Los tricomas glandulares son la “fábrica” donde se sintetizan y almacenan los principales compuestos del cannabis. Desde hace más de una década, la literatura científica describe su papel central en la producción de fitocannabinoides y perfiles aromáticos, pero la comparación sistemática entre cultivo modernos y linajes tradicionales seguía siendo limitada. El nuevo trabajo publicado en Plant and Cell Physiology aporta justamente esa comparación y sitúa el foco en la morfología y la bioquímica de estos microórganos.

El equipo analizó cultivos modernos de alto THC o CBD frente a landraces y los resultados indican que las variedades modernas presentan tricomas de mayor tamaño y con un disco secretor más desarrollado, lo que correlaciona con concentraciones superiores de THCA/CBDA y terpenos. 

Más allá del laboratorio, el hallazgo sugiere que décadas de selección comercial orientada a la potencia han favorecido rasgos tricomales específicos con mayor tamaño, más células secretoras y una maquinaria bioquímica optimizada. Esto tiene implicancias prácticas para el mejoramiento genético y la biotecnología con marcadores asociados a productividad de tricomas. También abre preguntas sobre cómo equilibrar rendimiento y perfiles sensoriales sin amplificar riesgos en su uso

El estudio no pretende capturar toda la diversidad del cannabis, ya que trabaja con un conjunto acotado de variedades y condiciones controladas. Aun así, se alinea con investigaciones previas que documentan la centralidad de los tricomas en la producción de metabolitos y ofrece datos públicos complementarios que facilitan la replicación. En conjunto, el trabajo refuerza la idea de que optimizar el metabolismo del tricoma es una vía directa para mejorar la calidad del producto final.