quede sobreseído por esta cuestión.
Sea como fuere, el loro está ahora en un zoo de Brasil y le están enseñando a volar, por lo que parece que el pobre animal ha pasado a mejor vida. Allí tampoco está diciendo absolutamente nada y aunque muchos policías pasan por el zoo a visitarlo, el loro permanece callado. Loro pero no chivato.