En Uruguay, el primer país del mundo en sancionar una ley de cannabis que permita todos los usos, existen tres vías de acceso a los derivados de la planta: compra en farmacias, una red de clubes y el autocultivo. Hasta el momento, todos deben compartirle sus datos al Estado e inscribirse en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA). Sin embargo, esto podría cambiar en el futuro. El Presidente del organismo, Daniel Radío, aseguró que debería eliminarse el registro de los compradores.
Si bien Cáñamo pudo averiguar que Radío tiene este proyecto hace meses, aún no se ha materializado en un cambio de la reglamentación. El también secretario de la Junta Nacional de Drogas uruguaya le anunció recientemente al medio local Subrayado que “se está pensando hacer una propuesta en ese sentido”. Sin embargo, la medida solo alcanzaría a las personas que compran su cannabis en las más de 40 farmacias habilitadas. Tanto cultivadores domésticos, como los socios de las asociaciones sin fines de lucro, se mantendrían bajo el registro estatal. “Y si alguien no quiere ser más autocultivador, tiene que ir y borrarse”, amplió Radío.
Radío explicó que algo importante de la medida es que de esta manera se habilitaría la venta de cannabis a los no residentes uruguayos. “La ventaja es evitar que vayan a comprar al mercado negro”, dijo sobre a quienes se les quitan 20 millones de dólares al año gracias al sistema regulado de cannabis.
“Solo en farmacias, en 2022 se movilizaron dos toneladas de cannabis y en 2023 fueron tres toneladas, por un valor de cuatro millones de dólares. Es dinero que no va al narco”, asegura Radío sobre una cifra que comprende a las 63 mil personas inscriptas en farmacias. Además, hay más de 14 mil autocultivadores y 11.300 socios de clubes. De esta manera y según los cálculos del IRCCA, más de la mitad de los uruguayos que usan la planta acceden a ella mediante el mercado regulado.