Días atrás, la Autoridad Nacional de Medicamentos y Productos Sanitarios (INFARMED) de Portugal retiró del mercado una serie de productos derivados de CBD. Según este organismo estatal, los extractos, resinas y tinturas derivadas de la planta de cannabis son estupefacientes que están prohibidos por la normativa de la Unión Europea. Sin embargo, esta decisión contradice la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en la que se determinó en el año 2020 que el CBD no es un estupefaciente y que no debe restringirse su comercio entre los países miembros del bloque continental.
INFARMED informó que los productos retirados del mercado se trata de cosméticos con extractos de CBD elaborados por las marcas SVR, Naturasor y Dermacol. En su decisión, la autoridad sanitaria citó la normativa europea que prohíbe todas las inflorescencias del cannabis, a partir de la Convención Única de Estupefacientes de Naciones Unidas del año 1961.
En los últimos años, Portugal se ha consolidado como uno de los principales países que dominan la industria del cannabis a nivel mundial. Pero la decisión de INFARMED de retirar los cosméticos derivados de CBD parece estar en sintonía con la avanzada conservadora contra la planta en diferentes partes de Europa. Uno de ellos es Italia, donde la presidenta italiana, Giorgia Meloni, ha emitido un decreto que prohíbe el CBD. En Madrid sucede algo similar con la cruzada liderada por la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
De todos modos, se espera que las empresas lusas apelen la decisión de INFARMED, ya que contradice la sentencia del máximo tribunal de la Unión Europea en la que se estableció que el CBD no es un estupefaciente y que no se debe restringir su comercio.