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La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

El cultivo en sustrato orgánico produce cogollos especialmente aromáticos.

Descubrimos los secretos de una tierra nutritiva capaz de alimentar a nuestras plantas durante toda la cosecha. En el cultivo orgánico de cannabis, la composición del sustrato es clave para que las plantas en maceta tengan el desarrollo óptimo. Vamos a explorar las características esenciales que debe tener la tierra para macetas y aprenderemos a crear una mezcla casera de sustrato orgánico que proporcionará a las plantas los nutrientes necesarios sin necesidad de abonos líquidos.

Características del sustrato perfecto 

Antes de empezar a crear nuestro propio sustrato, es fundamental comprender las características que debe tener una tierra para macetas de calidad. La textura, la capacidad de retención de agua y de drenaje, la porosidad y otros factores influyen en las características de un sustrato. El sustrato de cultivo adecuado para el cannabis debe tener una buena capacidad de retención de agua, ya que es una planta que la consume en grandes cantidades. La textura debe ser suave, para que las raíces puedan atravesarla sin problemas, y tener un buen drenaje, para que la tierra no permanezca anegada y las raíces se mantengan bien oxigenadas. La fertilidad de un sustrato viene determinada por la cantidad de nutrientes que contiene. Como buscamos crear una mezcla rica en nutrientes de origen orgánico que desarrolle una gran biodiversidad de microorganismos, tenemos que incluir una parte considerable de abonos orgánicos que se irán descomponiendo a lo largo de los meses y liberando los elementos minerales que las plantas necesitan.

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

Si las macetas son grandes, el nuevo sustrato puede reposar en ellas varias semanas antes de trasplantar las plantas. 

Ingredientes para una mezcla casera 

Veamos los ingredientes esenciales que compondrán nuestra mezcla de sustrato orgánico. Desde turba de musgo hasta perlita, cada componente desempeña un papel crucial en la retención de nutrientes y la aireación del suelo. Conoceremos sus propiedades individuales y cómo combinarlas para crear un ambiente óptimo. 

Los sustratos para macetas requieren una combinación cuidadosa de al menos tres elementos para lograr volumen, aireación y fertilidad. En su mayoría, la turba sirve como base en sustratos orgánicos. Originada en turberas, ambientes húmedos y fríos, la turba es materia vegetal muerta medio descompuesta y fosilizada. Existen dos tipos principales: la turba rubia, rica en materia orgánica y menos descompuesta, y la turba negra, más mineralizada, con menos materia orgánica y menor capacidad de drenaje. La turba rubia aporta porosidad y capacidad de retención de agua, absorbiendo hasta setecientas veces su peso en agua. Por otro lado, la turba negra actúa como tampón, ayudando a equilibrar el pH durante el ciclo de cultivo. 

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

El humus de lombriz o lombricompost aporta muchos nutrientes y microorganismos beneficiosos. La perlita es el aditivo perfecto para aumentar la aireación y el drenaje del sustrato.

La fibra de coco comparte propiedades con la turba pero es más ecológica, ya que se obtiene de desechos de plantaciones de cocoteros, por lo que no hay el impacto ambiental asociado a la extracción de turba. Su uso ha ganado popularidad entre fabricantes de sustratos por su sostenibilidad. 

"Los sustratos para macetas requieren una combinación cuidadosa de al menos tres elementos para lograr volumen, aireación y fertilidad"

El compost se usa para aportar volumen y materia orgánica rica en nutrientes. Su calidad depende fundamentalmente de los ingredientes utilizados en su elaboración. El proceso de fabricación controlada implica una descomposición rápida que genera calor y elimina huevos de insectos y semillas de malas hierbas. Puede utilizarse como fertilizante de inmediato o madurar durante meses para un uso posterior. El compost puede sustituirse total o parcialmente con estiércol y humus de lombriz, que tienen unas características parecidas. 

La turba, la fibra de coco y el compost se mezclan comúnmente con perlita para facilitar el drenaje y el acceso del oxígeno a las raíces. La perlita, por su ligereza, facilita la mezcla, aligera el sustrato y mejora el drenaje. Aunque hay otros aditivos que realizan una función similar, como las bolitas de arcilla expandida o las rocas volcánicas, la perlita suele ser más accesible y económica.

Abonos orgánicos 

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

Hay que asegurarse de mezclar bien todos los ingredientes antes de mojar el sustrato. 

El tercer elemento clave para crear una buena tierra es el abono orgánico, y aquí es donde las diferencias entre los sustratos se hacen más evidentes. La distinción entre un sustrato realmente orgánico y los sustratos comerciales radica en que estos últimos suelen añadir fertilizantes químicos en lugar de abono orgánico. Los sustratos comunes, conocidos como Light Mix, generalmente están compuestos por turba, perlita y una pequeña cantidad de fertilizante químico para el desarrollo inicial de las plantas. Las versiones All Mix de los sustratos incorporan mayor cantidad de fertilizante de liberación lenta para que las plantas tengan nutrientes para varias semanas o, incluso, para un par de meses. 

Un verdadero sustrato orgánico debe incluir componentes que aporten nutrientes orgánicos y, sobre todo, que fomenten el desarrollo de microorganismos en el suelo, que son los verdaderos impulsores de la fertilidad. En la naturaleza, los microorganismos del suelo descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes para las plantas. Hongos, levaduras, bacterias y otros organismos no solo descomponen la materia orgánica, sino que también disuelven minerales y capturan nitrógeno del aire, enriqueciendo el suelo continuamente.

  • Humus de lombriz: rico en nutrientes y microorganismos, es esencial para una tierra equilibrada.
  • Estiércol: puede ser de diversos animales (como vacas, caballos, cabras y conejos), pero debe ser siempre madurado antes para que no queme las raíces.
  • Guano: es estiércol de aves marinas o de murciélagos. Es muy rico en nutrientes, especialmente, en fósforo. 
  • Polvo de roca: es una gran fuente de minerales de liberación lenta, ideal para enriquecer el sustrato. 
  • Cal agrícola: equilibra el pH y aumenta la disponibilidad de fósforo. 
  • Algas marinas: ricas en potasio y microelementos, estimulan el crecimiento vegetal y fortalecen las defensas de las plantas. 
  • Harina de alfalfa: un ingrediente poco conocido pero muy interesante, ya que aporta nutrientes esenciales y estimula el crecimiento. 
  • Harinas de pescado, huesos o plumas: son productos que liberan nutrientes lentamente, proporcionando fertilidad a largo plazo. 

Al incorporar una buena selección de estos ingredientes, estaremos creando un sustrato orgánico complejo capaz de sostener una gran biodiversidad de microorganismos del suelo que potenciará la salud y el crecimiento de las plantas de una manera sostenible.

Receta paso a paso 

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

Las hojas secas de las cosechas anteriores aportan nutrientes y pueden reciclarse mezclándolas con el nuevo sustrato siempre que no hayan tenido plagas. A la derecha: prestaremos atención al calcular las cantidades de cada ingrediente, especialmente, con los abonos en polvo.

Para preparar 100-120 l de tierra para macetas, necesitaremos los siguientes ingredientes:

- 30-50 l de turba (con más turba, absorbe más agua; con menos turba, la mezcla drena mejor). 

- 20-30 l de perlita o material drenante/aireante (más perlita, en macetas grandes; menos, para pequeñas). 

- 30 l de humus de lombriz, compost o estiércol (uno de ellos o una mezcla). 

- 1 l de cal agrícola. 

- 2-4 l de polvo de roca. 

- 2 l de mezcla de abonos orgánicos en polvo. Hay muchos que podemos usar, pero deberemos conseguirlos molidos en polvo o hacerlo nosotros antes de mezclarlos: harina de algas, nim, alfalfa, huesos, asta, plumas, sangre, pescado, guano. Lo ideal es usar al menos tres o cuatro para aportar variedad. También se pueden usar las mezclas de abonos orgánicos en polvo que comercializan muchas marcas de jardinería. Revolvemos a fondo los abonos orgánicos y separamos 2 l para añadir al sustrato. Guardamos el resto en un recipiente hermético para usarlo posteriormente si necesitamos añadir abono a mitad del ciclo de vida o bien para refertilizar la tierra antes de usarla en una nueva cosecha. 

"Al contrario que los sustratos comerciales, esta mezcla es un recurso valioso que puede ser reutilizado múltiples veces"

Combinaremos todos los ingredientes del sustrato en seco hasta lograr una mezcla homogénea. Hay que tener cuidado con la turba, ya que puede ser difícil humedecerla si se seca demasiado. El momento de mezclar es también el adecuado para añadir micorrizas o productos ricos en bacterias y otros microorganismos beneficiosos que enriquecerán la biodiversidad del sustrato. 

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Las hojas amarillentas pueden ser síntoma de una carencia de nutrientes o de que el sustrato no ha reposado lo suficiente. 

Uno de los pasos clave en la preparación de este tipo de sustratos orgánicos de gran fertilidad es el denominado cocinado, que no es otra cosa que dejar reposar la mezcla durante al menos tres o cuatro semanas para que los microorganismos empiecen a descomponer los materiales orgánicos que contienen y liberen nutrientes. Aunque bastan cuatro semanas de cocinado, el sustrato también se puede preparar varios meses antes de su utilización, y los microorganismos tendrán más tiempo para hacer su trabajo. El sustrato puede cocinarse en sacos grandes, bidones o, incluso, directamente en las macetas. Solo hay que llenarlos con la mezcla de sustrato, humedecerlo ligeramente y esperar unas semanas. La tierra no necesita estar expuesta al sol, de hecho, es mejor dejarla a la sombra para evitar que se seque demasiado. Conviene protegerla de las lluvias intensas, que podrían lavar parte de los nutrientes y restarle fertilidad.

Utilización 

Tras varias semanas el sustrato está, por fin, preparado para plantar, contendrá una pequeña parte de nutrientes listos para ser absorbidos por las raíces, así como una gran población de microorganismos que irán descomponiendo progresivamente el resto de nutrientes contenidos en los abonos, y alimentarán a las plantas durante meses sin ayuda de ningún aporte exterior. En realidad, la cantidad de nutrientes en el sustrato durará más o menos en función del tamaño de la maceta y de la planta: planta grande y maceta pequeña, el sustrato se agota antes; planta pequeña y maceta grande, el sustrato dura más. Si en algún momento pensamos que la planta se está quedando sin nutrientes, podemos espolvorear una o dos cucharadas soperas de la mezcla de abonos orgánicos en polvo sobre la tierra. Si es necesario, podemos repetir la aplicación cada dos semanas.

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A veces, durante la floración, hay que añadir algo más de abono orgánico en polvo sobre la superficie del sustrato para garantizar que no faltan nutrientes. 

Reutilización 

Al contrario que la mayoría de los sustratos comerciales, esta mezcla de tierra es un recurso valioso que puede ser reutilizado múltiples veces. No solo no es necesario desecharla, incluso mejora con el tiempo. El proceso de reacondicionamiento es muy simple: arrancaremos el tronco de la planta recién cosechada junto con las raíces adheridas; las raíces restantes en la tierra se dejan, permitiendo que los microorganismos las descompongan y liberen sus nutrientes. Sacamos la tierra de la maceta y, si sale como un solo bloque, la troceamos y la desmenuzamos; este proceso es más sencillo si la tierra no está ni demasiado húmeda ni completamente seca. Por cada 100 l de tierra usada, añadimos 20 l de humus (o compost, estiércol o una mezcla de los tres), entre 10 y 20 l de perlita (según nuestra preferencia), algo de cal agrícola, especialmente si se riega con agua poco salina como la de lluvia o de ósmosis inversa, y un litro de la mezcla de abonos orgánicos. Lo mezclamos bien y lo dejamos reposar varias semanas antes de sembrar nuevas plantas. 

Es también posible reutilizar el sustrato inmediatamente, sin dejarlo reposar. Hay que realizar todos los pasos igual, añadiendo humus, perlita y cal, pero no la mezcla de abonos orgánicos. Esta mezcla se añadirá más tarde, después de trasplantar las nuevas plantas, esparciéndola en pequeñas cantidades sobre la superficie del sustrato. Esto lo hacemos así porque los abonos en polvo pueden quemar las raíces si no se dejan reposar antes de sembrar, en cambio, esparcidos por la superficie, las raíces no se ven afectadas. Al seguir estos pasos tras cada cosecha podemos mantener la tierra en excelentes condiciones indefinidamente, fomentando la sostenibilidad y evitando la compra de nuevo sustrato cada año. 

La tierra perfecta para nuestras plantas: cómo crear una mezcla casera de sustrato orgánico

Si la maceta es demasiado pequeña para el tamaño de la planta, el sustrato no será capaz de proporcionar todos los nutrientes necesarios.

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