Así es, amiguitas y amiguitos marihuanos de habla hispana, se nos acaba la década. Es posible que ahora que degustéis el siguiente porro, lo hagáis en los años veinte. Ha sido una década provechosa, en la que se han ganado más batallas que en los últimos cien años. Sin embargo, no sin múltiples víctimas que, aun hoy en día, se suceden alrededor del mundo. La legalización dista mucho de ser perfecta, pero lo que hay, a pesar de la gente poderosa que quiere acaparar el mercado, era inimaginable cuando yo era un parvulito. Todo cambió hace seis años, cuando Colorado se convirtió en el primer estado en vender un churro legal. Haciendo un recuento del fin de la década y del año, existen once estados y un distrito federal con marihuana legal para usos recreativos o lúdicos. Alaska, California, Colorado, Illinois, Maine, Massachusetts, Michigan, Nevada, Oregon, Vermont, Washington y el Distrito de Washington. Aunados a estos, treinta y tres estados tienen programas de marihuana medicinal.
Si ustedes son como yo, trotamundos aventureros cannábicos que quieren patear por el planeta Tierra buscando las variedades más exóticas, se preguntarán: ¿qué pasa con los territorios remotos invadidos por Estados Unidos, aquellos donde el yugo imperialista ha dejado su huella?, ¿acaso estos territorios tienen acceso a la medicina verde? Bueno, psiconautas, vamos a ver cinco localizaciones paradisiacas administradas por el Imperio.
En la isla de Guam, el paraíso polinesio, el cannabis ha sido legal medicinalmente desde el 2015 y, lúdicamente, desde abril del 2019. Guam es una isla en medio del Pacífico ya casi colindando con la línea del tiempo internacional, es decir, es lo más oeste que se puede ir antes de convertirse en este. Esta isla tiene unos 170.000 habitantes, y en enero del 2017 su gobernadora, Lourdes Guerrero, propuso una ley llamada Marijuana Control Law para legalizar de una vez por todas la marihuana: “Necesitamos poner los mismos tipos de reglas que tenemos para el alcohol, el tabaco y otras sustancias similares para que no sean abusadas”, refirió desde la capital, Hagåtña.
No muy lejos de Guam se encuentra la Samoa Americana, que viene siendo como Oklahoma rodeada de océano. En este infierno polinesio, la mota es completamente ilegal y te pueden caer cinco años de cárcel por lo menos, más una multa de cinco mil dólares, lo mismo para cualquier tipo de drogas, incluso si te prescribieron marihuana medicinal en otro lugar. No sería muy recomendable viajar miles de kilómetros para acabar en una cárcel estadounidense.
Ya que estamos con la onda isleña, vayamos hacia a la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte, que son catorce islas entre las Filipinas y Alaska, y es un estado asociado bajo la tutela de Estados Unidos. Aquí sí podemos ir a echar unas vacaciones, pues el 21 de septiembre de 2018, la Comunidad del Norte de las Islas Marianas (CNMI) legalizó el cannabis completamente. Lo hicieron sin tener que contar con el voto de sus ciudadanos. El proyecto de ley pasó con suficiente apoyo en ambas cámaras del gobierno. Aún es ilegal vender, pero seguro encontraremos a uno entre los más de cincuenta mil habitantes que nos convidará a unos porritos. Los residentes de las islas por encima de los veintiún años pueden poseer hasta una onza de cannabis a la vez; esto incluye la posesión de productos que contengan cannabis, como comestibles, extractos y aceites. Los residentes de la isla pueden plantar y hacer crecer sus propias plantas en casa.
Vayamos al Caribe a visitar las Islas Vírgenes, que tienen de todo menos virginidad. Fueron adquiridas por Estados Unidos en 1917 a Dinamarca, y la mayoría de los cien mil habitantes son afrocaribeños. La marihuana no es legal pero tampoco ilegal, es decir, está descriminalizada, y además cuentan con un programa medicinal que se aprobó este ya pasado 2019. Vaticino que pronto se legalizarán todos sus usos, ya que es de todos sabido que los caribeños gustan de la marihuana y la buena fiesta.
Puerto Rico es el otro estado asociado del que ya hemos hablado anteriormente. Es vergonzoso lo que pasa ahí y el trato que sufren sus ciudadanos por parte del gobierno usamericano. Diremos que la gente aún no está a favor de una legalización, a pesar de que la isla cuenta con un programa de marihuana medicinal. Mejor evitar esta isla hispanoparlante.
Existen un par de territorios autónomos indígenas dentro de Estados Unidos. La tribu Flandreau Santee Sioux, en Dakota del Sur, donde hay un cultivador que puede vender marihuana a todos de forma legal y para cualquier uso. La tribu Suquamish, en el estado de Washington, también tienen ventas legales desde el 2015, cuando firmaron un pacto cannábico y, poquito después, la tribu de la isla de Squaxin hizo lo propio en el mismo estado.
Veremos qué nos depara la nueva década.