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Hojas descoloridas en las plantas

¿Qué causa el cambio de color de las hojas de cannabis?

Hojas descoloridas en las plantas

Cuando las plantas están sometidas a condiciones de gran demanda pueden mostrar carencias aún floreciendo bien y haciendo buenos cogollos, simplemente podrían comer más.

/ José T. Gállego

Las hojas de la marihuana sana son de un color verde intenso, algo más oscuro en la cara superior que en la inferior. Cualquier cultivador se preocupa en cuanto empieza a ver otros colores en las hojas: verde descolorido, amarillo, marrón, naranja. Las causas de estos cambios de color pueden ser muy variadas; algunas son normales, pero otras indican problemas. Vamos a repasar las principales y cómo corregirlas si es necesario. 

Las plantas sanas tienen buen aspecto. Crecen con vigor y rapidez, muestran tallos fuertes, hojas grandes y desplegadas al sol, un color verde brillante y bonito, ni muy claro ni muy oscuro. Es verdad que el tono concreto de verde puede ser más claro u oscuro en función de la variedad concreta (las sativas suelen ser de un verde más claro que las índicas) y la cantidad de nutrientes que tengan disponibles (más oscuro cuando hay más nutrientes), pero siempre dentro de una gama de verde moderado: ni tan claro que empieza a parecer amarillento, ni tan oscuro que tiene brillos azulados. 

Las hojas son esenciales para el desarrollo del cannabis, pues en ellas se realiza principalmente la fotosíntesis y la mayor parte de la transpiración, que a su vez estimula la absorción de agua y nutrientes por las raíces. Cualquier problema en las hojas afecta al crecimiento, la producción de flores y la síntesis de cannabinoides. Los cambios de color en las hojas son un síntoma claro de que algo está pasando, por lo que el cultivador debe investigar inmediatamente la causa, ya que cuanto antes diagnostique el problema, más fácil será solucionarlo.

Carencias por incapacidad de absorber los nutrientes

Hojas descoloridas en las plantas

Los decoloramientos avanzados son difíciles de atribuir a un elemento concreto; vale más aumentar la dosis general de abono, siempre que no haya problemas en las raíces.

Las decoloraciones de las hojas tienen su causa, en la mayor parte de los casos, en un problema de absorción de nutrientes. En estas situaciones, el problema no es una falta de nutrientes –la tierra contiene suficiente abono–, el problema es que las raíces, por una razón u otra, no pueden absorberlos. En general, frente a hojas que amarillean, el cultivador debe comprobar el buen estado de salud de las raíces y el sustrato, así como las condiciones climáticas en que viven las plantas. Las razones más habituales por las que las raíces no pueden absorber nutrientes son las siguientes: 

- El pH del sustrato está fuera del rango óptimo: como normalmente está entre 5,5 y 7,0, con un pH más alto o más bajo algunos nutrientes se bloquean. El hierro, por ejemplo, es un elemento especialmente sensible al pH alto. Es muy común que al regar con agua rica en cal, que tiene un pH alto, vayamos elevando el pH del sustrato hasta que llega un momento en que el hierro deja de estar en forma asimilable por las plantas y las raíces ya no pueden absorberlo. Rápidamente notaremos que las hojas jóvenes en crecimiento empiezan a amarillear. En estos casos debemos comprobar cuál es el pH del sustrato. Lo más fácil, si la planta está en maceta, es regarla con agua sin sales (destilada o de un filtro de ósmosis inversa), recoger el agua de drenaje y medir el pH de esta agua. Si está fuera del rango óptimo debemos corregirlo y, para ello, regaremos la planta abundantemente con agua con el pH ajustado hasta que el agua de drenaje tenga un pH correcto. 

- Hay exceso de sales en el sustrato: si la planta no se come todo el abono que le damos disuelto en el agua de riego, este se va acumulando en la tierra hasta que alcanza niveles excesivamente altos que impiden la correcta absorción de nutrientes. Para comprobar el nivel de sales en el sustrato regamos con agua sin sales, recogemos el agua de drenaje y medimos su EC. Si el nivel es alto, por encima de EC 3-4, debemos bajarlo por medio de riegos abundantes con agua sin sales (pero con el pH ajustado). Estos riegos arrastrarán las sales acumuladas y limpiarán el sustrato. Una vez que el agua de drenaje tenga un nivel aceptable (EC < 3), podemos volver a abonar normalmente.

Hojas descoloridas en las plantas

En plantas completamente sanas y bien alimentadas, incluso al final de la floración hay poca decoloración en las hojas. 

- La temperatura del sustrato es muy baja o muy alta: las raíces no funcionan bien si viven en un sustrato demasiado frío (por debajo de 10-15 ºC) o demasiado caliente (por encima de 30-35 ºC). En esta situación hay que buscar la forma de calentar o enfriar el sustrato. En un cultivo de interior hay que ajustar la temperatura del cuarto, en un cultivo de exterior normalmente es mucho más difícil cambiar el clima; podemos meter las plantas en un invernadero para que no se enfríen tanto o, en casos de exceso de temperatura, aislar las macetas del calor, bien colocándolas sobre un material aislante o enterrándolas para que no se recalienten con el sol. 

- Las temperaturas nocturnas son bajas: esto puede ocasionar el cambio de color de las hojas, haciendo que adquieran un tono rojizo, morado o azulado. El frío dificulta la absorción de potasio e impide la formación de clorofila, para la que se necesita este nutriente. Además, el estrés provocado por el frío estimula la formación de antocianos o antocianinas, unos pigmentos de color rojizo. El aumento de antocianinas y la reducción de la clorofila se combinan, con lo que las hojas adoptan tonos rojizos o morados. Si durante el día la temperatura es lo suficientemente alta, las plantas siguen desarrollándose sin problemas aunque las hojas se pongan moradas. Hay algunas genéticas que producen naturalmente muchos más antocianos que otras, lo que favorece que adquieran tonos morados al final de la floración, incluso si no les falta potasio ni las noches son frías. 

- La humedad relativa es demasiado alta: este factor dificulta la transpiración de la planta y esto reduce su capacidad de absorción de nutrientes. Un clima fresco y muy húmedo prácticamente paraliza la transpiración, pues las hojas no necesitan refrescarse, y frena en seco la captación de nutrientes. Como consecuencia, puede provocar la aparición de deficiencias en las hojas y, sobre todo, detener el desarrollo de la planta.

- El exceso de riego: es especialmente perjudicial para las raíces si regamos demasiado. Al mantenerse siempre empapadas, les falta oxígeno, lo que las debilita e impide que hagan bien su trabajo. El exceso de humedad en el suelo también favorece la aparición de bacterias anaeróbicas que pueden pudrir las raíces y empeorar aún más el problema.

Carencias por falta de nutrientes

Hojas descoloridas en las plantas

La decoloración de esta hoja indica probablemente una carencia de potasio. 

En condiciones de desarrollo vigoroso, el cannabis requiere muchos nutrientes y es posible que agote los que hay en el sustrato, especialmente si crece en macetas. El cultivador debe proporcionar a las plantas dosis periódicas de nutrientes disueltos en el agua de riego para mantenerlas sanas y sin carencias. Si no abonamos las plantas o lo hacemos con dosis bajas de nutrientes o con poca frecuencia, las raíces no encontrarán nutrientes que asimilar. Cuando las plantas crecen en el suelo, pueden extender sus raíces en todas direcciones en busca de alimento, pero en una maceta no tienen adónde ir, necesitan que el cultivador proporcione los nutrientes disueltos en el agua de riego. 

La cantidad de nutrientes aportados tiene que ser proporcional con lo que se le pide a las plantas. En condiciones de grandes exigencias, como en cultivos de interior con gran cantidad de luz y CO2 añadido, las plantas necesitarán muchos más nutrientes que creciendo en una esquina semisombreada del suelo del jardín.

Traslado de nutrientes dentro de la planta

Hojas descoloridas en las plantas

Este cogollo es de una planta floreciendo en una maceta pequeña incapaz de proporcionar todos los nutrientes necesarios, por eso las hojas más grandes empiezan a perder color. 

La plantas absorben nutrientes por las raíces, pero también trasladan los nutrientes de unas hojas a otras para aprovecharlos. Los nutrientes son limitados y, siempre que puede, la planta los reaprovecha; por ejemplo, cuando decide secar una hoja porque ya no es útil por la razón que sea: por haber quedado en la sombra de las hojas que han crecido por encima de ella, por ser demasiado vieja o porque la planta ya no necesita hacer tanta fotosíntesis, como ocurre al final de la floración. La hoja se seca progresivamente, primero va perdiendo verdor, luego amarillea y por fin se seca. A lo largo del proceso, los nutrientes presentes en la hoja son transportados a otras partes de la planta, normalmente a las zonas en desarrollo, sean brotes o flores. Este proceso ocurre durante todo el ciclo de vida de la planta, pero es especialmente intenso en las últimas semanas de la floración, cuando la planta se concentra en la producción de flores, pues sabe que le queda poco tiempo de vida y no malgasta energía absorbiendo nuevos nutrientes, sino que reaprovecha los que tiene en las hojas para nutrir los cogollos.

Falta de microorganismos beneficiosos

Hojas descoloridas en las plantas

Primeros síntomas de una carencia de magnesio: se empieza a apreciar decoloración entre las nervaduras de las hojas.

En el cultivo orgánico, el cultivador incorpora abonos sólidos orgánicos como estiércol, humus o harina de huesos a la tierra, antes de sembrar las plantas, y luego riega solo con agua. Los microorganismos que viven en el suelo son los encargados de descomponer la materia orgánica y liberar los nutrientes haciendo que estén disponibles para que las plantas los puedan absorber. Si las condiciones del suelo se vuelven por algún motivo inadecuadas para el desarrollo de estos microorganismos, las plantas pueden experimentar carencias por falta de nutrientes. Por ejemplo, en un suelo permanentemente encharcado, los microorganismos beneficiosos, que son principalmente aeróbicos, mueren porque no pueden respirar. La incapacidad de absorber nutrientes ocasiona que las hojas amarilleen y algunas se caigan. Si el cultivador, en esta situación, no se da cuenta de lo que sucede y simplemente aumenta la dosis de abono pensando que ese es el problema, no solucionará nada y puede incluso empeorar las cosas al aumentar la salinidad del sustrato.

Carencias por acción de plagas

Hojas descoloridas en las plantas

Hoja infectada del hongo Phomopsis ganjae o punto blanco, que provoca pequeñas manchas blancas en las hojas, que acaban produciendo agujeros diminutos. 

Algunas plagas producen manchas o cambios de color en las hojas. Las arañas rojas marcan la hoja con pequeños puntos amarillentos en cada lugar donde han chupado la savia. Algunos hongos producen asimismo moteados en las hojas de color blanco o amarillo. Los trips también dejan pequeñas marcas blancas, y algunos insectos minadores cavan galerías en el interior de la hoja, que se ven desde fuera como pequeños senderos serpenteantes blanquecinos.

Conclusión

Hemos visto que los cambios de color en las hojas pueden ser provocados por numerosas causas y no siempre son síntoma de que algo vaya mal. Frente a hojas descoloridas, el cultivador debe analizar con calma la situación intentando averiguar qué motivo puede estar provocando la pérdida de color y corregirlo siempre que sea posible. Lo primero, siempre, es comprobar el estado del sustrato y la salud de las raíces, ya que es la causa más habitual. 

Hojas descoloridas en las plantas

Al final de la floración, la planta saca el nitrógeno de las hojas grandes y en algunas variedades esto vuelve más visible el color rojizo de los antocianos.

Hojas descoloridas en las plantas

Esta planta se vuelve morada por su genética, pero el color es más marcado a causa de las noches frías. 

Hojas descoloridas en las plantas

Una curiosa Apple Fritter que muestra colores morados especialmente en las hojas pequeñas de los cogollos. 

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