Hola amigos, les saludo desde Vancouver, ciudad localizada en la provincia de la Columbia Británica, Canadá. El país está dividido en diez provincias y tres territorios: Nunavut, los Territorios del Noroeste y el Yukón. Las provincias son Ontario, Quebec, Terranova y Labrador, New Brunswick, Nueva Escocia, la Isla del Príncipe Eduardo, Saskatchewan, Manitoba, Alberta y British Columbia o la Colombia Británica. En esta vasta nación se ha prometido que se legalizará la marihuana con fines recreativos este año, según el primer ministro, Justin Trudeau.
No se sabe a ciencia cierta cuándo llegará el ansiado día. El actual gobierno ha conducido más de trescientas redadas a dispensarios alrededor del país, la mayoría en esta provincia. Están otorgando licencias para cultivar a expolíticos federales y expolicías, quienes se han dado cuenta de lo lucrativo del negocio. En la Columbia Británica, la gente consume más porros que cigarrillos. Podemos inferir sin riesgo a equivocarnos que el gobierno ha estado limpiando la competencia, y por eso es que Trudeau ha roto su promesa de legalizar en dos ocasiones. Una vez más se ha extendido la fecha hasta este verano.
El gobierno federal ha anunciado que dejará a las provincias decidir cómo quieren comercializar y distribuir la marihuana. El gobierno de la Columbia Británica ya ha dejado ver los detalles de cómo se distribuirá la marihuana recreacional una vez se legalice. Lanzó una campaña de información donde los ciudadanos pudieron dar sus opiniones. La provincia ha anunciado que permitirá que tanto compañías privadas como gubernamentales distribuyan el bendito producto. Fuimos 48.951 personas que dimos nuestra opinión.
El ministro de Seguridad Pública refirió en una entrevista a esta publicación: “Sí, hemos visto y estudiado las respuestas recibidas. Está claro que los British Columbians quieren que protejamos a los jóvenes para que crezcan saludables. También hemos escuchado que se debe dejar el elemento criminal fuera del entorno cannábico y mantener las carreteras y caminos seguros. Estos puntos son los que van a guiar el camino en nuestra hermosa provincia”, refirió Mike Farnworth.
Los siguientes puntos serán la guía para la próxima comercialización en la provincia más liberal y fumeta de Canadá.
La edad mínima para poseer, comprar y consumir cannabis será de diecinueve años, esto en concordancia con la edad mínima para beber alcohol y fumar cigarrillos.
Como sucederá en otras provincias, la Columbia Británica tendrá un canal de distribución al mayoreo manejado por el gobierno provincial. BC Liquor Distribution Branch (LDB), que son los que se encargan de vender y distribuir el alcohol, serán los encargados de distribuir la planta. Cabe hacer un paréntesis y decir que aquí los únicos que pueden vender alcohol son las licorerías estatales y algunos bares que tienen permiso especial para vender alcohol para llevar. Es decir, uno no puede comprar cerveza en la tienda de abarrotes, autoservicio o gasolineras. Si se planea organizar una fiesta pública, se necesita un permiso estatal para vender alcohol, y los cantineros tienen que tener un curso gubernamental para poder servir unas cañas.
En este sentido, la provincia anticipa que habrá algunos canales de distribución privada para la venta al menudeo, algunos dispensarios, y hasta las cadenas farmacéuticas ya se apuntaron para vender. Pero en zonas urbanas las tiendas solo podrán vender marihuana y productos derivados, mas no comida ni medicinas ni hacer otros giros. Las licorerías privadas quieren vender también, pero se les ha dicho que no se venderá marihuana donde se venda alcohol. “Creo que estamos perdiendo una gran oportunidad, ya que tenemos novecientas tiendas en la provincia que están listas para vender, y contamos con la experiencia de vender sustancias controladas como el alcohol”, dijo Jeff Guignard, director ejecutivo de la Alianza de Licencias para Bebidas Alcohólicas, que también representa al sindicato de trabajadores de las tiendas de licor de la provincia de la Columbia Británica.
¿Cuántos gramos puedo tener? Pues usted podrá poseer hasta treinta gramos de marihuana en Canadá. La transportación en automóvil deberá ser discreta y sin acceso a consumirla en el vehículo. Se podrá fumar en lugares donde se permite fumar tabaco, que es casi en ningún lado, asimismo, no se permitirá fumar cerca de niños. Otras provincias ya han anunciado que prohibirán fumar en público. El cultivo personal no está mal; se podrán tener hasta cuatro plantas por casa, siempre y cuando estén fuera de la vista del público.
Con la inminente legalización, resulta redundante la famosa protesta del 420, que el gobierno municipal ha rechazado con razón. Se ha convertido en un mercado bizantino donde los organizadores venden espacios a dudosos comerciantes, creando un caos para la ciudad, ya que se dañan los parques, se contamina el océano, se crea un congestionamiento y se da droga a los menores de edad, que se ponen hasta la madre no solo de mota. Al final, los contribuyentes acabamos pagando los platos rotos. El gobierno federal ha prometido legislación. ¿Para qué arriesgar todo lo logrado por dinero? Es una irresponsabilidad, ya que se podría mejor organizar un congreso o conferencias aprobados por las autoridades y con valor educativo y no un drogadero sin ton ni son.