La Universidad de la Columbia Británica publica un estudio en el que asegura que las diferencias entre THC y CBD de las variedades no son suficientes para considerar que producen efectos diferentes.
Una de las ventajas del cannabis, siempre se ha dicho, es que la hibridación y cultivo de diferentes variedades produce efectos distintos en el que la consume. Así podemos encontrar variedades mucho más “cerebrales” que otras, que ayuden a calmar la ansiedad y otras a producir excitación, o preparadas para que cumplan una función medicinal. Sin embargo, este estudio de la Universidad de Columbia dice que esto es insuficiente.
“Una alta cantidad de compuesto en una planta, como el THC o el CBD, no es necesariamente responsable de los efectos medicinales de una planta”, dice la autora, Elizabeth Mudge, profesora de química en Columbia.
Sin embargo resulta esto contraintuitivo: si uno toma dos variedades bien diferentes enseguida percibe que los efectos también lo son. En cambio el estudio, que utilizó 33 plantas diferentes (entre sativa e índica) muestra lo contrario: no existe una diferencia considerable entre ambas.
Cuidado, porque esto no va sobre que haya plantas que produzcan efectos diferentes sino si el (des)equilibrio entre THC y CBD diferencia una producto medicinal de otro que no lo sea.
Por lo tanto, lo que el estudio dice no es que no se puedan producir efectos diferentes con diferentes plantas sino que el THC y el CBD no son los únicos indicadores para determinar sus efectos, entre estos, el terapéutico. Es más, si solo nos fijamos en esos dos componentes uno se va a encontrar con que no existe mucha diferencia entre variedades con distintos niveles de THC o CBD. A lo mejor, para determinar la eficacia medicinal de una planta hay que echarle un ojo al CBC (cannabicromeno) o al Cannabinol (CBN). El estudio encontró incluso unos 20 componentes que eran desconocidos y que podrían tener una función en las propiedades de la planta.
Este estudio, en caso de comprobarse su eficiencia, puede ser un duro golpe para las compañías centradas exclusivamente en productos con CBD como medicinales (o “buenos” en su lenguaje de marketing) en comparación con los de THC (o “malos”). Tal vez aún necesitemos mucha más investigación o educación sobre la cultura del cannabis.