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Cannabis Puebla

El movimiento cannábico aún no está tan extendido en este céntrico estado conservador, pero los jóvenes se están organizando y cada vez hay más eventos y lugares que ya están diseminando la cultura. 

El camino para llegar a la ciudad con más iglesias del país es más largo y tedioso de lo que pensaba. Llego a la capital del estado del mismo nombre completamente sobrio. Fui invitado para ser juez en la I Copa Cannábica de Puebla, algo que tenía que ver (y degustar) con mis propios ojos. Valía la pena el periplo para visitar esta ciudad de casi dos millones de habitantes y grandes avenidas. Llego un día antes en autobús. Ya había estado en Puebla hace unos años, y la verdad no me causó tan buena impresión; su centro es muy bonito, sí, pero por lo demás es una ciudad como cualquier otra. 

Para ser la primera edición, llega gente de todo el estado. Los concursantes compiten solo con flores. La copa está organizada por Isaac Moreno, alias “Malli Tlahuani”, y tiene lugar en la sede de Poblanitas 42O, un grupo de jóvenes mujeres cannábicas que llevan la vanguardia del movimiento en este estado. Malli nos platica un poco acerca de su activismo y de cómo sure esta primera copa: “Hace tres años creé el proyecto Cannabis Puebla para documentar y exponer el paso del movimiento cannábico. Los medios tradicionales de comunicación están sometidos, por eso mi proyecto es un medio independiente que busca dar una visión agradable de los consumidores de cannabis, combatiendo los prejuicios y discriminación en nuestra contra”. 

Pensaba que me darían mi kit de juez al llegar a la sede, pero esa no sería la dinámica del evento: todo sería en vivo. Ya hay un par de personas y empiezan a circular un par de porros de muy buena calidad de cultivadores de este estado de treinta y cuatro mil kilómetros cuadrados y seis millones y medio de habitantes. 

El movimiento cannábico aún no está tan extendido en este céntrico estado conservador, pero los jóvenes se están organizando y cada vez hay más eventos y un par de lugares que ya están diseminando la cultura, como el Spot 420, en Cholula, o un par de cafés en la ciudad que están vendiendo CBD. Por supuesto, existen cultivadores y grupos como el de Poblanitas 42O: “Surge a raíz de la necesidad de crear comunidad y espacios entre mujeres cannábicas en Puebla y la República –nos refiere Arantxa, una de sus fundadoras–. El 29 de mayo de 2023 iniciamos un grupo privado en Facebook llamado Poblanitas 42O (con O en vez de un cero), manteniendo así la seguridad y la privacidad de sus miembros. Tiene la intensión de ser un espacio seguro y exclusivo para mujeres en el cual puedan expresarse libremente, adquirir sus flores de manera segura, promocionar sus productos, informar e informarse sobre diversos temas alrededor del cannabis y del día a día de una mujer moderna. También nos damos a la tarea de crear, asistir y difundir eventos 420 que surgen en Puebla y alrededores, con el fin de forjar una conexión entre las diversas comunidades y colectivos cannábicos de la República”, concluye. 

Malli nos explica en exclusiva algunas de las actividades que se han llevado a cabo, incluyendo un plantón a unas cuadras de donde estamos, el cual, más que un campamento de protesta, es un lugar donde pasa la gente por un rato a fumarse un petardo frente al Poder Judicial. “Aquí hemos organizado eventos 420, marchas, fumatones, plantones y protestas en general, y yo he dado charlas acerca de reducción de riesgos y daños. Actualmente, me dedico a crear contenido crítico en redes sociales, publicar un fanzine cannábico de distribución gratuita y organizar la reciente Copa Cannabis Puebla”. Me habla mientras van llegando más invitados, otros dos jueces y Arantxa hace preparativos para el encerrón que llevarán a cabo al día siguiente. 

“El movimiento dentro del Estado ha tenido un crecimiento lento pero constante, gracias al trabajo de usuarios que se preocupan por crear espacios seguros de convivencia 420, con fines informativos, culturales, lúdicos e industriales. No cabe duda de que la influencia de la comunidad a nivel nacional ha tenido impacto en este territorio, ya que fue gracias al trabajo conjunto entre varias entidades que se ha logrado llegar a más personas con un mensaje de concientización y uso responsable de sustancias”, continúa Malli. 

Al final todo queda grabado en video, nos dan las muestras y nos armamos un porro de cada variedad para posteriormente catar y calificar el aroma, la consistencia, el encendido y, por supuesto, el colocón. Concursan sativas, índicas e híbridas. Los ganadores son Apache y Nairda Growers. 

“En la actualidad se sigue resistiendo a la prohibición, hostigamiento y discriminación por parte de varios sectores de la sociedad, tratando de lograr más áreas de oportunidad para los consumidores de cannabis, ya que parte de la lucha es contra la ignorancia”, termina Malli. Y, como dicen por ahí, la lucha continúa.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #324

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