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Pescar en Ecuador

Fue en junio del 2016 cuando el ministro del Interior ecuatoriano, de visita en Washington, alertó que los pescadores artesanales que quedaron desempleados tras el terremoto del 16 de abril podrían caer en las redes del narcotráfico. El seísmo dejó seiscientos sesenta muertos y setenta y cinco mil personas sin hogar o trabajo. Al paso de los meses, solo el treinta por ciento de los pescadores habían retomado las faenas; el resto se encontraba en situación de vulnerabilidad. 

Fue en junio del 2016 cuando el ministro del Interior ecuatoriano, de visita en Washington, alertó que los pescadores artesanales que quedaron desempleados tras el terremoto del 16 de abril podrían caer en las redes del narcotráfico. El seísmo dejó seiscientos sesenta muertos y setenta y cinco mil personas sin hogar o trabajo. Al paso de los meses, solo el treinta por ciento de los pescadores habían retomado las faenas; el resto se encontraba en situación de vulnerabilidad. 

Antes del terremoto, entre ciento cincuenta y doscientos pescadores ecuatorianos habían sido procesados por narcotráfico en países centroamericanos. La droga partía de Colombia y en alta mar era entregada a los pescadores, que vía Galápagos se dirigían hacia la región con cargamentos de entre 50 y 500 kg. 
Entre el 2014 y el 2015, unos ochocientos pescadores solicitaron salvoconductos para regresar a Ecuador alegando haber naufragado. Después dejaron de solicitarlos, ya que los narcos les tenían ya preparada la documentación para el regreso. 

Tecnologías 

Las sonoboyas suelen ser utilizadas por narcos que controlan una amplia zona de transporte internacional. Los cargamentos envueltos en una red de pesca se atan a una boya satelital y son lanzados al mar, el dispositivo queda anclado hasta que los materiales son recogidos. Las boyas pueden enviar señales de posición a través de satélites. Las señales pueden ser captadas en cualquier parte del mundo mediante los dispositivos adecuados. Existen, además, boyas de monitoreo radial de tamaño más reducido que las satelitales. La boya emite en el mar destellos intermitentes y envía datos sobre su localización cada quince minutos. 

Según informes de la Armada Ecuatoriana, este tipo de instrumentos es utilizado por los narcos desde el 2015 en la zona marítima de Ecuador y en dirección a aguas internacionales. 

En noviembre del 2017, la Procuraduría General de México y la DEA informaron que cárteles mexicanos operaban en Ecuador, señalando que se trata de las organizaciones más influyentes por su violencia y que mantienen nexos con Colombia, la mafia italiana, diversas naciones africanas y pandillas que dominan los territorios locales. 

El fiscal de la Unidad de Delitos Transnacionales desmiente la presencia de esos cárteles, sin descartar que personas vinculadas a los mismos operen en el país, en especial en las costas. Lo que parece claro a fiscales y policías es que Ecuador se ha convertido en lugar de almacenamiento para el transporte de droga. 

El setenta por ciento de los pescadores detenidos son de Jaramijó. Trescientos niños de allí se han quedado sin padres

Además de la captación de pescadores, otro modo de operar de los narcos consiste en contaminar buques que se encuentran en cuarentena en el mar con el fin de ingresar en los mismos paquetes tipo “gancho ciego”; la técnica consiste en cortar los sellos del contenedor, meter bolsas con droga, colocar un sello nuevo y enviar la carga. Cuando la policía realiza un operativo, transportistas y custodios resultan detenidos. 

Con el nuevo Código integral penal, a las personas que son utilizadas por las mafias y que colaboran con la justicia se les aplican mecanismos que atenúan las penas. 
Por otra parte, las organizaciones ligadas al narcotráfico renuevan sus modalidades de trasporte. Una de las actuales está enfocada al envío de drogas hacia el centro y el norte del continente por vía fluvial; para ello se utiliza a pescadores de diversas provincias. Según fuentes policiales, hasta cuatro mil dólares es el pago recibido por los pescadores tras cada viaje. También se dice que, en ocasiones, quienes se niegan a cooperar son extorsionados y sus familias amenazadas. 

Hasta mayo del 2017 se reportaron trescientos detenidos en el exterior por tráfico de drogas; además, existe una alerta, puesto que en los últimos meses ha crecido este tipo de detenciones. En agosto del 2017, Estados Unidos reportó que el número de detenciones se había cuadruplicado. 

En noviembre del 2017, treinta y tres pescadores fueron deportados de Estados Unidos para cumplir el resto de sus condenas en Ecuador. Guatemala, Honduras, Costa Rica y Estados Unidos son los países en los que están presos muchos de los marineros. 

Para el ministro del Interior es preciso contar con una retroalimentación entre autoridades y representantes de las misiones diplomáticas para tratar de saber el número de ciudadanos presos en el exterior, ya que con frecuencia los familiares no los reportan. 

El setenta por ciento de los pescadores detenidos son de Jaramijó. La situación es dramática, pues hay trescientos niños en la zona que se han quedado sin padres. Las madres deben trabajar para enviar dinero, que será utilizado por los presos para su alimentación o su seguridad en el interior de las cárceles.
 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #247

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