Hace meses que en Uruguay se debate una ampliación de los derechos que alcanza la legalización integral del cannabis. Ahora, la última novedad es que el presidente Luis Lacalle Pou tendrá que decidir si aprueba un proyecto para dar la primera modificación de una normativa que cumplió varios de sus objetivos planteados hace diez años, cuando se sancionó la primera ley nacional del mundo sobre la planta. Así lo confirmó el actual secretario de la Junta Nacional de Drogas, Daniel Radío, y uno de los principales armadores políticos para permitir que el país charrúa sume la venta de marihuana a turistas extranjeros y la eliminación del registro a residentes para adquirir flores en farmacias.
“Cualquier modificación debe hacerse a través de una ley. Estamos terminando un proyecto que primero debe tener el aval de Presidencia de la República y si lo considera, será enviado al Poder Legislativo”, aseguró Radío, quien también es el Presidente del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA). “Tenemos la esperanza que en abril se esté considerando, porque creemos que hay un clima muy positivo para su aprobación”, dijo después, en un diálogo con el medio local Caras y Caretas.
Desde mediados del año pasado, Radío impulsa dos cambios en los límites que propone la regulación integral del cannabis. Se trata de permitir que las personas extranjeras puedan comprar cannabis y que los uruguayos dejen de estar inscriptos en un registro del IRCCA para conseguir flores en las farmacias. Según Radío, las modificaciones intensificarían el principal objetivo de la legalización de 2013: combatir al narcotráfico quitándole mercado. “Le estamos entregando un porcentaje muy importante de consumidores al mercado ilegal. Para registrarte tienes que presentar cédula y un certificado de residencia. ¿Y qué residencia pueden justificar los consumidores que están en situación de calle o viven en un asentamiento?”, se preguntó Radío con ironía.
“Si terminamos con la obligación del registro es evidente que los extranjeros podrán comprar en farmacias. En las zonas turísticas los extranjeros compran, pero lo hacen en el mercado ilegal. Con las modificaciones que proponemos aspiramos a que ya no sea necesario recurrir a la ilegalidad. Es así de simple”, aseguró Radío.
Según uno de los últimos informes del IRCCA, en la actualidad el 51% de los uruguayos que usan cannabis acceden a él mediante las tres vías legales habilitadas: autocultivo, abastecimiento por la red de clubes y la compra en farmacias. Estas opciones generaron un comercio mayor a los 6 millones de dólares (5.5 millones de euros). “Es dinero que no va al narcotráfico”, dijo Radío semanas atrás. Ante este logro y sumado a que disminuyó el consumo entre los adolescentes –uno de los mitos más repetidos entre prohibicionistas-, Uruguay pretende profundizar su rumbo en una política de drogas que no persigue a los usuarios. Ahora, resta que el bolígrafo de Lacalle Pou ponga su firma para que la posibilidad de ampliar el acceso de cannabis lo discutan los diputados.