Si hay algo seguro en el imaginario colectivo al referirse a Jamaica, es que se nos vendrá a la mente un rastafari con un porro de maría en la mano. Esta imagen estuvo lejos de ser habitual durante mucho tiempo, porque la isla caribeña mantenía unas políticas de mano dura en todo lo relacionado con el consumo de drogas.
Sin embargo, durante 2015 se despenalizó la posesión de hasta 56 gramos, y se comenzaron los trámites para la creación de una industria de la marihuana medicinal, con enmiendas a la Ley de Drogas Peligrosas.
Esto parece consolidarse, porque la directora médica del Ministerio de Salud, la doctora Jacqueline Bisasor-McKenzie (en la foto), ha afirmado que el ministerio apoya el uso de cannabis y productos derivados de la planta con fines medicinales y de investigación, allí donde la evidencia científica valide sus beneficios y efectividad en el tratamiento de enfermedades específicas. “La receta o recomendación de estos artículos es realizada por profesionales médicos que habrán sido instruidos sobre los productos y sus indicaciones de la misma forma que lo son sobre cualquier otro medicamento disponible en el mercado”, dijo. Esto, agregó, es imperativo, ya que la industria está altamente especializada y requiere el cumplimiento de estándares específicos para producir un medicamento para uso medicinal.
Además, aludió al Informe de la Comisión Regional de Marihuana 2018 de CARICOM (Comunidad del Caribe), que establece que el acceso a la marihuana medicinal debe facilitarse para las patologías en las que exista evidencia clara de sus beneficios.