En el desierto de Black Rock, en la zona del noroeste de Nevada, donde se celebra el famoso festival psicodélico Burning Man, ha caído en un día la lluvia que suele precipitar durante dos o tres meses. Las precipitaciones ocurrieron durante el viernes y el sábado pasado y han arruinado el final del festival, de una semana de duración, dejando a unas 70.000 personas atascadas en un desierto embarrado sin opciones para salir del lugar.
El festival tendría que haber acabado el domingo, pero ese día la organización del evento comunicó a los asistentes que “las puertas y el aeropuerto de entrada y salida de Black Rock City permanecen cerrados. No se puede entrar ni salir hasta nuevo aviso. Solo está permitida la circulación de vehículos de emergencia”. Black Rock City es el lugar de la celebración del festival, y está ubicado a varias decenas de kilómetros de cualquier lugar habitado. “Se anima a los participantes a conservar alimentos, agua y combustible, y a refugiarse en un espacio cálido y seguro”, dijo la organización a través de su cuenta de X (antes Twitter).
Pese a las advertencias y peticiones para que los asistentes se mantuvieran a resguardo esperando que el barro se secara, algunas personas decidieron abandonar el recinto a pie y hacer autoestop en la carretera más cercana, a unos 10 kilómetros de distancia. Es el caso del actor Chris Rock y el Dj Diplo, quienes lograron salir del lugar. Las autoridades han comunicado la muerte de una persona en el recinto del festival, pero por el momento no se ha ofrecido ninguna información sobre la causa de la muerte.
Las redes sociales se han llenado con vídeos de los asistentes que muestran el barrizal en que ha quedado convertido el festival, con algunas personas desesperadas y otras mostrando su buena predisposición ante la adversidad. Los memes y vídeos paródicos también han circulado en redes.