Bueno, tampoco hay que exagerar, solo una pequeña proporción muere y las consecuencias económicas cobran más víctimas que el mismo virus. Estados Unidos está en medio de la pandemia y, para cuando lean esto, Canadá estará saliendo y México en teoría entrando de lleno.
Pero lo que no se ha publicitado mucho es el papel que desempeña la marihuana en la enfermedad. Unos dicen que va mal y otros que va bien, no solo contra el coronavirus sino contra otros padecimientos, ya que balancea nuestros sistemas endocannabinoide e inmunológico. Habrá que esperar un tiempo para saberlo a ciencia cierta.
Afortunadamente, en los estados donde el cannabis es legal, tanto en Estados Unidos como en Canadá, se ha designado como un servicio indispensable a la par del agua y la comida, lo que ha permitido a los dispensarios permanecer abiertos. Se recomendó a todos los usuarios norteamericanos almacenar su medicina cannábica para veintiocho días, pues no se sabía qué iba a ocurrir. Es mejor prevenir que lamentar. Los dispensarios han tenido fluctuaciones, días con mucha venta, pues la gente aprovisiona, y días con poca, cuando todos están metidos en sus casas resguardándose. Por ejemplo, en el estado de Washington, a finales de marzo y principios de abril, las ventas incrementaron en un veinticinco por ciento de promedio durante varios días, hasta que se estabilizaron de nuevo. Los cierres no se materializaron y hasta finales de abril todos siguen funcionando.
California lidera los estados en cuanto a venta y accesibilidad a la marihuana. Colorado le sigue de cerca, los dispensarios pueden entregar en las aceras si el cliente no quiere entrar al local y mantener Susana Distancia. Este es el caso de Alaska, donde mientras están abiertos se entrega en las banquetas. Minnesota, Connecticut, Arizona, Florida, Delaware, Hawái, Illinois, Luisiana, Maine, Massachusetts, Iowa, Maryland, Montana, Nueva Jersey, Nuevo México, Ohio, New Hampshire, Washington y, por supuesto, Oregón, todos siguen vendiendo. Los estados con programas medicinales como Oklahoma, Dakota del Norte o Rhode Island también siguen abiertos, y en Pennsylvania se les considera como farmacias. Algunos estados tienen restricciones, como Nueva York, que todo es por entrega a domicilio, igual que en Nevada y Michigan, en donde solo se puede entregar fuera del establecimiento o en casa.
En Missouri todavía no hay dispensarios, aunque ya están aprobados; el estado no prevé que la COVID-19 vaya a entorpecer el desarrollo del programa medicinal y esperan que las primeras ventas se realicen este veranito.
Muchos dispensarios en San Francisco, Seattle, Portland y Vancouver están ofreciendo descuentos del diez al veinte por ciento en flor y aceites, con servicio a domicilio sobre todo para los que tienen problemas con sus sistemas inmunológicos y necesitan la marihuana para sobrevivir en esta época de pandemia. Si eres extranjero, es necesario registrarte con tu pasaporte. El catálogo está en línea y, aunque a veces es difícil comunicarse, se puede conseguir. En Canadá solo Ontario los quiso cerrar, pero fue solo un par de días, antes de revertir la decisión.
La respuesta ha sido un rotundo sí. Como hemos visto, todas las autoridades estatales han considerado los dispensarios como actividades esenciales, cosa que da esperanza, al reconocer el cannabis como algo indispensable. Es un vector fundamental para un cambio global.
Porque al final el futuro depende de nosotros. Vendrán crisis como esta o peores, y necesitaremos mejores gobiernos a los que realmente les importe la gente, gobiernos dispuestos a trabajar por el bienestar común respetando todos y cada uno de los derechos humanos. Hace falta un cambio en las formas devastadoras de nuestro sistema capitalista. Necesitamos volver a la naturaleza, cuidarla, plantar jardines y buscar energías alternativas más limpias. Esa es la verdadera oposición al statu quo.
Debemos exigir a los gobiernos que dejen de invertir en guerras y armas y lo hagan más en salud. Si el mundo tuviera un sistema de atención médica óptimo, entonces no habría necesidad de cuarentenas o de paralizar la economía. En una sociedad con atención médica normal, todos seguirían con sus vidas. Los ancianos y los inmunocomprometidos tendrían que aislarse con todas las atenciones, los enfermos simplemente se quedarían en casa como si estuvieran resfriados, y el pequeño porcentaje de enfermos graves iría al hospital, que tendría habitaciones y personal suficientes para tratar a los afectados.
El cannabis es una planta que puede ayudarnos a salvar el mundo. Desde combustibles hasta comida, ropa y medicinas. Esta crisis no ha parado el avance de nuestra querida planta en Norteamérica. Es una oportunidad para que cambiemos o continuemos con nuestra existencia apática esperando la próxima crisis. ¿Quién te va a salvar entonces?