Aunque semanas atrás el gobierno argentino confirmó la continuidad de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), tan solo bastaron algunos días para que la gestión de Milei le ateste varios golpes a la comunidad de la planta del país sudamericano. Primero, el Instituto Nacional de Semillas (INASE) suspendió la inscripción de nuevas variedades. Después, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció modificaciones en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), que permite el autocultivo y posesión de hasta 40 gramos de flores, y se prevé que haya restricciones a este derecho obtenido. Ahora, el ministerio de Economía incrementó más de un 400% los aranceles de los fitomejoradores. Esto significa un gran aumento de impuestos para la industria del cannabis, a contramano del plan de campaña electoral libertario que prometía bajarlos y hasta incluso eliminarlos para la actividad empresarial.
“Los aranceles que no hubieren sido abonados y cancelados completamente con anterioridad a la fecha de entrada en vigencia de la presente resolución, estarán alcanzados por los nuevos valores dispuestos por esta medida”, asegura la primera resolución que emitió días atrás la secretaría de Bioeconomía que depende del ministerio de Economía.
De esta manera, la categoría A – CRIADERO, que se dedica al fitomejoramiento, búsqueda e inscripción de nuevas variedades y que puede comercializar su producción de semilla, como la categoría B – INTRODUCTOR, que es quien ingresa al país germoplasma extranjero con fines comerciales y puede tanto multiplicar los materiales, como comercializar semillas pasan de $211.130 a $1.004.979 de pesos argentinos (893 euros). Se trata de una cifra cuatro veces superior.
Por otro lado, la categoría E – IDENTIFICADOR también tuvo una multiplicación por cuatro de los aranceles. Pasó de costar $80.970 a $385.417 pesos (342 euros). Este permiso habilita la producción y comercialización de semillas creadas por un CRIADERO.
La categoría H – PRODUCTOR BAJO CONDICIONES CONTROLADAS, que implica la multiplicación de semillas en procesos de laboratorio, que apliquen técnicas especiales que aseguren la sanidad del material o aceleren la germinación tuvo un aumento del doble. La cifra se quintuplicó de unos $106.362 a $506.286 pesos (450 euros).
Por último, la categoría K – VIVERO IDENTIFICADOR, que produce material de propagación agámica (esqueje) o plantines de variedades de un criadero, que puede producir y rotular su producción e incluye también a aquel que únicamente comercialice variedades de terceros en forma de plantín o esqueje, pasó de costar $26.590 a $115.625 pesos (102 euros), para la baja producción, y de $74.454 a $231.250 (205 euros), en cuanto la alta producción. En ambos casos, significa un aumento superior al 400%